Usted está aquí: viernes 23 de mayo de 2008 Sociedad y Justicia Lamenta el cardenal que la historia del país se desgaste con ideas laicistas

■ Celebró Rivera el jueves de Corpus en la plancha del Zócalo

Lamenta el cardenal que la historia del país se desgaste con ideas laicistas

De la Redacción

Desde la plancha del Zócalo capitalino, donde se levantó un altar religioso, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, reprochó que la Iglesia católica haya sido encerrada dentro de sus templos y que las calles, plazas y avenidas hayan quedado “vacías de Dios”.

En la celebración del jueves de Corpus, en la que hubo una procesión alrededor del Zócalo, el prelado lamentó que nuestra historia se haya ido “desgastando” con ideas laicistas. “Es tiempo ya de recuperar nuestra verdadera religiosidad heredada de nuestros antepasados.”

Ante decenas de fieles que se congregaron en el Zócalo, el cardenal dijo que hoy los mexicanos vivimos aturdidos con los ruidos de todas las ideas y de los modelos de vida que nos llegan del extranjero y que van desmoronando nuestra idiosincrasia nacional. “Y al descristianizarnos, también nos desmexicanizamos”.

En su homilía y antes de la peregrinación alrededor de la Plaza de la Constitución, Rivera Carrera aseguró que “Cristo no se ha alejado de los mexicanos y sigue caminando en la ciudad, se le ve –agregó– en la procesión de los hambrientos, en las caras macilentas de niños abandonados, de hombres sin trabajo y de gente golpeada por la vida. Cristo ya no puede ser encadenado: tiene que redimir nuevamente el mundo de la política, del dinero, del poder, del arte, de la literatura y de la cultura. Está bien que Cristo siga en los sagrarios, pero también es bueno que deje el silencio de los templos y salga a las calles para despertar los corazones dormidos”.

El jueves de Corpus es una de las fiestas más importantes de la cristiandad, y su celebración en la ciudad de México data desde 1526.

En su mensaje, el cardenal señaló que es preciso que el evangelio resuene más fuerte en nuestra sociedad. Pidió que las murallas del odio y la violencia sean derribadas y que las prácticas de corrupción y la realidad del hambre sean suprimidas, y que a su vez “se abran nuevos horizontes de esperanza para nuestra patria”.

 
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