Usted está aquí: martes 3 de junio de 2008 Mundo Muere en Argentina Alicia Zubasnabar, cofundadora de Abuelas de Plaza de Mayo

■ Perdió a hijos y yerno durante la dictadura; no recuperó a nieta nacida en cautiverio

Muere en Argentina Alicia Zubasnabar, cofundadora de Abuelas de Plaza de Mayo

Stella Calloni (Corresponsal)

Buenos Aires, 2 de junio. Con dolor y sensación de impotencia fueron despedidos los restos de la primera presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Alicia (Licha) Zubasnabar de De la Cuadra, quien falleció ayer a los 92 años sin conocer el destino de sus hijos y yerno, desaparecidos durante la pasada dictadura, y sin recuperar a su nieta, Ana Libertad, nacida en cautiverio en 1977.

La Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Plata (APDH) rindió homenaje a quien luchó cada día de su vida por la verdad y la justicia. “La incansable trayectoria de Licha deberá ser una luz que nos marque a todos el camino para buscar verdad y justicia para nuestros desaparecidos, restitución de los chicos apropiados y cárcel a todos los genocidas para así construir un país libre de temor y miseria”, expresó hoy ese organismo en un comunicado.

Fueron Licha y María Isabel Mariani quienes impulsaron la fundación de Abuelas de Plaza de Mayo también luchando como madres desde 1977.

El primer nombre que le dieron fue “Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos”, y luego el mundo las conoció como Abuelas de Plaza de Mayo, como recordó hoy, muy conmovida, Mariani. La casa de Licha fue, durante mucho tiempo, refugio del grupo, que busca a sus nietos, hijos y familiares desaparecidos.

“Se fue sin encontrar a los suyos, pero la tarea que realizó ayudó a encontrar el destino de otros desaparecidos. Vivía pensando que un día iba a abrazar a Ana Libertad, la nieta que nunca pudo conocer y que está en algún lugar bajo quién sabe qué manos”, dijo una de sus compañeras, para quienes es muy difícil resignarse a esta realidad.

Todos recordaron que, a pesar de sus años, Alicia de De la Cuadra estuvo presente a lo largo del juicio contra el sacerdote Christian Von Wernich, quien participó en el secuestro y torturas a su hija y yerno. Quizá su escaso consuelo fue ver que al menos en este caso alguno de los culpables fue condenado.

“Pero ella no supo sobre sus amados desaparecidos y no pudo encontrar a la nieta, aunque se aferraba a la vida y a la lucha para lograrlo”, aseveraron entre llantos sus compañeras de Abuelas y Madres. Fue un día doloroso para estas luchadoras, quienes no descansan “porque nos impulsa el amor”.

 
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