Usted está aquí: lunes 5 de mayo de 2008 Política Vivir Mejor propiciará choques entre la Federación y los estados

■ Experto de la ONU vislumbra disputas por posible uso clientelar

Vivir Mejor propiciará choques entre la Federación y los estados

■ El nuevo programa alimentario es lo más rescatable del plan, afirma

Angélica Enciso L.

La estrategia de política social Vivir Mejor, que dio a conocer la semana pasada el presidente Felipe Calderón, da continuidad a las acciones del sexenio pasado. No fue el anuncio de un programa nuevo, sino la clasificación de las acciones, señaló Rodolfo de la Torre, director de la oficina del Informe Nacional sobre Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Lo que se perfila, advirtió, es un clima de disputa respecto de lo que corresponde hacer al gobierno federal y a los gobiernos locales en este rubro.

Explicó que al inicio de este gobierno se pusieron en marcha programas sociales que no tenían una estrategia definida.

Después, explicó, se anunció el Plan Nacional de Desarrollo, que comenzó a dar orden a esos planes, pero aún no terminaban por unirse las distintas acciones.

El reciente anuncio, resumió Rodolfo de la Torre, pone en una estrategia común los esfuerzos anteriores.

En entrevista, detalló que esa integración se dio en tres líneas: capacidades, protección social y articulación de política social con política económica. No hay “programas nuevos: Vivir Mejor es la forma en que van a estar clasificados para que puedan coordinarse y complementarse en el futuro”.

Dijo que donde ha habido “cierta novedad es en lanzar un nuevo programa alimentario y en anunciar que va a haber una estrategia específica de combate a la pobreza urbana. Todavía falta por ver los detalles”.

Consideró que hay un “avance pequeño que tiene que ver con entender mejor cómo van a estar los programas de esta administración, más que lanzar una nueva estrategia en este momento, lo cual todavía va a esperar un poco más; pero se entiende más la estrategia de esta administración respecto de lo que había dejado ver en documentos anteriores”.

Estimó que hay algunas “diferencias ligeras” respecto de lo que fue la estrategia Contigo, aplicada en el foxismo. “También había entonces un componente de capacidades, uno de generación de ingresos y otro de formación de patrimonio. El componente de capacidades es similar al actual y parte de la vinculación de la política económica con la social. En realidad se ve continuidad respecto del esfuerzo de la administración anterior en prácticamente todos los sentidos y hay pocas innovaciones”.

Entre las novedades, agregó, está el programa de pobreza alimentaria en zonas marginadas, que se enfocará en los grupos no atendidos por Oportunidades, “en comunidades donde no hay infraestructura suficiente. Es un esfuerzo que va a tratar de ir más allá de lo que hizo la administración pasada en estos grupos. De hecho, en el sexenio pasado no se tuvo éxito”.

En cuanto al programa de pobreza urbana que se vislumbra, “parece que se quiere ir más allá de lo que en la administración pasada fue Hábitat, plan de combate a la pobreza urbana que hasta el momento no ha tenido resultados”.

Consideró que en el anuncio de Vivir Mejor no se observa un sesgo electoral, pero advirtió que se debe tomar en cuenta que se perfila “un clima de disputa, de debate respecto de qué corresponde hacer a la administración federal y a los gobiernos de los estados y municipios sobre política social. Recientemente ha habido un intento por redefinir hasta qué punto la Secretaría de Desarrollo Social debería atender directamente a los beneficiarios, a los derechohabientes de programas sociales, o qué tanto se debería hacer por medio de los gobernadores y alcaldes.

“Algunos quisieran tener más control local, otros más control del gobierno federal. Cualquiera de las dos posiciones tiene consecuencias en la forma en que perciben (los beneficiarios) el otorgamiento de programas y la percepción de dónde provienen los beneficios, lo cual se reflejaría en cuestiones electorales.”

Recordó que la Organización de las Naciones Unidas hizo un estudio sobre la vulnerabilidad de las políticas sociales, y se encontró que “cuando descienden a estados y municipios hay problemas de condicionamiento de los programas por votos, como un beneficio de un gobierno local sobre lo que es derecho de las personas o un programa federal”.

Consideró que algo que ayudaría a separar la política social y lo electoral sería continuar a nivel de estados y municipios lo que se ha llamado el “blindaje de los programas sociales”, identificar posibles problemas para informar a las personas y tener instrumentos de vigilancia y monitoreo sobre el funcionamiento de la política social.

 
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