Usted está aquí: jueves 17 de abril de 2008 Sociedad y Justicia Polemizan países de AL sobre el uso de los biocombustibles

■ Se debe garantizar la seguridad alimentaria de los pueblos, coinciden

Polemizan países de AL sobre el uso de los biocombustibles

■ Brasil, máximo defensor de la generación de estos carburantes

■ Incrementan el precio de productos y dañan el ambiente: opositores

AFP

Ampliar la imagen Hasta que no haya seguridad alimentaria en la región, difícilmente podemos pensar en otro uso para los alimentos Hasta que no haya seguridad alimentaria en la región, difícilmente podemos pensar en otro uso para los alimentos Foto: Ap

Brasilia, 16 de abril. La producción de biocombustibles debe tener en cuenta el derecho a la alimentación y la seguridad alimentaria de los pueblos, afirmaron los 33 países latinoamericanos y caribeños asistentes a la Conferencia regional, de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que se realiza en Brasil.

Sin embargo, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, defendió la producción de biocombustibles y afirmó que éstos no son el “villano” que amenaza la seguridad alimentaria de los países pobres, sino una herramienta para su desarrollo económico.

El tema divide las opiniones en la región y en el mundo, y se convirtió en un asunto polémico en esta conferencia latinoamericana, realizada en el actual contexto de alza de los precios mundiales de cereales y otros alimentos básicos, el otro gran asunto que concentra las atenciones de los representantes.

“Es prioritario tener en cuenta la dimensión del derecho a la alimentación y la seguridad alimentaria de la población, principalmente de los sectores sociales más vulnerables, en el diseño de políticas públicas sobre la producción de biocombustibles”, señala el documento del comité técnico de la conferencia después de tres días de reuniones.

Varias naciones critican el uso de productos alimentarios para generar bioenergía por considerar que atenta contra la seguridad alimentaria, incrementa el precio de los alimentos y daña el medio ambiente.

“Hasta que no haya seguridad alimentaria en la región, difícilmente podamos pensar en otro uso para los alimentos”, dijo Gerardo Rojas, viceministro de Desarrollo Rural de Venezuela, país que con Cuba y Bolivia han sido de los más severos opositores de los biocombustibles.

Durante su intervención en la asamblea, el presidente Lula da Silva defendió la producción de biocarburantes como alternativa de desarrollo económico para las naciones pobres y llamó a un debate internacional.

“El verdadero crimen contra la humanidad será descartar a priori los biocombustibles, y relegar a los países estrangulados por la falta de alimentos y energía a la dependencia y la inseguridad”, dijo el mandatario brasileño en clara alusión al relator especial de Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, el suizo Jean Ziegler, quien consideró “un crimen contra la humanidad” la producción masiva de esos productos.

Brasil, sede de la conferencia, es, junto con Estados Unidos, de los mayores productores mundiales de bioetanol. A diferencia de Estados Unidos que lo produce con maíz (que subió mucho de precio), los brasileños defienden que su producción está exenta de esos problemas porque su etanol es generado con caña de azúcar, y el país no ha dejado de ser un gran productor y exportador de alimentos.

Esta nación sudamericana prevé producir en 2008 unos 20 mil millones de litros de etanol de caña de azúcar destinados a su mercado doméstico.

El director general de la FAO, Jacques Diouf, dijo que el alza de los precios de los productos alimenticios es un gran desafío, ya que la seguridad alimentaria de millones de personas en todo el mundo está hoy amenazada. Entre enero de 2007 y enero de 2008, el índice de precios de los alimentos de la FAO aumentó 47 por ciento.

En 2004, un total de 52.1 millones de personas, es decir, el 10 por ciento de la población de la región, seguían afectadas por el hambre”, denunció y añadió: “las comunidades indígenas son las más afectadas”.

También llamó a los gobernantes a participar en la Cumbre mundial sobre seguridad alimentaria, cambio climático y bioenergía, convocada del 3 al 5 de junio en Roma, “en un momento en el que los motines provocados por el hambre se propagan por los diferentes continentes”.

 
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