Usted está aquí: lunes 5 de mayo de 2008 Opinión Reporte Económico

Reporte Económico

David Márquez Ayala
http://vectoreconomico.com.mx

El gasto público descentralizado y el Distrito Federal II y última

En el proceso de descentralización del gasto federal de 1990 a la fecha ha habido un gran perdedor: el Distrito Federal.

Afectaciones financieras al DF

En la década de los 80s el Distrito Federal recibía en promedio el 22.2% de las participaciones federales, cuando éstas se distribuían bajo un criterio resarcitorio que consideraba tanto el aporte de cada entidad al PIB como su contribución en materia de impuestos a la Federación. Todavía en 1990 el DF recibió, bajo estos criterios, el 20.9% de las Participaciones, pero a partir de ahí –con las reformas de 1990 que adicionaron el factor poblacional como determinante de casi la mitad de las asignaciones del Fondo General de participaciones, lo que repercutió negativamente en el DF dado su bajo crecimiento demográfico (0.1% al año) y benefició a los estados con fuerte crecimiento poblacional– el porcentaje del DF cayó hasta el 12.7% del total (promedio 2003-2008) (Gráfico 3).

Así, desde entonces se le dejaron de reconocer presupuestalmente al Distrito Federal dos elementos básicos: a) que aporta 21.5% del PIB nacional (cifra de 2006), y b) que capta 55.2% de la recaudación bruta de impuestos federales (promedio 1995-2006).

El efecto de todo ello para el DF ha sido una pérdida (o no recepción) de recursos por participaciones de 374 mil millones de pesos (a precios de 2006) entre 1990 y 2008.

Un dato interesante surge de la comparación de estas afectaciones (en pesos corrientes) al Distrito Federal y los incrementos anuales de recursos transferidos a los estados para la educación básica a través del FAEB y para la educación tecnológica y de adultos (FAETA) entre 1992 (año de inicio de estas transferencias) y 2006 (último año con datos reales). En ese lapso, al DF se le disminuyeron 196 mil millones de pesos corrientes y a los estados se les asignaron recursos adicionales por 184 mil millones (Gráfico 4), esto es, que directa o indirectamente la descentralización educativa ha sido financiada sobradamente a costa del Distrito Federal, sin que éste, para colmo, recibiera la educación básica.

Pero al Distrito Federal no sólo se le ha afectado en el Fondo General de Participaciones (con mucho el más importante) al cambiar su coeficiente, sino también a través de las aportaciones:

– Según la Secretaría de Finan-zas del DF, de los cinco fondos de Aportaciones creados en 1998 mediante la Ley de Coordinación Fiscal (LCF) el Distrito Federal quedó fuera del FAEB (Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal) en razón a que tales actividades no fueron descentralizadas al DF, y también del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS), lo que supuestamente se debe a que “por error” se estableció en la LCF que los recursos de dicho Fondo irían a los estados y municipios (en vez de a las entidades) y el DF no es estado. Claro está que error que dura diez años no es error. La pérdida acumulada por tal exclusión entre 1998 y 2007 es de 4 mil 534 millones de pesos a precios de 2006.

– Al año siguiente, en 1999, el DF quedó fuera del nuevo FAETA (Aportaciones para la Educación Tecnológica y de Adultos), al no haberse dado tampoco esta descentralización.

– En la reforma fiscal 2007 se creó el Fondo de Fiscalización, que fusiona la coordinación en derechos y la reserva de contingencia, y contará con el 1.25% de la recaudación federal participable. Entre 2001 y 2005 el Distrito Federal recibió en promedio 706 millones de pesos anuales de la reserva de contingencia; en 2006 y 2007 no recibió recursos, ya que su regla de asignación escalonada hizo que éstos se agotaran antes de corresponderle al DF. Ahora, con el nuevo Fondo de Fiscalización aprobado se establece que la base de distribución de este fondo es la participación que las entidades recibieron en 2007, lo cual priva a la capital de otros 700 millones adicionales anuales.

– También en la reforma de 2007, se establece que todas las entidades recibirán en 2008 los mismos montos nominales que recibieron en 2007 del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas (FAFEF), y que los incrementos que se dieran debido a una mayor Recaudación Federal Participable (RFP) se distribuirán de manera inversa al PIB per cápita de la entidad federativa. El efecto de tal fórmula –calcula la Secretaría de Finanzas– es una disminución promedio de 208 millones al año en el próximo quinquenio.

Cabe hacer mención, así mismo, de que al Distrito Federal se le excluye de gran número de programas federales. De los 16 programas de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) para 2007, por ejemplo, se excluyó al DF en ocho (programas de Ahorro, Subsidio y Crédito para la Vivienda; de Apoyo Alimentario; de Coinversión Social; para Desarrollo Local; el Fonart (apoyo a artesanos); de Atención a Jornaleros Agrícolas; de Opciones productivas; y del Programa 3 x 1 para Migrantes. El criterio de que el DF no califica para estos programas contra la pobreza es erróneo: 42% de las 372 localidades en que el Consejo Nacional de Población (Conapo) divide a la Ciudad se clasifican como de muy alto o alto grado de marginación; el Distrito Federal tiene una población rural de más de 550 mil personas en seis delegaciones, y ocupa el lugar 11 (año 2000) en cuanto a número de emigrantes a Estados Unidos, aportando 4% del total nacional de emigrantes. No se justifica, por lo tanto, su exclusión de programas contra la pobreza, para el apoyo rural o los migrantes.

Otro elemento que no podemos dejar de mencionar en esta serie de afectaciones financiero-presupuestales al DF es el referente al traspaso de organismos y/o empresas paraestatales del entonces Departamento del Distrito Federal que realizó el gobierno federal al nuevo gobierno de la ciudad, el cual recibió dichas empresas, pero no los recursos del subsidio federal ni las reservas para cubrir pasivos laborales (fondos de pensiones en especial). En el caso específico de las empresas de trasporte urbano (Metro, RTP y Servicio de Transportes Eléctricos), mantenerlas operando con la misma estructura de subsidio (diferencia entre el gasto total de cada empresa menos sus ingresos propios) le ha costado al DF 43 mil 338 millones de pesos (a valor de 2006) entre 1999 y 2007.

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