Usted está aquí: viernes 25 de abril de 2008 Opinión Penultimátum

Penultimátum

■ Milagros de Frei Galvao

¿A Octavio Paz sólo lo pueden comentar, juzgar, analizar, sus compañeros de género? Eso parece por la renuencia de las máximas autoridades culturales. Y es que aunque ya permitan que las mujeres lean libros sin el auxilio de sus confesores, no las juzgan habilitadas para interpretarlos. Inevitable recordar a la ilustre letras de oro de Nepantla:

“¿En perseguirme mundo, qué interesas?/ ¿En qué te ofendo cuando sólo intento /poner bellezas en mi entendimiento/ y no mi entendimiento en las bellezas?”

Seamos piadosos y consideremos que esta vez los ilustres burócratas de la cultura no hallaron mujeres capaces de una exégesis adecuada del poeta. No importa don Sergio Vela y asesores que lo acompañan. Ya vendrán otras generaciones femeninas que vayan más allá de la interpretación (vocal) de la muy respetada María Grever.

Durante la visita que el Papa hizo hace un año a Brasil, canonizó a un fraile franciscano que hace dos siglos hizo el milagro de curar a un enfermo de cálculos renales. Se trata de Antonio de Sant’Anna Galvao, popularmente conocido como Frei Galvao. La Iglesia sostiene que el monje le dio a tomar al enfermo tres papelitos donde había escrito “Tras el parto, Virgen, permaneciste inmaculada: Madre de Dios, ruega por nosotros”. Esos papelitos los convirtieron los frailes en píldoras. Por miles las elaboran unas monjas y las compran miles que están enfermos o en problemas. Las píldoras llevan adentro el escrito del monje en latín. Frei Galvao ha hecho más de 8 mil milagros, lo que explica que su santuario en Sao Paulo sea tan visitado. Se rumora que unas píldoras parecidas se venderán en el futuro santuario de los mártires que, con limosnas del gobierno de Jalisco, se erige en Guadalajara. Adentro llevarán la inscripción “Lux Pax Vix, deja tu limosna y gana el Gran Prix”.

¡Ay vida, ay mundo, ay España, no me merecen!, parece ser el grito del cantante Julio Iglesias, a punto de cumplir 65 años, con una considerable fortuna en euros y echado al olvido lo mismo en China y Japón que en Argentina, Mali y México. El milagro inverso de la mercadotecnia porque nadie como él vendió millones de discos, llenó auditorios y destrozó con sus arreglos interpretativos lo mejor de la música del mundo. Pero a Julio desde hace algunos años no le reconocen sus méritos. Comenzando por España, donde su nombre y sus discos son cosa del pasado. No está resentido, aclara con humildad, pero le duele que los medios, la dirigencia de los partidos políticos, el gobierno, la gente común, lo ignoren, no le rindan los honores que merece por todo lo que ha hecho. Para que no lo olviden del todo, inicia estos días gira mundial con 120 conciertos. Una lástima que cuando venga a México ya no encuentre a Raúl Velasco y su Siempre en Domingo, la plataforma que lo lanzó a la fama en América.

 
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