Usted está aquí: martes 24 de junio de 2008 Espectáculos Diversos países imitarán programa de orquestas juveniles de Venezuela

■ Proyecto vanguardista de la música clásica para rescatar niños delincuentes, afirma Dudamel

Diversos países imitarán programa de orquestas juveniles de Venezuela

■ Gran Bretaña promete que proporcionará instrumentos e impatirá clases a pequeños pobres

■ Escocia aplica un plan piloto y en Los Ángeles anuncian que en octubre tendrán su agrupación

Reuters

Ampliar la imagen Yuretci Aguilar practica el violín acompañada de su perro Chocolate afuera de su casa Yuretci Aguilar practica el violín acompañada de su perro Chocolate afuera de su casa Foto: Reuters

Ampliar la imagen En tanto, Eglis Aguilar hace lo mismo, mientras su madre atiende a un cliente, en el barrio Carapita, en Car En tanto, Eglis Aguilar hace lo mismo, mientras su madre atiende a un cliente, en el barrio Carapita, en Car Foto: Reuters

Caracas, 23 de junio. Las orquestas juveniles e infantiles de Venezuela ayudaron a cientos de miles de niños a alejarse del crimen en algunos de los más violentos barrios de Sudamérica, y ahora algunos países buscan emular el sistema.

El año pasado, la Filarmónica de Los Ángeles nombró al conductor venezolano, Gustavo Dudamel, de 27 años, quien se destacó en las escuelas de música en las que fue entrenado, su próximo director.

Cerca de 300 mil niños venezolanos, muchos provenientes de los barrios con más necesidades, otros desde poblados distantes del Amazonas, ahora optan por los violines y los trombones en vez de las armas y las drogas, probando notas de Mozart y de Berlioz.

“Es visto como el proyecto de vanguardia de la música clásica, de rescate de los niños, de darles un futuro con la sensibilidad que brinda la música. Es algo único”, apuntó.

Dudamel, quien creció en una ciudad de provincia y comenzó a tocar el violín a los 10 años, se vinculó al sistema escolar de música. En pocos años aprendió a dirigir y a los 18 ya era el director de la Orquesta Nacional Juvenil.

Desde Los Ángeles hasta Escocia, a los gobernantes quizás no les guste mucho la administración socialista del presidente Hugo Chávez, pero ellos pronto intentarán repetir el éxito de Venezuela en sus países.

El centro de música en Carapita, zona pobre de Caracas, es un ejemplo típico del programa de trabajo venezolano en una ciudad donde docenas de personas mueren en los tiroteos de bandas rivales.

Las clases de música imparten en un apretado centro de la comunidad, en medio de un laberinto de estrechos callejones de casas de bloques rojos precariamente construidas.

El Sistema

Cerca de 200 niños toman unas cuatro horas de música y de práctica coral seis días a la semana, en lo que es llamado por los venezolanos El Sistema.

“Mi familia es la orquesta, nunca antes algo me había llamado así la atención”, dijo Francisco Henríques, joven de 14 años, quien practica el trombón en la azotea de su casa, acompañado por su gato Trompeta. “La música es todo lo que yo había deseado.” También como han inculcado la disciplina y el amor propio, las orquestas insisten en que los niños y los adolescentes asistan a la escuelas, y los profesores dicen que el sistema reduce el ausentismo escolar en los barrios pobres, que registran unos de los índices más altos de homicidios en el mundo.

“Aquí tratamos de dar metas al niño”, dijo el director Reinaldo Justo, en Carapita. “No sabemos si van a ser grandes músicos o no, pero eso no es lo importante. Rescatamos a los niños del ocio que en lugares como éste puede ser muy nocivo”.

Esta idea de luchar contra la delincuencia con una generación de músicos altamente formados tiene un número mayor de partidarios en los países que han reservado la música clásica para la más acomodada elite.

Gran Bretaña prometió el viernes dar a los niños pobres los instrumentos y enseñar música clásica, un proyecto que está en desarrollo, en un esquema que está inspirado en el de Venezuela, llevado por el renombrado violonchelista Julian Lloyd Webber y apoyado por 600 mil dólares financiados por el Estado.

Escocia comenzó el año pasado con un proyecto piloto similar y Los Ángeles planea su primera orquesta juvenil para octubre.

Lucha contra el escepticismo

Pero no todo siempre es así. Cuando el economista y músico venezolano José Antonio Abreu comenzó con el sistema de orquestas, en 1975, se enfrentó a cierto escepticismo, pero con cuidado empezó a formar a cada uno de los grupos.

“Al principio fue criticado porque se rompió con el esquema tradicional de enseñanza de la música. No fue tomado muy en serio”, dijo Eduardo Méndez, quien organiza los centros de música en una oficina ubicada en un viejo y alto edificio.

Pero el sistema se amplió actualmente a unas 18 escuelas, extendiéndose desde las violentas esquinas de Caracas, las aldeas andinas y a un puerto en el límite de la selva del Amazonas.

Ahora hay orquestas que son formadas en las cárceles de Venezuela y fue integrado un coro de niños mudos que usan guantes blancos para cantar en su código.

El gobierno venezolano aprobó un presupuesto para el programa de música con un monto de alrededor de 35 millones de dólares, mientras China y Europa han donado miles de instrumentos que son entregados a los músicos.

El sistema todavía está en crecimiento. El gobierno de Chávez, que promueve ampliamente el financiamiento de programas deportivos y culturales, pondrá en marcha un nuevo proyecto de música que consiste en fundar orquestas, con la esperanza de integrar a millones de niños en unos cinco años.

 
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