Usted está aquí: lunes 2 de junio de 2008 Deportes Eufórico festejo en el estadio Corona, “la cantina más grande del norte”

■ Tenemos más liguillas y títulos que los dos equipos de Nuevo León juntos: aficionados

Eufórico festejo en el estadio Corona, “la cantina más grande del norte”

■ Matías tuvo que bailar la cumbia del Vuoso Polar

■ A Benítez ya lo hicieron San Martín de Porres

Marlene Santos Alejo (Enviada)

Ampliar la imagen Los santistas festejan su tercer campeonato del torneo mexicano, luego de imponerse por marcador global al Cruz Azul Los santistas festejan su tercer campeonato del torneo mexicano, luego de imponerse por marcador global al Cruz Azul Foto: Reuters

Ampliar la imagen La euforia se desató en el estadio Corona con la obtención del título La euforia se desató en el estadio Corona con la obtención del título Foto: Víctor Camacho

Torreón, 1º de junio. Oswaldo Sánchez subió hasta lo más alto con el trofeo entre las manos y comenzó la lluvia de papel picado en verde y blanco para celebrar el tercer título del equipo de la Comarca.

Santos Laguna hoy presume de ser el primero en todo: “ganamos el primer torneo corto y ahora el primer trofeo nuevo”, dicen orgullosos los aficionados de Torreón, quienes quieren prolongar la fiesta hasta la inauguración del nuevo estadio en el llamado Territorio Santos Modelo, programada para el próximo año.

Son tres campeonatos y los Guerreros gritan: “Tenemos más liguillas y títulos que los dos equipos de Nuevo León juntos”; inclusive, ahora los albiverdes se aprestan para ir tras las marcas de Toluca y Pachuca, los más ganadores en los certámenes cortos, con cinco cada uno.

La vuelta olímpica se realizó entre aplausos, cantos y el victorioso “sí se pudo, sí se pudo”. Los jugadores se turnaron el preciado cetro, lo besaron interminablemente y lanzaron sus playeras al público que los miraba extasiado.

El estadio Corona era un homenaje a baco, la cerveza corrió literalmente a raudales, porque aquí se festeja lanzándola al aire y no por nada le dicen “la cantina más grande del norte”.

Mientras la ley seca impera en la ciudad, aquí la gente permanece en el graderío consumiendo sin límite; los desafortunados que no entraron al inmueble tienen la opción de ir a cinco minutos de distancia, a Gómez Palacio, Durango, para surtirse.

A Matías Vuoso lo obligaron a bailar, y todo porque la gente lo asoció con la cumbia El oso polar; ahora la llama El Vuoso polar. El argentino naturalizado mexicano la adoptó para danzar y festejar sus goles.

Hoy no anotó, pero la afición le exigió aplicarse en sus ya populares pasos.

Otro de los consentidos es el Guti Iván Estrada, mientras a Christian Benítez ya lo hicieron santo, San Martín de Porres le dicen por sus goles milagrosos.

En efecto, la celebración tomó aire de cantina cuando llegó el mariachi y todos entonaron El Rey, luego el Cielito Lindo, sin que nadie se moviera de sus lugares. Poco después las hordas festivas por fin buscaron las salidas para desbordar el festejo por las principales calles de la ciudad.

El técnico Daniel Guzmán recibió el tradicional baño de líquido. Nervioso, dejó fluir la presión con llanto sereno, emocionado.

Poco dijo, dio todo el mérito a sus pupilos: “para la gente es fácil hablar y no saben lo que uno sufre, gracias a Dios hoy puedo ser parte fundamental de este equipo”, alcanzó a decir antes de ser arrastrado de nuevo por sus jugadores.

 
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