■ Es encausado por la desaparición de dos monjas francesas durante la dictadura
Juez argentino eleva a juicio oral proceso contra el ex capitán de la armada Astiz
Buenos Aires, 3 de junio. Fuerte impacto causó hoy aquí la resolución del juez federal Sergio Torres elevando a juicio oral la causa que juzga el secuestro y desaparición de las monjas francesas Alice Domon y Leónie Duquet y de Azucena Villaflor, fundadora de la mítica agrupación de Madres de Plaza de Mayo en 1977, durante la pasada dictadura militar, y se podría pedir prisión perpetua para el ex capitán de la marina Alfredo Astiz y otros 12 militares implicados en esos delitos de lesa humanidad.
Domon fue plagiada el 8 de diciembre de 1977, junto con otras 6 personas, entre ellas otras dos madres de detenidos-desaparecidos, María Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga, en la iglesia de Santa Cruz. Dos días después, en distintos operativos de la marina y grupos de tareas, fueron secuestradas Villaflor y Duquet.
Las religiosas ayudaban a madres y familiares de los desaparecidos. El joven marino Astiz se infiltró entre las madres, las entregó y participó en su secuestro y su desaparición. Todas fueron torturadas y arrojadas vivas al mar.
Entre otros imputados figuran los ex marinos Antonio Pernías, Jorge Tigre Acosta y Juan Carlos Rolón, acusados además de otra serie de delitos de lesa humanidad cometidos en el centro de exterminio de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), hoy convertido en Museo de la Memoria.
De acuerdo con el abogado de las familias de las monjas francesas, Horacio Méndez Carreras, se pediría la pena de reclusión perpetua en este caso.
Los cadáveres de las madres y una de las monjas fueron devueltos por el mar y permanecieron enterrados en una población de la costa Atlántica como NN. Muchos años después fueron desenterrados y el equipo de antropólogos forenses pudo identificarlas hace tres años, comprobando no sólo las torturas a que fueron sometidas, sino que habían sido arrojadas vivas al mar.
Otro de los procesados por este caso era el ex prefecto Héctor Febres, quien apareció muerto en su celda en diciembre pasado, días antes de que se conociera la sentencia en el primer juicio oral que investigaba los crímenes de la Esma.
Pero también hoy fue un día fuerte para las Abuelas de Plaza de Mayo, ya que la Corte Suprema falló en favor de los hijos de Ernestina Herrera de Noble, directora y dueña de Clarín, y aceptó que éstos se realicen pruebas de ADN en el Cuerpo Médico Forense y no en el Banco Nacional de Datos Genéticos, como dicta la ley. Existe una antigua sospecha que dos jóvenes adoptados en aquellos años de la dictadura por Noble podrían ser hijos de desaparecidos, pero éstos se han negado a someterse a los exámenes.
Las Abuelas de Plaza de Mayo, ya reconocidas como querellantes en esta causa, solicitaron que los datos de los jóvenes se cotejen con la totalidad de muestras que están en el Banco de Datos Genéticos del Hospital Durán, a través del cual se han encontrado ya 90 nietos, ya que ahora la información genética de ambos será únicamente comparada con dos familias de desaparecidos durante la última dictadura militar. Pero las Abuelas aún pueden reclamar que los datos genéticos se crucen con los de otras familias si son negativos los ya mencionados.
En tanto, el ex general Luciano Benjamín Menéndez, ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército durante la pasada dictadura, fue procesado con prisión preventiva en Tucumán por el secuestro y desaparición de Ramón Rufino Gómez (13 de junio de 1977) y por la usurpación de tierras de Julia Rita Ariza, quien fue obligada, bajo extorsiones, a entregarlas a las fuerzas militares.
Menéndez está siendo acusado por diversos delitos de lesa humanidad, en el primer juicio oral que se realiza en la ciudad de Córdoba, capital de la provincia del mismo nombre, en el centro del país.