Usted está aquí: domingo 1 de junio de 2008 Espectáculos Bigger, Stronger, Faster señala la hipocresía que rodea el uso de esteroides en EU

■ La cultura de ganar a cualquier precio, efecto colateral de ser estadunidense, dice Chris Bell

Bigger, Stronger, Faster señala la hipocresía que rodea el uso de esteroides en EU

■ Participan en el documental expertos médicos y atletas, como Carl Lewis y Ben Johnson

Reuters

Ampliar la imagen El director confiesa en el filme que creció idolatrando a Sylvester Stallone y a Arnold Schwarzenegger, y que llegó a usar esteroides. La imagen corresponde a un fotograma de la cinta El director confiesa en el filme que creció idolatrando a Sylvester Stallone y a Arnold Schwarzenegger, y que llegó a usar esteroides. La imagen corresponde a un fotograma de la cinta

Nueva York, 31 de mayo. Un documental estrenado este fin de semana en Estados Unidos aporta una mirada sobre el extendido uso de esteroides y sugiere que la cultura de ganar a cualquier precio, que impera en ese país, contradice las condenas públicas a este tipo de drogas.

Bigger, Stronger, Faster (Más grande, más fuerte, más rápido) entrevista a aficionados al deporte, expertos médicos, legisladores estadunidenses y atletas, como los velocistas Carl Lewis y Ben Johnson, así como al ciclista Floyd Landis.

Sin embargo, el documental, de los productores de las películas de Michael Moore Fahrenheit 9/11 y Bowling for Columbine, también incluye toques de humor y anécdotas en primera persona del director, Chris Bell, quien confiesa haber usado esteroides junto a sus compañeros fisicoculturistas.

“Básicamente estoy remarcando toda la hipocresía que rodea al uso de esteroides”, afirma Bell, de 35 años, quien cuenta que creció idolatrando y emulando a “ganadores” como Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger.

“Al ver a todos esos héroes más corpulentos que lo normal, quise ser como ellos, pero no sabía que usaban esteroides,” dijo. “Nadie quiere hablar sobre los esteroides, y yo sabía que mis compañeros serían honestos, así que empecé a usarlos.” La película alcanza su propósito cuando explora cuál es la razón de que los esteroides tengan mala fama, ya que tienen un propósito médico legítimo pero su uso sin receta es ilegal en Estados Unidos.

El documental sugiere que una parte del problema es la inclinación a hacer víctimas inocentes del problema a atletas como Ben Johnson, cuando el uso de estas sustancias se remonta a los equipos olímpicos estadunidenses en las décadas de 1950 y 1960.

También se plantea la falta de regulación de las agencias encargadas de reglamentar el consumo de alimentos y medicamentos, como los suplementos alimenticios, que pueden incluir esteroides.

“Deberían estar trabajando en hacer mejores normas y leyes. Tienes que seguir las reglas, pero éstas son bastante confusas,” dijo Bell, quien además sugiere que debe invertirse más en investigar las drogas.

“El hecho de que todo tiene que ser más grande y mejor es parte de la mentalidad estadunidense. El problema no son los esteroides, son un efecto colateral de ser estadunidense. La idea de los esteroides nace de la necesidad de ganar”, agregó.

 
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