Usted está aquí: sábado 3 de mayo de 2008 Opinión Diagnóstico sobre el Distrito Federal

Miguel Concha

Diagnóstico sobre el Distrito Federal

El próximo miércoles se presentará el Diagnóstico de Derechos Humanos para el Distrito Federal. Destaca por ser el primer ejercicio de este tipo no sólo a escala nacional, sino también mundial, pues hasta el momento ninguna otra entidad local o estado de la República ha elaborado un diagnóstico similar, pese a existir en México un compromiso para ello desde 2004. Es importante señalar también que será el documento base para que el gobierno de la ciudad elabore un plan de acción que dé respuestas concretas a las problemáticas que se identifican en él. Es decir, el diagnóstico deberá traducirse en un Programa de Derechos Humanos para esta ciudad capital, asunto nada menor, pues implicaría que las políticas públicas, los programas de gobierno, los presupuestos y las leyes de la entidad cuenten con una perspectiva de derechos humanos, de género y no discriminación.

Además el diagnóstico cobra relevancia no sólo por su contenido, sino también por el proceso mismo que llevó a su realización. Como un primer paso se estableció un comité coordinador, en el que participan, con voz y mayoría de votos sobre otras instancias públicas, diversas organizaciones de la sociedad civil: el Centro de Análisis e Investigación Fundar, la Red por los Derechos de la Infancia en México y el Grupo de Información y Reproducción Elegida, como titulares; Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas (Adivac), el Centro de Derechos Humanos “Fr. Francisco de Vitoria OP” AC y la Red de Jóvenes por los Derechos Sexuales y Reproductivos Elige, como suplentes. Representando al sector académico se propusieron y fueron aceptadas por un comité de selección la sede México de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y la Universidad Panamericana.

En forma ejemplar, las autoridades de la ciudad quedaron formalmente representadas por los tres poderes: el jefe de Gobierno, la Asamblea Legislativa y el Tribunal Superior de Justicia. La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, otro de los actores principales, ha funcionado además como secretaría técnica del comité. Por si fuera poco, la oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos se ha mantenido como observador del proceso.

El 3 de mayo de 2007 el Gobierno del Distrito Federal y las diferentes instituciones públicas y privadas que conforman el comité coordinador firmaron también una carta compromiso, que formalizó las bases de la colaboración para la elaboración del diagnóstico y posterior realización del Programa de Derechos Humanos en el Distrito Federal. Durante casi un año este comité se dio a la tarea de diseñar una metodología de trabajo, obtener información de diversas fuentes, y realizar consultas y entrevistas a servidores públicos, expertos en derechos humanos, miembros de organizaciones civiles y académicos.

La información y datos obtenidos pasaron por un proceso de sistematización, análisis, redacción y revisión, para dar como resultado un diagnóstico en torno a tres núcleos problemáticos que abarcan los temas prioritarios de los capitalinos en derechos humanos: seguridad humana, democracia y derechos humanos, así como sistema de justicia. Presenta además un análisis de los grupos de población que por sus características son altamente discriminados, entre ellos la infancia, la juventud, las mujeres, los indígenas, los adultos mayores y los migrantes.

Por su parte, las organizaciones civiles que participan en este comité, tanto las titulares como las suplentes, decidieron constituir un consejo para coordinarse mejor y tener una participación más efectiva en el proceso. Con este mecanismo se buscaba también facilitar la colaboración con otras organizaciones de la sociedad que tuvieran interés en contribuir con información para la elaboración del diagnóstico y el programa mencionados.

Este consejo se reunió frecuentemente para discutir la metodología de trabajo de los documentos que debían aportar al diagnóstico, así como las acciones para involucrar a otras organizaciones civiles en este proceso. Para ello, entre otras cosas, realizó también entrevistas a expertos y convocó a dos foros con otras organizaciones, para informarlas sobre el proceso de elaboración del diagnóstico e invitarlas a sumarse a los trabajos, aportando información y análisis acerca de la situación de los derechos humanos en el Distrito Federal y las causas que la propician.

La participación activa y efectiva de la sociedad civil y de la academia permitió dar al proceso el equilibrio necesario para lograr, en medio de sus limitaciones, un primer esfuerzo para ubicar las principales problemáticas de derechos humanos en esta ciudad capital, y para dar voz a las exigencias no sólo de otras organizaciones, sino de gran parte de la población.

Por ello se han comprometido a seguir colaborando en la realización del programa, pues falta concretar los compromisos asumidos por las autoridades capitalinas y traducirlos en acciones efectivas que impacten de manera positiva en el disfrute de los derechos humanos de las personas que viven o transitan por el Distrito Federal.

 
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