Usted está aquí: sábado 10 de mayo de 2008 Opinión Charlatanes, membretes fascistas y aborto

Julio Muñoz Rubio

Charlatanes, membretes fascistas y aborto

Curioso fenómeno el que se observa en organizaciones de la ultraderecha mexicana durante coyunturas políticas en las que sus intereses se encuentran seriamente amenazados. Resulta que de pronto comienzan a aparecer campañas publicitarias en los medios masivos, firmados por membretes absolutamente desconocidos, mismos que desaparecen en cuanto la coyuntura termina. Tal es el caso reciente de la agrupación llamada Mejor Sociedad, Mejor Gobierno, conocida por la producción de los espots fascistas en los que se compara a Andrés Manuel López Obrador con Hitler, Mussolini, Pinochet y Huerta.

Hace unos días apareció un desplegado de plana completa, dirigido a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, condenando la despenalización del aborto. El panfleto en cuestión, firmado por una “organización” (¿deberíamos llamarla así?) denominada Manos a la Vida (La Jornada, 24/4/08, página 9), contiene afirmaciones con un lenguaje grandilocuente y pretendidamente riguroso, pero no se necesita ser un gran experto en cuestiones científicas para mostrar el escandaloso nivel de ignorancia y charlatanería que en realidad ahí se exhibe.

Se afirma en ese desplegado que: “Existe evidencia científica respecto de que el embrión humano posee características estructurales y funcionales que lo configuran como un sistema orgánico que posee genotipo humano, metabolismo propio y sistema inmunológico diferente al de la madre. Todo esto le permite desplegar un programa de desarrollo individual orientado hacia un destino definido. Por ello, a partir de la fecundación podemos identificar con rigor que existe un verdadero individuo vivo de la especie humana, diverso a su madre, que debe ser reconocido como auténtico sujeto de derechos” (cursivas mías).

En las palabras citadas, más allá de los evidentes errores de sintaxis (“posee... un sistema orgánico que posee”), hay una total carencia de esos conocimientos científicos que se dicen manejar.

Todo precursor de un ser vivo contiene el genoma del individuo y de la especie a la que pertenece; así, una semilla de maíz contiene el genoma de la especie Zea mais; todo huevecillo de mosca (Drosophila sp) contiene el genoma de la especie de mosca correspondiente, y no por ello la semilla de maíz ni el huevecillo de mosca son considerados individuos de la especie a la que pertenecen. Un genoma es solamente un conjunto de características codificadas que pueden llegar a tener una expresión fenotípica en el individuo cuando éste ya está formado.

En cuanto al asunto del metabolismo (el conjunto de procesos de síntesis y degradación de biomoléculas en el interior de un organismo) hay que explicar que el embrión mantiene una dependencia completa de la madre para el desarrollo de su metabolismo, y que las vías metabólicas generales de aquél son las mismas que las de la madre y las de todos los individuos de la especie humana. Y sí, la diversidad de sistemas inmunológicos entre los individuos humanos es ampliamente aceptada en las ciencias de la vida. Muchas de las particularidades inmunológicas pueden ser detectadas en la fase embrionaria del desarrollo, pero derivar de ahí que por su misma existencia se tenga un individuo ya formado es como decir que se es un ser humano distinto por el hecho de tener ojos de determinado color.

Hay algo que es absolutamente incomprensible en el manifiesto antiabortista:

¿Qué es “un programa de desarrollo individual orientado hacia un destino definido”?

La vaguedad e imprecisión de los términos utilizados no permite comprenderlos, menos cuando pretenden apoyarse en la ciencia para defenderse.

Sin el mínimo rigor lógico los redactores de este desplegado infieren que “por ello” a partir de la fecundación se tiene “un verdadero individuo vivo”. Al respeto hay que decir claramente que en biología todo individuo, por definición, está vivo. No existen individuos biológicos no vivos, ni falsos individuos vivos. Toda célula y todo organismo están siempre vivos, pero además del hecho de que en un embrión exista genoma, metabolismo y sistema inmunológico no se desprende que haya un individuo. El razonamiento, desde el punto de vista lógico, es falaz.

Los partidarios de la penalización del aborto tendrán que hacer un esfuerzo muy grande para encontrar argumentos científicos que verdaderamente justifiquen su posición. En tanto eso no suceda, como miembro de la comunidad científica y académica de este país, exijo que deje de usarse el nombre de la ciencia para apoyar causas violatorias de los derechos humanos, en particular de las mujeres, y muy mal hará la Suprema Corte de Justicia de la Nación si en vez de orientar su atención a las opiniones y tesis bien fundamentadas de la ciencia, la filosofía y la jurisprudencia, se atiene a las opiniones de charlatanes que sin el menor recato hacen de la ignorancia una virtud.

 
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