Usted está aquí: lunes 5 de mayo de 2008 Opinión ¿Regresa Francia a la OTAN? ¿En serio?

Immanuel Wallerstein

¿Regresa Francia a la OTAN? ¿En serio?

Nicolas Sarkozy hizo un esfuerzo excepcional para sonar proestadunidense. En 2007 hizo una visita especial a Kennebunkport para sostener una agradable reunión con George W. Bush. Dado que ninguno hablaba el lenguaje del otro, tuvieron que contar con traductores. Así que tal vez se me permita intentar traducir lo que ha estado ocurriendo.

Sí, Sarkozy está usando un discurso que suena mucho mejor a los oídos estadunidenses que ninguno de sus predecesores en muchos años. Sí, ahora es la vieja y confiable Alemania con su canciller conservador la que parece preocupar al gobierno de Estados Unidos mucho más que la vieja y poco confiable Francia antiestadunidense. Y sí, Sarkozy parece compartir la misma retórica que Bush utiliza en torno a Irán, Afganistán e Israel (aunque no todavía respecto a Irak).

Pero resaltemos algunas cuantas reservas que se cuelan calladamente en el discurso. Los franceses enviarán 800 tropas más a Afganistán, pero únicamente a la región oriental. Esto libera a algunas tropas estadunidenses para que sean enviadas al sur, la región verdaderamente peligrosa. Los canadienses han insistido en reforzar el sur, donde han estado prácticamente solos manteniendo el fuerte, o si no, dicen, hay que salirse todos juntos. Los alemanes, los británicos y los holandeses, todos se rehusan a enviar tropas al sur. Es por esto que han sido increpados por el secretario de Defensa, Robert Gates. Ahora Francia, amablemente, ha hecho posible que los estadunidenses cumplan la misión que se le pedía a otros países que cumplieran. Quelle générosité d’esprit!

Y sí, Francia votó en la reunión de la OTAN en apoyo a la propuesta de Estados Unidos de establecer operaciones de defensa con misiles en Polonia y la República Checa. Pero Francia, en voz alta, se unió con Alemania (y con Gran Bretaña, Benelux, España e Italia) en la negativa a permitir que progresaran las solicitudes de Georgia y Ucrania de ser miembros de la OTAN sobre la base de que sería provocador hacia Rusia. Francia entonces permitió que George W. Bush probara su suerte y dirimiera directamente este asunto con Vladimir Putin. Quelle générosité d’esprit!

Y Francia dijo que ahora se volvería un participante “pleno y entero” en la OTAN, porque ahora Estados Unidos respalda –¿o fue algo condicional?– el principio de una fuerza europea unificada de defensa, siempre que estemos seguros que es una que deberá estar vinculada de algún modo con la OTAN. Si consideramos que Estados Unidos ha peleado con uñas y dientes durante los últimos veinte años contra la idea de una fuerza europea unificada de defensa, ésta no nos parece una cláusula menor. Es cierto que el presidente Bush verbalmente respaldó la idea en una reunión reciente de la OTAN en Bucarest. Pero, como advirtió Le Monde en su editorial del 4 de abril acerca de “Francia y la OTAN”, el discurso de Bush fue sólo un discurso. “Antes de rescindir la decisión de 1966 (mediante la cual Francia se retiró del comando integrado de la OTAN), el señor Sarkozy debería obtener de los estadunidenses garantías, no únicamente un discurso”. En cualquier caso, Sarkozy dijo en su discurso de Bucarest que una fuerza europea de defensa era su “ambición”, pero también su “prioridad”. Así que es claro que el asunto no está del todo resuelto.

Cuando el 7 de marzo de 1966, el general De Gaulle retiró a Francia de la estructura de comando integrada de la OTAN, eso fue un logro importante. Todas las tropas estadunidenses y los cuarteles generales de la OTAN tuvieron que abandonar Francia. De hecho, no fue una decisión repentina. Lentamente Francia se había ido retirando de la estructura integrada desde años antes. Y cuando Francia hizo estallar sus artefactos nucleares, De Gaulle anunció que serían utilizados para proteger a Francia tous azimuts (en todas direcciones), lo cual no fue lo que se dice agradable para Estados Unidos escuchar. Pero De Gaulle fue cauteloso al afirmar que Francia seguiría siendo parte de la OTAN –sólo una parte soberana de la OTAN, sin que hubiera tropas francesas bajo comando estadunidense.

Así como salirse del comando integrado de la OTAN fue un proceso gradual, así ha sido su reintegración plena. Fue Jacques Chirac, no Nicolas Sarcozy, quien comenzó el proceso en 1995, al hacer que Francia se reintegrara al comité militar de la OTAN. Y como podemos ver, Francia no ha ido mucho más lejos que eso. Y como Francia realmente nunca se salió de la OTAN, ahora no va a estar realmente dentro.

Entonces, ¿cuál es el punto de hacer un despliegue tan en voz alta de este cambio de política? Le Monde comenzó su editorial con la frase “Los símbolos importan”. De Gaulle hizo una declaración simbólica; la de que la política exterior francesa era independiente. ¿Qué intenta simbolizar hoy Sarkozy? No es, como afirma Le Monde la real reintegración, porque para todo efecto y propósito, Francia en gran medida ya se reintegró.

Hay dos posibles respuestas a esta pregunta. Por un lado, Sarkozy ha estado emprendiendo la reconstrucción generacional de la derecha francesa. En su ascensión al poder dentro de la derecha se le han opuesto todos los cuadros gaulistas que quedan (y envejecen). Y parece que intenta purgar la omnipresencia de De Gaulle en la realidad política francesa, y relegarlo al estatus de museo que recién obtuvo en el llamado historial De Gaulle en el museo militar de Les Invalides en París. Tal vez éste sea un juego peligroso para que Sarkozy lo juegue, dado que es probable que por otros diez años o más, la figura de De Gaulle asome su gran sombra entre la derecha francesa.

La otra respuesta posible es que esté intentando cumplir el legado gaulista con sigilo. Queda claro que una fuerza europea unificada de defensa está muy en la tonalidad gaulista. Después de todo, uno puede verbalizar cuanta reafirmación se quiera acerca de cómo esta fuerza complementaría y nunca se opondría a la OTAN. Pero significa que, una vez creada, los europeos podrían votar la disolución de la OTAN y quedarse no sólo con la Unión Europea y el euro, sino con una fuerza armada significativa. Y es concebible que esta fuerza armada podría hacer tratos con Rusia.

En cualquier caso, es mucho muy pronto como para que los neoconservadores se regocijen por recuperar a Francia bajo su ala.

Traducción: Ramón Vera Herrera

© Immanuel Wallerstein

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.