Usted está aquí: jueves 15 de mayo de 2008 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega
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■ Deprimentes resultados en educación

■ Atraco a jubilados del SNTE

En puerta está la enésima “reforma educativa”, ahora con el sello del “haiga sido como haiga sido”, cuyo contenido, más mediático que real, se conocería hoy en la conmemoración número 90 del Día del Maestro, a la que México asiste en precarias condiciones y con la ingrata condecoración de ocupar el último lugar en este renglón dentro de la comunidad de naciones integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

Tras la falsa “reconciliación” entre la titular de la SEP, Josefina Vázquez Mota, y la señora del “nuevo rostro de la modernidad del magisterio”, Elba Esther Gordillo, se anunciaría que la preparatoria adquiere condición de obligatoriedad (sin tener claro de dónde saldrán los recursos), aunque los niños y adolescentes asistan a la escuela con la panza vacía, a instalaciones destrozadas y con maestros pésimamente pagados, lo que sólo ratificaría una de las mayores debilidades del sistema educativo nacional, promovido en todas las “reformas” anteriores: volumen sin calidad (como si uno y otra estuvieran peleados).

Desde la primera ocasión (2000) que la OCDE practicó el Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) en México, los resultados han sido por demás deprimentes: el nivel educativo más bajo entre los 30 países de la Organización. La situación ha llegado a tal grado que hasta el responsable de dicha prueba, Andreas Schleicher, se vio en la penosa necesidad de aceptar que “el nivel educativo es tan deficiente que los jóvenes mexicanos confunden creencias populares con evidencias científicas, lo que impacta (negativamente, obvio es) el desarrollo económico (y social) del país”.

En 2000, el enfoque de la prueba PISA se centró en la lectura. En 2003, se concentró en matemáticas y en 2006 en ciencias. En las tres, los resultados fueron desastrosos. Sobre el particular, los informes de la OCDE advierten que más de 50 por ciento de los jóvenes mexicanos de 15 años se ubicaron en los niveles cero y uno en las habilidades de ciencia y matemáticas, las escalas más bajas, lo que significa que tienen una notoria insuficiencia para continuar con sus estudios en los niveles superiores, mientras que en lectura 47 por ciento obtuvo idéntica calificación.

No pueden con la primaria y la secundaria, pero van por la preparatoria, van por volumen sin calidad, por “resultados” mediáticos. Y así permanecerá mientras la educación esté en manos de una ex vendedora de pinturas, una arpía como Elba Esther que controla sindicato y secretaría, y un gobierno que acepta cualquier aberración mientras le aporten votos. Eso sí, la propia OCDE no discrimina, pues advierte que “la educación privada no se relaciona en automático con mejores resultados educativos; ejemplo de ello es el caso mexicano, en el que a nivel bachillerato tanto las escuelas de paga como las públicas apenas lograron el mínimo necesario para desenvolverse en la sociedad del conocimiento… Si se toma en cuenta el tipo de sostenimiento de las escuelas, se observa que los resultados de los bachilleres que asisten a las escuelas privadas no son muy distintos de los que están matriculados en las públicas” (La Jornada).

Y en el marco de la citada conmemoración, el INEGI divulgó que de cada 100 mujeres ocupadas en actividades relacionadas con la educación, 22 se desempeñan en el nivel de prescolar, 38 en primaria y alfabetización, 15 en secundaria, siete en media superior, ocho en estudios superiores, uno en educación especial, siete en educación artística, áreas administrativas, técnicas y deportivas, y 2 en ocupaciones afines. Por lo que toca a los hombres, en el mismo orden, la distribución es la siguiente: uno, 35, 23, 12, 15, uno, 11 y dos. Si de ingresos se trata, en 2007 la población masculina ocupada en actividades relacionadas con la educación “obtuvo en promedio 7 mil 874 pesos mensuales, y 6 mil 375 las mujeres”.

Las rebanadas del pastel

Sobre el “nuevo rostro de la modernidad del magisterio” (Elba Esther dixit), cirujano plástico incluido: “a partir de mayo de 2008 el ISSSTE descuenta 64 pesos mensuales a las miserables pensiones de los jubilados que fueron trabajadores de la educación, en todo el país, a solicitud del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. El pretexto es un ‘seguro de vida’ (con la trasnacional ING) para hijos menores de 25 años o cónyuges. Lo insólito: los descuentos se hacen sin consultar a los afectados y, por supuesto, sin haber designado beneficiarios. Algunas víctimas ya se han presentado en la Secretaría de Previsión y Asistencia Social del SNTE con su talón de mayo para exigir la devolución de su dinero, pero como la cola de ancianos ‘se veía fea’ y podrían surgir preguntas, los mandaron a un hotel situado en avenida Reforma 55, pero para el miércoles 14 de mayo fue en otra parte. Anexamos copia del documento SNTE-Aseguradora ING con el que los jubilados podrían dejar de ser víctimas de este atraco, pero… hay una ‘nota’: ‘Las devoluciones se efectuarán hasta 30 días posteriores a la fecha de aplicación (mes de mayo de 2008), a partir del segundo mes (junio); sólo se aplicará la baja en la nómina, no se harán devoluciones’ (se respeta redacción del original) ¿Con qué derecho se van a quedar con un dinero que no es suyo y que nadie los autorizó a tomar? ¿Por qué este dinero está en el SNTE y en la aseguradora? ¿Quién autorizó al ISSSTE a hacer estos descuentos? ¿Por qué un sindicato dispone del dinero de los jubilados que ya no pertenecen a él? ¿Cuántos jubilados no se han enterado ni se enterarán? ¿Cuántos ya no tienen capacidad motriz para reclamar su dinero? ¿Cuántas solteras, viudas y sin hijos menores de 25 años hay? ¿Cuántos están muriendo, y morirán, sin designar beneficiarios, si es que los tienen? Hay cerca de 800 mil afectados; si los multiplicamos por 64 pesos obtenemos 51.2 millones mensuales ¿Quiénes y cuánta comisión recibieron los que autorizaron este negoció? ¿Adónde va a dar este dinero? ¿Y los intereses? ¿A Elba Esther? ¿O a su yerno Miguel Ángel Yunes? Feliz día del maestro” (Profesionistas Independientes, Eduardo Aguilera, [email protected]).

 
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