Usted está aquí: domingo 25 de mayo de 2008 Cultura Critica antropólogo desconocimiento de las realidades indígenas del país

■ Presenta Saúl Millán libro sobre cosmovisión de un pueblo huave

Critica antropólogo desconocimiento de las realidades indígenas del país

Arturo Jiménez

Uno de los problemas con las poblaciones indígenas del país es que todavía sus realidades son “tan vastas como mal conocidas”, critica el antropólogo Saúl Millán, quien además destaca la paradoja de que, a pesar de ser los más pobres y marginados socialmente, son quienes aportan la diferencia y la diversidad cultural de México.

Millán acaba de publicar el libro El cuerpo de la nube. Jerarquía y  simbolismo ritual en la cosmovisión de un pueblo huave, en el que presenta sus investigaciones sobre una de las tres comunidades de ese grupo étnico de la costa oaxaqueña, en el istmo de Tehuantepec: San Mateo del Mar, la más poblada y que alberga a 8 mil habitantes.

Los hablantes de huave son en total unos 22 mil y están distribuidos en tres municipios: San Mateo del Mar, San Dionisio del Mar y San Francisco del Mar.

El cuerpo de la nube, editado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, fue presentado el pasado jueves en el Museo Nacional de Culturas Populares.

Ahí, los antropólogos Carlos Zolla, David Robichaux y Rodrigo Díaz se avocaron al análisis académico de esa investigación y coincidieron en que se convertirá en un punto de referencia, no sólo sobre los huaves sino en torno a la manera profunda en que Millán abordó su trabajo.

El libro consta de siete capítulos y uno de ellos aborda aspectos históricos, como la vida de los huaves durante la Colonia, mientras otros se avocan a la organización social, las relaciones de parentesco, la familia, los barrios y las secciones territoriales, el simbolismo, ritualidad, mitología y cosmovisión de ese pueblo.

Cosmogonía de pescadores

Sobre los huaves se habían realizado varios estudios, “pero todavía faltaban muchas cosas por conocer”, dice Saúl Millán, y agrega que tienen la particularidad de ser un grupo de pescadores, que lo distingue del resto de los grupos indígenas de México, que generalmente se dedican a la agricultura.

El hecho que sean pescadores está relacionado con la importancia que le conceden a las lluvias, porque ellos son pescadores ribereños, de las lagunas.

Producir de manera simbólica la lluvia, agrega, es una de las grandes preocupaciones de la población huave. Y a ese ciclo ceremonial o actividades rituales, ellos le destinan 40 de las 52 semanas de todo el año.

La pregunta es por qué le destinan tanto tiempo a las actividades rituales. “Por un lado está relacionado con el problema de la lluvia y, por otro, tiene que ver con una forma específica de organizarse al interior del grupo, con lo que los antropólogos llamamos una forma de organización social”.

El concepto clave de “ombas”

Todo el municipio de San Mateo del Mar se rige por la presencia de dos grandes jerarquías: la civil y la religiosa. Una de las principales funciones de la jerarquía civil es solicitar la lluvia cada año.

“Digamos que la comunidad les confiere a las autoridades civiles el derecho y el deber de solicitar la lluvia y que ésta tenga cierta regularidad. Si la lluvia no viene, las autoridades civiles son destituidas de sus cargos. Tan importante es el problema para ellos.”

Ello permite ver cómo una forma de organización, una forma de elegir de manera tradicional a las autoridades, está relacionada directamente con una visión general del universo.

Esa visión, dice Millán, divide al mundo entre las divinidades de la lluvia, pero también es importante para comprender problemas como el de los alter ego animales, aspecto conocido como nahualismo.

“Y en este entramado de cosas, una noción como la de ‘ombas’ es el hilo conductor que permite enlazar todos esos ámbitos, que aparentemente se encontraban conectados, pero cuando uno lee el libro ve que forman parte de un sistema general.”

Para acercarse a los huaves Millán tuvo que comenzar, hace varios años, a aprender la lengua y entender su diferencia cultural, es decir, a comprender que, a pesar de ser mexicanos, tienen una diferencia cultural que los distingue.

“Esa es en realidad la única manera de definir a los indígenas dentro de este país. No solamente son los más pobres o los que viven más apartados. Además, son los que mantienen una diferencia cultural, en primer lugar lingüística, pero también étnica, regional, cultural. Y entender todas esas diferencias fue uno de los principales retos para poder acceder a ellos.”

 
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