Usted está aquí: lunes 2 de junio de 2008 Opinión Balance de la Jornada

Balance de la Jornada

Carlos Hernández
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■ Justicia para el Santos

■ El Cruz Azul perdió, pero también ganó

Ampliar la imagen Daniel Guzmán besa la codiciada copa del torneo Clausura 2008 Daniel Guzmán besa la codiciada copa del torneo Clausura 2008 Foto: Reuters

Nada hay como el sabor del título y el Santos es un meritorio campeón. Además, el tercer cetro de su historia tiene un aroma de justicia, ya que si se tratara de temporadas largas Guerreros también es el mejor equipo de los últimos 12 meses.

Hace un año, el cuadro de la Comarca peleó por no descender y en el Apertura 2007 le tocó ser el superlíder que no gana el trofeo. Por eso, en este segundo semestre demostró haber aprendido de sus errores del primero, cuando no pudo coronar una gran temporada y fue eliminado de forma decepcionante.

Sólo realizó un cambio para este torneo: la llegada de Fernando Arce. Con él se conjuntó un cuadro con mayor potencia ofensiva. Difícil detener a elementos como Daniel Ludueña, Christian Benítez, Matías Vuoso, Édgar Castillo, Juan Pablo Rodríguez y el propio Arce. Las defensas rivales, como ayer la del Cruz Azul, no los pudieron neutralizar.

En la zona defensiva, luego de reponerse de una lesión, Oswaldo Sánchez parece un arquero como los buenos vinos. Respondió en momentos vitales. Detuvo balones con etiqueta de gol cuando su equipo más lo necesitaba y justificó ser el portero mejor pagado del futbol nacional.

También es de resaltar la labor de Daniel Guzmán. No es fácil conjuntar tantas figuras. Como técnico, el Travieso tiene la calidad que tuvo cuando fue jugador. También aprendió de sus propios errores y perder el título con Tecos en el torneo 93-94 le ayudó a madurar.

Más allá del tema futbolístico, el Santos tuvo otros aspectos que lo llevaron al cetro. En la liguilla fue favorecido por decisiones arbitrales –como el rigorista penal marcado en su favor por Mauricio Morales en el duelo ante el Necaxa– y tuvo la suerte de su lado con el tanto logrado al minuto 93 con el que eliminó al Monterrey.

Si a eso se le suma que es uno de los equipos con más alta nómina –respaldado por una compañía cervecera que es de los principales patrocinadores del futbol nacional–, y que su asfixiante estadio Corona es una aduana casi inexpugnable, que bien podría bautizarse como una casa del dolor para los equipos rivales, el resultado no puede ser más que el título.

Pero el Cruz Azul también merecía ser campeón. Y tal vez su triunfo podría haber sido más benéfico para el balompié mexicano. Si las figuras del Santos son sus elementos foráneos, La Máquina tiene en sus baluartes a jóvenes canteranos.

Por primera vez en muchos años su base son las fuerzas básicas. En un futbol en el que el profesionalismo ha terminado con el amor a la camiseta, es de llamar la atención cuando un equipo es integrado por elementos que desde niños o jóvenes saben lo que significan sus colores, afición e historia.

Tener un título en 30 años refleja mala planeación y muchos dólares desperdiciados en el Cruz Azul. Los hermanos Guillermo y Alfredo Álvarez Cuevas prácticamente se han apropiado de La Máquina y sus decisiones nadie las cuestiona. Pero el pasado año enmendaron el camino. Al parecer se han desligado del polémico promotor Carlos Hurtado. El propio directivo celeste Víctor Garcés admitió que el equipo tenía que ajustarse a los requerimientos de Hurtado, quien colocaba a sus jugadores, ganaba una jugosa comisión y nunca daba resultados.

Ahora los refuerzos fueron contratados por Markarián. Se trata de jugadores poco conocidos, de precio accesible y que han redituado más que algunos considerados cracks, de alto costo, que se fueron con las maletas llenas y sin dejar huella.

Los celestes se quedaron con la amargura del segundo lugar. Pero les queda un conjunto en el que César Villaluz, Édgar Andrade, Julio Domínguez y Gerardo Lugo ocupan los sitios importantes. Y se recuerda, entonces, que los jóvenes ganan partidos y los veteranos conquistan campeonatos.

Al Cruz Azul se le podría reprochar su falta de gol y sobre Sergio Markarián quedará la duda de su decisión de sentar al emblemático Óscar Pérez. Se dijo que el Conejo jugó sus mejores partidos en la banca y saldrá del equipo luego de 17 años, mientras Yosgart Gutiérrez cometió algunos errores provocados por su inexperiencia.

El América irá a Quito con el cargamento modesto de un empate a un gol. Y jugará sin su mejor elemento en la defensa, Sebastián Domínguez, pero, luego del ilógico 3-0 del Maracaná, la clasificación a la final de la Copa Libertadores parece algo accesible.

Los federativos y Jorge Vergara ya eligieron a Sven-Goran Eriksson como nuevo seleccionador nacional. Pero más tardaron en hacerlo que el medio nacional en pronunciarse en su contra. Seleccionados, entre ellos la mayoría de los que militan en Europa, y varios directivos no ven con buenos ojos la llegada de un timonel sueco que no habla español y desconoce el kafkiano balompié nacional.

 
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