Usted está aquí: sábado 24 de mayo de 2008 Ciencias Denuncian saqueo de especies vegetales por trasnacionales

■ Mejoran ejemplares endémicos y los patentan como propios, alertó Pilar Longar

Denuncian saqueo de especies vegetales por trasnacionales

■ El chicozapote, la papaya, la guanábana, la chirimoya y el jitomate, algunos casos de biopiratería

■ La pérdida descontrolada de especímenes podría llevar a un desastre ecológico, social y económico; se debe reglamentar, advirtió la especialista en biodiversidad del IPN

De la redacción

En el contexto del Día Internacional de la Diversidad Biológica, la investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), María del Pilar Longar Blanco, aseguró que “desde hace cuatro décadas la biopiratería en México se ha incrementado considerablemente; prueba de ello es que empresas trasnacionales han saqueado un sinnúmero de especies vegetales endémicas y las han patentado como propias”.

Drástica disminución de exportaciones

La especialista en Fitoecología y Manejo de Recursos en la Biodiversidad de México alertó que no obstante que nuestro país se sitúa en el cuarto lugar a escala mundial como nación poseedora de la mayor cantidad de especies vegetales, en los recientes 40 años entre 10 y 20 por ciento de las mismas han disminuido debido a la biopiratería.

La doctora Longar Blanco mencionó que las especies frutales, las cactáceas y las leguminosas son las variedades vegetales más pirateadas, y subrayó que es necesario fortalecer la normatividad y la vigilancia en las fronteras, puertos, carreteras y aeropuertos, a fin de evitar el saqueo de semillas.

La especialista del Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales (CIECAS) se manifestó por que las autoridades mexicanas legislen en torno al problema y se penalicen las acciones de biopiratería, además de que se patenten todas las especies nativas del país.

La preocupación de crear una normatividad al respecto –dijo– se debe a que una pérdida sin control de especies podría conllevar a desastres ecológicos, económicos y sociales, ya que además de deteriorarse la cubierta vegetal, se altera el hábitat y se erosiona el suelo. “Un suelo erosionado es imposible de cultivar, lo cual deriva en problemas económicos y sociales para las regiones afectadas”, apuntó.

La doctora Longar Blanco agregó que por ser las especies vegetales el primer eslabón de las cadenas tróficas, al desaparecer afectan la fuente alimenticia de los animales herbívoros y omnívoros, lo que propicia el desequilibrio de los ecosistemas.

Explicó que en México existían 285 especies frutales nativas que eran exportadas, de las cuales ahora sólo nueve se comercializan en el exterior. “Esa disminución tan drástica se debe a que poco a poco otros países las han pirateado y modifican genéticamente, de ese modo producen especies de mayor calidad y resistentes a plaguicidas para patentarlas como suyas”, afirmó.

Señaló que el caso de biopiratería más antiguo que se conoce en México es el del árbol de chicozapote, del que se obtiene el chicle, el cual fue saqueado del territorio nacional por una empresa trasnacional estadunidense, la cual cuenta con la patente. “También la papaya, la guanábana, la chirimoya y el jitomate son otros ejemplos claros de especies nativas que se han pirateado”, dijo.

La investigadora del IPN advirtió que la extinción de especies se presenta en México, pero también a escala global, por lo que puede considerarse como una desaparición masiva equiparable con las ocurridas en las eras cuaternarias en las que se registraron glaciaciones, pero reconoció que hay una diferencia grande, porque esas extinciones eran ciento por ciento naturales y las que tiene lugar en esta época son consecuencia del descuido humano.

Hizo un llamado urgente para que las autoridades tomen medidas para la conservación de nuestros recursos y medio ambiente con la aplicación de políticas más estrictas, así como mediante la constitución de un banco de germoplasma y los cultivos in situ y ex situ.

“La población tiene que adquirir conciencia de que México es un país megadiverso; nos lo estamos acabando y es imprescindible restituir los valores hacia la naturaleza e inculcar a los niños el amor por la vida y por la conservación de todo aquello que nos permite mantenernos vivos”, concluyó.

 
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