Usted está aquí: miércoles 4 de junio de 2008 Política Ulises Ruiz mueve sus “fuerzas vivas” en favor de Calderón y le alaba sus pantalones

■ El Presidente afirmó en Oaxaca que la pobreza extrema debe pasar “a la historia y al pasado”

Ulises Ruiz mueve sus “fuerzas vivas” en favor de Calderón y le alaba sus pantalones

■ Un edil solicitó al titular del Ejecutivo fondos para construir una unidad deportiva, a lo que el aludido respondió que corresponde al INEGI señalar las zonas de marginación que requieren apoyos

Georgina Saldierna (Enviada)

Ampliar la imagen Felipe Calderón participó haciendo mezcla en el arranque del programa Piso fime, en el municipio de San Esteban Atatlahuaca, Oaxaca Felipe Calderón participó haciendo mezcla en el arranque del programa Piso fime, en el municipio de San Esteban Atatlahuaca, Oaxaca Foto: Notimex

Santiago Tamazola, Oax., 3 de junio. En la Mixteca oaxaqueña, una de las regiones de mayor miseria en el país, el presidente Felipe Calderón dijo que la pobreza extrema “tiene que pasar a la historia y al pasado”.

Eso significa abrir las puertas para que la gente salga de la pobreza; abrir la puerta de la educación, la salud y la vivienda digna; abrir la puerta del empleo, puntualizó al continuar este martes en Oaxaca su tercera gira temática en materia social, donde el gobernador Ulises Ruiz le dio su apoyo en la lucha contra la delincuencia.

El mandatario estatal reconoció y se sumó a la “valentía” con la que el michoacano enfrenta el crimen y le sugirió que no baje la guardia. Para gozo del equipo cercano al jefe del Ejecutivo federal, Ruiz Ortiz estimó que “hay que tener muchos pantalones” para enfrentar el narcotráfico sin ninguna tregua.

Calderón Hinojosa recorrió este día los municipios de Santiago Tamazola, Tlaxiaco, San Esteban Atatlahuaca, Tepelmeme y Santo Domingo Yanhuitlan, donde el gobernador movilizó a las “fuerzas vivas” del priísmo y le obsequió asistencias hasta de 10 mil personas en cada uno de sus actos.

La organización de los encuentros que el Presidente tuvo con indígenas y campesinos fue muy cuidadosa, mientras de manera simultánea se intensificó la vigilancia que cotidianamente lo rodea. Trascendió, por ejemplo, que en Santo Domingo se colocaron cuatro retenes para impedir la llegada de manifestantes. De esa manera se evitó que maestros y militantes de la APPO que se dirigían a la reunión lograran su objetivo.

Pese a ello, no se pudieron frenar expresiones de molestia entre los asistentes. En Tlaxiaco, tres personas llevaban unas hojas tamaño carta en las que manifestaron su rechazo a la iniciativa de reforma energética. En una se pedía una consulta nacional y en otra se indicaba que el petróleo es de los mexicanos, “no de los españoles y tampoco de los gringos”.

Durante la inauguración del Hospital Básico Comunitario de Tamazola y la puesta en marcha de 21 centros de salud en la Mixteca, Felipe Calderón dijo que de poco vale que el país tenga tanta riqueza si la miseria sigue siendo el destino obligado de millones de mexicanos.

Recordó que miles de oaxaqueños han tenido que salir a Estados Unidos a buscar mejor suerte, mientras otros se acumulan en zonas aledañas a la ciudad de México, como Chalco o Ciudad Nezahualcóyotl, por no haber tenido oportunidades en su tierra.

Luego de enumerar las acciones de su gobierno en materia social, reconoció que hay mucho que hacer y también muchas necesidades, pero “estamos trabajando en serio y de corazón. Queremos que Oaxaca deje de ser recordado por muchos en México y en el mundo como el estado más pobre o uno de los estados más pobres del país”, subrayó.

Fue entonces cuando manifestó que “la pobreza extrema en México tiene que pasar a la historia; tiene que pasar al pasado. Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos para que más gente pueda salir de la pobreza extrema”.

Se comprometió entonces a construir 110 mil pisos firmes en 123 municipios en marginación, tras anunciar que su gobierno destina 685 millones de pesos en carreteras y caminos rurales en la entidad.

Carreritas entre gobernantes

Más tarde, en Tlaxiaco puso en marcha las obras de rencarpetamiento de la carretera Huajuapan de León-Pinotepa Nacional, en donde puntualizó que ya se está licitando la vía que unirá la capital del estado con la Costa, por medio de la cual se podrá hacer ese recorrido en tres horas.

Aludió a los cálculos del mandatario local en torno a que el viaje se puede hacer en hora y media. Pero “yo no manejo tan rápido. Bueno, sí manejaba, pero ya me llegó la madurez”, subrayó.

Luego se dirigió a Ulises Ruiz para señalar: “No me tiente, gobernador, no me tiente. Ya nos echaremos un recorrido; unas carreritas ahora que esté la carretera, pero a la velocidad permitida. No vaya a ser. No, no, no. Nos iremos al paso, a la velocidad permitida”.

Frente a unas 10 mil personas, el michoacano escuchó la demanda del alcalde Rogelio Hernández para que su municipio sea reconocido como zona de alta marginación y de esa manera pueda ser incluido en los programas de la Comisión para el Desarrollo de Pueblos Indígenas, que dirige Luis H. Álvarez.

El munícipe manifestó su apoyo al gobernante en la lucha contra el narcotráfico, pero luego, en tono de reclamo, le dijo que en este lugar no hay una unidad deportiva y le solicitó su ayuda para crear una. De igual manera expuso que la rehabilitación de la carretera a Pinotepa es importante, pero no suficiente. Se necesita que se cambie su especificación, enfatizó. Más adelante le señaló que éste es el momento de actuar. “Queremos que sea recordado como el presidente que ayudó a los pobres”, remató.

Sin embargo, a Calderón no le gustó el tono del alcalde y de plano le explicó que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) es el que determina qué comunidades son de alta marginación. En referencia al programa Oportunidades, expuso que algunos lo necesitan y lo reciben, pero “hay otros que por su condición económica, señor presidente, no lo necesitan y no lo reciben, como usted comprenderá”, le subrayó.

Por la tarde, en Tehuacán, Puebla, el jefe del Ejecutivo federal se reunió con el obispo Rodrigo Aguilar Martínez, quien fue su maestro de lógica, literatura universal y ética en el Instituto Valladolid de Michoacán.

 
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