Usted está aquí: jueves 12 de junio de 2008 Espectáculos Autores de bandas sonoras ganan juicio a Cinépolis

■ La exhibidora pagará 50 millones de pesos

Autores de bandas sonoras ganan juicio a Cinépolis

Arturo Cruz Bárcenas

La Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), “después de años de litigio, obtuvo una sentencia favorable en el juicio iniciado contra los exhibidores de películas cinematográficas, a quienes el juez de la causa condenó a pagar las cantidades que a la fecha adeudan –50 millones de pesos–, más el 40 por ciento por concepto de indemnización”, informó Felipe Gil, vicepresidente operativo del consejo directivo de la asociación, en entrevista posterior a la asamblea general de socios, realizada ayer en las oficinas de Mayorazgo.

El autor de La felicidad y Hasta que vuelvas añadió que “este problema llevaba varios años. Nosotros teníamos un convenio con las salas cinematográficas, tanto de Cinépolis, Cinemex y Cinemark y, de pronto, por alguna razón, se negaron al pago de los derechos y tuvimos que entrar en un litigio; nos obligaron a demostrar ante las autoridades que nos asistía este derecho, aunque por ley somos la sociedad que representa estos derechos a nivel internacional, bajo contratos de reciprocidad con 126 países.

Gestión que costó mucho dinero

“Tuvimos que hacer una gestión que costó mucho trabajo y dinero. Una fue reunir más de 2 mil 400 películas de todos los compositores que intervienen en ellas, tanto en lo que se refiere a la música de fondo e incidental, así como reunir los mandatos correspondientes a cada una de las sociedades; en este caso, agrupaciones que pudieron haber sido tailandesas, japonesas, italianas, francesas, de distintas partes del mundo, que los exhibidores mexicanos presentan.

“Cada una se apostilló gubernamentalmente y se mandaron a México para poder presentarlas a las autoridades, que nos pidieron todos esos documentos para acreditarnos como los legítimos representantes de estos derechos a escala internacional. Lo hicimos y ganamos la primera gestión, ante Cinépolis.”

Fue un litigio de cuatro años, dijo Gil soltando un suspiro. “Hay que imaginar lo que implica todo esto a escala internacional. Primero, hay que comunicarse con cada una de las sociedades, para que envíen los mandatos de los autores que intervienen en las películas, más otras gestiones, inclusive con la Secretaría de Relaciones Exteriores.”

–¿Qué argumentaba la otra parte?

–Que no éramos los legítimos representantes de estos derechos. Lo cuestionaron. Como esto, pudieron haber pedido imposibles y el costo fue altísimo. Teníamos una habitación llena de documentos –abrió las manos para enfatizar la cantidad–. El proceso se llevó algunos millones de pesos…. Más el tiempo-hombre, al que no le hemos puesto el costo.

“Por eso en la sentencia se nos dio 40 por ciento más de indemnización. Tiempo, esfuerzo… fue muy oneroso.”

–¿Cómo ha afectado el fallo?

–No ha afectado y la sentencia queda sub judice. Los exhibidores siguen con lo suyo. Repito: nosotros teníamos un convenio, el cual rompieron de repente y se negaron a pagar. Todo este juicio se hizo amparado en un convenio que ya existía.

–¿Cuánto es en dinero; cuánto les dio?

–El adeudo, que era más de 50 millones de pesos, más el 40 por ciento de costos.

–¿Cuál es el beneficio directo para un compositor?

–Un compositor vive de su obra, directamente de la explotación de la misma; a diferencia del intérprete, del músico, a quien le pagan un sueldo por hacer su labor; al ejecutar un instrumento o al cantar, obtiene un salario. El compositor gana a través de la explotación en los medios; en este caso el cine, la televisión o la radio. El autor hace la obra y se pisotea el derecho autoral. ¿En la radio cuándo dicen el autor fulano de tal? Dicen el éxito de Luis Miguel, por ejemplo.

“Ganamos el juicio a Cinépolis. Todavía estamos en juicio con Cinemex, pero es parte de todo y ya se sentó precedente. Tuvimos que entablar un juicio con cada una de las cadenas porque todas se negaron. Esto fue, desgraciadamente, por el anterior presidente de la cámara. Ya no está y ahora se está modificando la postura. Era un individuo de apellido Dávila.

“Ahora vamos por Cinemex. Con ellos son los pleitos más importantes, los cuales se hacen porque hay personas que los están alimentando.”

–¿Contra quién más se llevan a cabo juicios?

–No tengo todos los datos, pero hay algunos más y en distintos renglones. El derecho de autor no es un impuesto.

 
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