Usted está aquí: lunes 21 de abril de 2008 Política Los grupos campesinos deben despartidizarse

Entrevista a Alberto Cárdenas Jiménez, titular de la Sagarpa

Los grupos campesinos deben despartidizarse

“O son organizaciones de productores o entes de otro tipo”

El ex gobernador de Jalisco reafirma la política de no subsidios al campo; se define “demócrata por convicción” y por ello dispuesto a modificar su agenda para superar diferencias con detractores. Asegura que su gestión “ha entregado un excelente año agropecuario”

Matilde Pérez U.

Ampliar la imagen El secretario de Agricultura, durante la charla El secretario de Agricultura, durante la charla Foto: José Antonio López

Alberto Cárdenas Jiménez, secretario de Agricultura, Ganadería Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), asegura ser un demócrata por convicción y por eso dice estar dispuesto a modificar su agenda para sentarse a dialogar y llegar a acuerdos con las organizaciones campesinas del Congreso Agrario Permanente (CAP) y otras que lo “desconocieron como interlocutor válido” del gobierno.

“Respeto la investidura de todas las organizaciones; mi obligación como líder de la Sagarpa es juntar a todo el ejército para dar la pelea fuerte y que la ganemos para que el campo siga adelante”, asienta en entrevista.

Destaca que la agenda del sector agropecuario no se detendrá porque es un año complejo en el que se debe enfocar la fuerza, puntería y orientación hacia los “problemas gordos” nacionales y estar atentos a los internacionales, y por eso “todos debemos estar unidos”.

El país, sostiene, ya no puede continuar por las rutas viejas, requiere un campo con nuevos caminos, en el que las organizaciones se “despartidicen y despoliticen, porque o son organizaciones de productores o entes de otro tipo”. Y sitúa los cuatro asuntos a resolver con diversas agrupaciones: reglas de operación de los programas para el campo; reglamento del Consejo Mexicano para el Desarrollo Rural Sustentable; programas estratégicos para los productos “sensibles” –maíz, frijol, caña de azúcar y leche– a partir de la desgravación total en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y revisión del capítulo agropecuario de ese acuerdo comercial.

Infinitud de actores

–La relación con algunas organizaciones del CAP y otras que están en el Movimiento Nacional por la Soberanía Alimentaria se ha tornado más difícil, incluso han cuestionado su disposición al diálogo. ¿Cuál es su evaluación?

–El campo tiene infinidad de actores, todos muy importantes; son 140 a 160 organizaciones nacionales con las que trabajamos. Creo que a todos los estamos atendiendo, pero nos falta llegar a acuerdos con algunas organizaciones que están dentro del CAP y finiquitar las diferencias respetando su investidura.

–Hay roces muy fuertes, sobre todo con la CNC, que ha asumido una postura radical y crítica hacia el titular de Sagarpa.

–Con quienes nos hemos sentado, de todos los partidos, tamaños, los colores, de todos los sectores productivos, hemos llegado a acuerdos y consensos. Nos falta reunirnos con UNTA, CNPA, CCC, CCI, CNC, entre otras; a ellas mi respeto y reconocimiento, pero no nos hemos sentado para ver el fondo de los problemas que me han presentado: reglas de operación; reglamento del consejo mexicano para el desarrollo rural sustentable, programas estratégicos para los productos sensibles, maíz, frijol, caña de azúcar, leche, a partir de la desgravación total y revisión del TLCAN. Incluso les he enviado por escrito cómo salir al frente de estos asuntos.

“En esos asuntos tenemos visión para sacarlos adelante; en las últimas semanas nos hemos acercado y ojalá pronto lleguemos a acuerdos por el bien de México, porque todos debemos estar unidos. Es un año difícil, complejo, en el que debemos enfocar la fuerza, puntería y orientación hacia estos problemas gordos nacionales y muchos de ellos internacionales. De mi parte estoy dispuesto para llegar a acuerdos.”

–Las organizaciones insisten en que no hay apertura; incluso el documento de respuesta del gobierno a sus planteamientos lo calificaron de “insuficiente”, de “burla”. ¿Para usted las respuestas que plasmó Sagarpa en ese documento son suficientes o falta un diálogo más cercano?

–Yo he insistido en que por los medios de comunicación va a ser muy complicado que resolvamos los problemas; cuando tuvimos algunos pendientes con los secretarios de agricultura de los gobiernos estatales, con los gobernadores, con otras organizaciones, con sectores científicos, nos hemos sentado horas y horas, hemos aclarado puntos y hemos salido adelante. Aquí lo que digo es que nos den espacio a Sagarpa, den la oportunidad de platicar a fondo de los temas y seguro llegaremos a acuerdos.

“Soy demócrata de convicción, sé que no solamente se requiere escuchar, sino también poner en papelito los acuerdos y propuestas de los demás y así lo hemos hecho con todos los demás. Lo que digo es que nos demos tiempo, sentémonos el tiempo que sea necesario. Mi obligación como líder de la Sagarpa es juntar a todo el ejército para dar la pelea fuerte y la ganemos. La gente del campo sigue adelante y hay que seguir de frente; la agenda no se va a detener para nada.”

–Entonces, se trata de un debate político, que en el fondo pretende qué.

–Los debates siempre son buenos, jamás les pondré tacha alguna, jamás los rehuiré, estoy acostumbrado a eso y mucho más. Con esto simplemente reiterar que el secretario de Sagarpa está abierto y dispuesto a sentarse al diálogo.

–Parece que es una historia que se repite. En la anterior administración también hubo fuerte rispidez con el titular de Sagarpa, y la CNC se suma nuevamente. ¿Cómo lo ve desde su perspectiva política?

–Normal, porque los gobiernos que hemos llegado estamos obligadísimos a acelerar la transición del campo mexicano, no podemos seguir con el mismo campo, con los mismos programas; estamos obligadísimos a darle un giro, pero todos juntos. Creo que es una señal positiva para el país que estamos dejando caminos viejos, ése del “no puedo, soy un fracaso, dame más subsidios”, del que tienes que protegerlo y arroparlo a su máxima expresión, y eso hay que entenderlo. Hay que entrar al nuevo campo, al de las organizaciones orientadas a la producción, adonde la tecnología de punta la apliquemos con mucha responsabilidad en todos los productos; ese campo donde no le da miedo competir con ningún país del mundo, que de verdad sirva para los pequeños productores, que despartidice y despolitice a las organizaciones, porque o son organizaciones o son entes de otro tipo. Somos gobiernos que llegamos con esa firme convicción de hacer cosas muy ambiciosas pero juntos. Los cambios siempre traen fricciones pero debemos hacerlos; seguramente la siguiente administración continuará ajustando las políticas públicas, las visiones, los presupuestos, es una evolución normal que se vive cuando tenemos un entorno tan cambiante como el nuestro, como es la producción de alimentos.

–¿Lo ubica como un problema político-partidista?

–Bueno, tendrá algún matiz y así lo vemos, pero no debe asustar para nada llamar las cosas por su nombre. Por supuesto que somos de partidos diferentes, debe haber diferencias de visiones, pero tampoco son diametralmente opuestas. Las diferencias las veo prácticamente en cuatro temas con las organizaciones pendientes de llegar a acuerdos.

–Ante el Presidente, ¿qué cuentas ha rendido usted por esta situación?

–Creo que las cuentas que he rendido al país y al Presidente están abiertas a todo el mundo; tuvimos un excelente año agropecuario, crecimos más que otros sectores de la economía, exportamos lo que nunca 15 mil millones de dólares, logramos un crecimiento de empleo e inversión, somos uno de los países en el mundo que menor impacto tuvieron a consecuencia de los precios de los alimentos en su canasta básica y en la inflación. Las cuentas que dimos al Presidente fueron ésas de que el campo se está atendiendo y que hemos trabajado juntos con todos los gobiernos estatales, y el campo va para adelante.

–¿No se siente debilitado por esta situación?

–No, por el contrario. Me siento muy fuerte, muy entero, muy completo, echado para adelante; mi función como líder de la Sagarpa es no detenerme nunca, mirar adelante, seguir con lo que estoy haciendo, tomando decisiones importantes.

–¿Dónde ubica este problema?

–Cuando se quiere resolver un problema las dos partes deben tener las misma voluntad, real y verdadera. Mi agenda está a su disposición. Falta aquí el acercamiento necesario para sacar el problema agrario por el bien del país.

 
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