Usted está aquí: sábado 10 de mayo de 2008 Mundo Controla el movimiento chiíta Hezbollah todos los barrios sunitas del oeste de Beirut

■ Pide Naciones Unidas a las partes resolver sus diferencias por medios pacíficos

Controla el movimiento chiíta Hezbollah todos los barrios sunitas del oeste de Beirut

■ Dejan 18 muertos los choques armados entre la milicia y los partidarios del gobierno libanés

Reuters, Afp y Dpa

Ampliar la imagen Simpatizantes de la milicia chiíta levantan barricadas en un camino cercano a la playa de Beirut para inmovilizar el desplazamiento de los sunitas Simpatizantes de la milicia chiíta levantan barricadas en un camino cercano a la playa de Beirut para inmovilizar el desplazamiento de los sunitas Foto: Ap

Beirut, 9 de mayo. El movimiento chiíta libanés Hezbollah tomó hoy el control de barrios enteros de sus rivales sunitas en el oeste de Beirut, tras 48 horas de choques armados con partidarios del gobierno que dejaron 18 muertos y 38 heridos, y advirtió que el bloqueo se mantendrá hasta que haya una solución a la crisis política.

Los combates, los peores desde la guerra civil de 1975-1990, empezaron esta semana luego que el gobierno libanés intentó desmantelar la red de comunicaciones militares de Hezbollah, ante lo que el grupo opositor acusó al gobierno del premier Fuad Siniora de haberle declarado la guerra.

Estados Unidos y la Unión Europea, que condenaron la violencia atribuida a Hezbollah, dieron su “apoyo total” al régimen de Siniora en medio de llamados a resolver la crisis con “diálogo” y en el marco de las instituciones. También hubo llamados de Francia y España en el mismo sentido.

La Casa Blanca dijo que está “muy preocupada” por las acciones de Hezbollah e instó a Irán y Siria a dejar de apoyar a la milicia chiíta y no desestabilizar el país. Agregó que trabaja con otros gobiernos de la región y con el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para acordar “medidas que deben ser tomadas para que asuman su responsabilidad los causantes de la violencia en Beirut”.

Los combates cesaron cuando los derrotados partidarios del gobierno entregaron sus armas y oficinas al ejército, que en su mayoría ha sido visto como neutral en los 17 meses de conflicto político entre el Ejecutivo y la oposición que encabeza Hezbollah (Partido de Dios), un movimiento político que cuenta con una fuerza armada y un amplio apoyo popular.

La coalición gobernante libanesa describió las acciones de la milicia islámica de “golpe armado y sangriento”, y sostuvo que está dirigida a aumentar la influencia iraní y restaurar el dominio sirio, considerados sus aliados. Damasco se vio obligado a retirar sus tropas de Líbano en 2005.

En ese contexto, el presidente sirio, Bachar Assad, declaró que la crisis en Líbano es “un asunto interno” y expresó su deseo de que los libaneses lleguen a “una solución por medio del diálogo”.

Hezbollah y aliados como el movimiento chiíta Amal controlan la mayor parte del centro de Beirut, además de mantener bloqueadas las carreteras, incluyendo barricadas en la ruta que conduce al aeropuerto internacional.

Además, se informó que la milicia cerró todos los medios informativos de la familia del líder de la mayoría gobernante, Saad Hariri: las cadenas terrestre y por satélite Future TV, la cadena de información satelital Future News, el diario Al Mustaqbal y Radio Orient, que quedaron bajo el control del ejército libanés.

La violencia, que había estallado el miércoles, se intensificó el jueves luego de un encendido discurso del líder de Hezbollah, Hassan Nasralá, quien calificó varias decisiones del gobierno de “declaración de guerra” contra el movimiento chiíta, cuya milicia enfrentó éxitosamente en 2006 una guerra de 34 días contra Israel.

Una fuente cercana al movimiento opositor dijo que “no estamos llevando a cabo un golpe de Estado”, al explicar que todo estaba relacionado con decisiones del gobierno de investigar la red de telecomunicaciones (paralela) que el partido instaló en todo el país y la destitución del jefe de seguridad del aeropuerto, presentado como cercano al movimiento chiíta.

“Estamos proponiendo una asociación y ellos quieren monopolizar el poder y limitar nuestra participación” en la toma de decisiones, añadió. En consecuencia, dijo otra fuente del grupo, todos los temas están relacionados y el bloqueo se mantendrá hasta que haya solución política a la crisis.

El ejército libanés, que se ha mantenido al margen de estos enfrentamientos, patrulla los barrios y mantiene un importante despliegue de protección ante la sede del gobierno, el Banco Central y el entorno de las residencias de Hariri y Walid Jumblatt, líder de la minoría drusa, que llamó al diálogo.

Varios países árabes empezaron a evacuar a sus nacionales de Líbano, Italia se declaró listo para hacer lo mismo y la aerolínea jordana suspendió sus vuelos a Beirut a raíz de la violencia. Entre quienes abandonaban el país había británicos, estadunidenses, alemanes, chipriotas y sirios.

Los cancilleres de los países árabes se reunirán el domingo en El Cairo para apoyar al gobierno libanés, inquietos por la influencia de Teherán sobre Hezbollah.

El presidente palestino, Mahmud Abbas, se declaró “profundamente preocupado” por la situación en Líbano, abogó por el diálogo e instó a los palestinos que viven en ese país a que se mantengan fuera del conflicto.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, estimó que debe hacerse todo lo posible para evitar que se deteriore la situación en Líbano y llamó a “las partes a la compostura” y a “resolver sus diferencias políticas por medios pacíficos y por el diálogo”.

Dijo que toma nota de los esfuerzos de mediación emprendidos por el secretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa, y “continúa otorgándole su total apoyo”.

 
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