Usted está aquí: miércoles 25 de junio de 2008 Cultura Avidez de las personas por leer: Paloma Saiz

Avidez de las personas por leer: Paloma Saiz

Mónica Mateos-Vega

La gran cantidad de lectores que acudieron ayer por la mañana a “salvar” libros en la sede del Auditorio Nacional sorprendió a propios y extraños.

Paloma Saiz, coordinadora del programa de fomento a la lectura de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, quien organiza la Segunda Venta de Bodega de Libros de Remate, se mostró complacida ante el entusiasmo del público, “pues se demuestra que la gente quiere leer, pero que muchas veces se los impide un problema económico; ese es un mensaje que debemos enviar a todo el mundo del libro”.

En charla con La Jornada, pocos minutos después de la apertura de la venta, la promotora cultural recordó que se trata del segundo año que proponen a las editoriales el proyecto para ayudarlos a recuperar algo de su inversión por editar libros.

“Sé que a muchas de las editoriales el hecho de triturar libros no es una práctica que les guste, pero deben ver por su negocio. Por eso les planteamos cómo ayudarlos tanto a ellos como a los lectores. El año pasado no pudimos hacer una convocatoria abierta porque el espacio con el que contábamos era muy reducido, ahora tenemos unos 70 sellos.

“Están las principales, las universidades de la ciudad de México, las librerías Educal del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, revistas, es decir, todo el mundo que ha hecho libros tiene abierto aquí el espacio, lo único que les pedimos es que remataran los volúmenes; los que no estén así los van a tener que sacar, porque esto no es una feria del libro, es una venta de bodega.”

Paloma Saiz señaló que si bien el Auditorio Nacional les prestó las instalaciones para realizar la venta, “el problema es que nos cobró una cantidad bastante importante por vigilancia y limpieza. Afortunadamente la Secretaría de Cultura del Gobierno del DF asumió el gasto para que no se incrementen los precios.

“Lo único que les hemos pedido a las editoriales es una cooperación verdaderamente risible para tres inserciones de prensa, con el fin de que el público se entere de este encuentro. Por lo demás, no les cobramos un centavo y la entrada es gratuita.”

 
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