Usted está aquí: lunes 26 de mayo de 2008 Deportes La actitud de los Manolos, Olivares y Juárez no alcanzó a sustituir su aptitud

Toros

■ En la segunda novillada de la Plaza México, lo memorable fue el duelo de banderillas

La actitud de los Manolos, Olivares y Juárez no alcanzó a sustituir su aptitud

■ Interesante encierro de San Antonio de Padua

■ El jueves presentan libro sobre Manolo Martínez

Leonardo Páez

Ampliar la imagen Arturo Saldívar, en la segunda novillada de la Plaza México Arturo Saldívar, en la segunda novillada de la Plaza México Foto: Jesús Villaseca

Tarde soleada y calurosa, sin viento ni nubes amenazantes. En la monumental México hubo más asistencia con relación al desairado festejo inaugural –espectáculo que no es anunciado no es concurrido–, hartos toreros, ganaderos y escritores, como el emocionado Carlos Hernández, autor de Sin sangre, Pajarito, o los matadores Miguel Villanueva –¿te acuerdas cuando tú y Ponce de León salían por este túnel en hombros, incluso sin haber cortado oreja?–, Rodolfo Rodríguez El Pana –para agosto hay planes en España-, Jorge Delijorge –importantes actuaciones en Texcoco y San Miguel de Allende– o la bella y frágil novillera Melina Parra –hasta junio tengo un festival– o los esperanzados jóvenes Rogelio Sánchez y Alfonso Mateos, a punto de volver al coso de Insurgentes.

Clima y ambiente había para una tarde memorable, sin que faltaran los gritones sabihondos, pero…

Se lidió una astifina novillada de San Antonio de Padua, propiedad de Mónica Hernández de Aloi, cuyo variado encaste –Rancho Seco, Garfias y Buendía– logró impregnar de emoción el festejo, no así de triunfos de los alternantes Arturo Saldívar, de Aguascalientes; Manolo Olivares, del Distrito Federal, y Manolo Juárez El Poeta, de Tijuana, que a la postre no vieron coronados sus esfuerzos.

¿Por qué?

Porque por más actitud –disposición, ansias, hambre de ser, entrega y demás adjetivos– que muestren, los novilleros tienen que apuntalar su aptitud –capacidad, nivel técnico, preparación- con el oficio que da el sitio y éste, aquí y en Sevilla, sólo se obtiene toreando con frecuencia, no nomás soñando que se torea.

Merecieron mejor suerte los enrazados novillos segundo y quinto, ovacionados en el arrastre; destacaron por su preciosa lámina, cuarto y sexto, emotivo y con peligro sordo, y discretos de cara primero y tercero, del que sus restos también fueron aplaudidos.

Manolo Olivares, segundo espada, salió al tercio entre división de opiniones luego de que doblara el bravo y bien presentado Trianero, primero de su lote, y las ovaciones unánimes las obtuvieron los alternantes luego de cubrir con más voluntad que lucimiento el tercio de banderillas, a invitación recíproca.

Tras cuatro años de novillero con picadores, Arturo Saldívar no acaba de entender que esto de torear tiene que ver con el arte de sentir y hacer sentir. El joven proyecta displicencia, cierto tedio y una actitud sobrada, no obstante la tiesura de sus muletazos.

A Manolo Olivares le sobra afición pero le falta callejón, asesoría para que ya no se trepe a éste de un salto y mejor se concentre en estructurar sus faenas. Valiente y templado por ambos lados, no pudo estar a la altura de su lote.

Manolo Juárez El Poeta conecta pronto con el tendido y cae bien por su valor sin aspavientos y su imaginación en los tres tercios. Derrochó entrega, quietud y disposición toda la tarde, sin que valoraran realmente su actitud.

El próximo jueves 29 de mayo, a las 19:30 horas, en el Centro Cultural de la Tauromaquia, a un costado de la Plaza México, la palabra se vestirá de luces: el maestro Raymundo Ramos, el periodista Rafael Cardona y el escritor Jorge F. Hernández presentarán el estupendo libro del fotógrafo Donaciano R. Botello Manolo Martínez, genio y figura. Hay que ir, la nostalgia ya nos alcanzó.

 
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