Usted está aquí: lunes 9 de junio de 2008 Deportes El Tricolor despierta y se arma de confianza ante un apabullado Perú

■ El equipo dirigido por Jesús Ramírez cerró su preparación para los partidos ante Belice

El Tricolor despierta y se arma de confianza ante un apabullado Perú

■ Fernando Arce destacó al anotar dos tantos

■ Eriksson estuvo en el estadio

■ En el primer tiempo la selección sentenció el encuentro

■ El cuadro andino, carente de orden en la zaga

Agencias

Ampliar la imagen Fernando Arce aprovecha la débil marca para vencer al arquero George Forsyth Fernando Arce aprovecha la débil marca para vencer al arquero George Forsyth Foto: Ap

Chicago, 8 de junio. Ante un débil rival que le otorgó muchas facilidades, la selección mexicana de futbol se impuso 4-0 a Perú –con dos tantos de Fernando Arce–, en su último partido de preparación rumbo a las eliminatorias mundialistas.

Aunque los peruanos no fueron contrincantes peligrosos, el Tri recobró la confianza luego de la derrota 4-1 ante Argentina. Así, el equipo de Jesús Ramírez quedó listo para la serie ante Belice, a realizarse el 15 de junio en Houston y el 21 en Monterrey.

En las tribunas del estadio del Soldado, que no registró lleno, estuvo el seleccionador Sven-Goran Eriksson.

En el primer tiempo, el Tricolor sentenció el partido. Aprovechó las oportunidades que le otorgó una desorganizada zaga sudamericana y tuvo muchas llegadas, pero sólo concretó cuatro anotaciones.

Las primeras acciones de peligro del duelo fueron de los peruanos, sobre todo con un incisivo Juan Carlos Mariño, quien se mostró desequilibrante. Sin embargo, la puntería se pintó de verde. Al minuto cuatro, Arce se plantó solitario ante el arquero George Forsyth, pero le entregó el balón. El volante del Santos enmendó su error en la siguiente jugada, al anotar el 1-0 con sólido testarazo, en largo centro de Andrés Guardado desde banda izquierda.

Tres minutos después cayó el 2-0. Ricardo Osorio desbordó por el lado derecho y mandó un centro raso que rebasó a zagueros y atacantes. A segundo palo llegó Guardado y marcó con tiro cruzado.

Perú intentó responder en una buena acción individual de Mariño, quien desbordó a toda la lenta defensa mexicana, pero quiso driblar a Oswaldo Sánchez, en lugar de disparar, y se le escapó el balón.

El portero Forsyth impidió la reacción de su escuadra, ya que cometió un grave error al minuto 20, al medir mal un largo servicio, ya que el esférico le botó, no lo pudo controlar y Carlos Vela, quien había seguido la jugada, definió sin problemas ante la portería solitaria.

La última llegada peruana del primer tiempo fue al minuto 25, pero Oswaldo Sánchez se mostró atento y detuvo un tiro potente en oportuna salida.

Dos minutos después llegó el 4-0. Fue en otro desborde de Guardado por el sector izquierdo y mandó centro que fue desviado por la defensa, entonces el balón llego a Arce, quien controló y anotó con tiro potente.

Para el complemento el técnico José del Solar realizó cambios, su equipo adelantó líneas y metió fuerte la pierna para acercarse en el marcador. Por su parte, Jesús Ramírez hizo su primer cambio, al relevar a un apagado Sinha por César Villaluz, quien se mostró participativo, pero sin profundidad.

El Tri peleó el esférico y el partido fue trabado en media cancha, con pocas acciones de peligro en las áreas.

Vela se confió

Vela tuvo una inmejorable oportunidad al minuto 67, cuando recibió pase filtrado y quedó ante un indefenso guardameta, pero pareció confiarse y su disparo fue detenido por Forsyth. Fue la última acción del delantero del Arsenal, pues fue relevado por Sergio Santana.

México pudo aumentar al minuto 69; en jugada de tiro de esquina, Salcido conectó un cabezazo al travesaño y Aarón Galindo contrarremató con otro testarazo que el guardavallas pareció despejar cuando el esférico ya había rebasado la línea de gol.

Durante los últimos 20 minutos, Perú, con evidente baja condición física, ya no tuvo fuerzas para atacar, mientras los mexicanos se conformaron con el marcador.

Arbitraje del estadunidense Mark Geiger, quien no influyó en el resultado, pero permitió el juego rudo de los andinos.

 
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