Usted está aquí: martes 10 de junio de 2008 Política Desde Ginebra, Lozano Alarcón rechaza los aumentos salariales de emergencia

■ Es temporal la crisis alimentaria y de precios que enfrenta el mundo, expresa en la OIT

Desde Ginebra, Lozano Alarcón rechaza los aumentos salariales de emergencia

■ Aboga por subsidios que aminoren diferencias entre naciones emergentes y desarrolladas

Patricia Muñoz Ríos

La mejoría de los ingresos de los trabajadores sólo se puede dar vía la productividad y no mediante controles de precios ni aumentos salariales de emergencia, señaló el secretario del Trabajo y Previsión Social (STPS), Javier Lozano Alarcón, en la 97 reunión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Ante el presidente de esta reunión, Edwin Salamín Jaén, y el director general de la OIT, Juan Somavía, el funcionario mexicano, apuntó que los retos de la nueva realidad y la incertidumbre en estos tiempos precisan que se fortalezca el diálogo social y el tripartismo, así como que “se adopten acciones para superar la crisis”.

“Incrementos extraordinarios inesperados”

En esta reunión, celebrada en la sede de la OIT, en Ginebra, Suiza, Lozano reconoció que los precios internacionales de los alimentos y de los hidrocarburos han experimentado recientes “incrementos extraordinarios e inesperados”, y que a ello se auna la desaceleración económica de Estados Unidos y los múltiples efectos del cambio climático en el planeta, lo que constituye un desafío de grandes proporciones e impacta al mercado laboral.

En discurso difundido en México por la STPS, Lozano Alarcón expresó que es válido insistir en la búsqueda de “trabajo decente para todos, sí, pero primero es indispensable conservar las fuentes de empleo existentes” y “el poder adquisitivo de la clase trabajadora”.

Hizo ver que el gobierno de México considera que la “crisis alimentaria y de precios que enfrenta el mundo es temporal”, y solicitó que se reconozca que existen profundas diferencias estructurales que dividen a las sociedades emergentes de las desarrolladas, por lo que se pronunció por que los subsidios sigan dándose mientras estas diferencias prevalezcan. “La justicia social sigue siendo, indudablemente, una asignatura pendiente y una constante en nuestra conciencia colectiva”, dijo.

Según planteó, las crisis no se superan a costa de los derechos individuales y colectivos de los trabajadores. La coyuntura no debe ser pretexto para el abuso o el menoscabo de los derechos laborales. Pero es de esperar, también, de parte de las organizaciones obreras, “sensibilidad, realismo y compromiso con sus propias fuentes de empleo y con su entorno”.

En tiempos difíciles, acotó, “la legítima aspiración de un mayor ingreso para los trabajadores debe darse a partir de la productividad y no de medidas artificiales como el control generalizado de precios o aumentos salariales de emergencia que no estén correspondidos con la generación de riqueza. Lo que hay que buscar, empero, es la productividad en las relaciones laborales para hacer más con menos y premiar el esfuerzo individual y colectivo en el trabajo”.

 
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