Usted está aquí: miércoles 16 de abril de 2008 Mundo Asume en tres semanas la tandemocracia de Vladimir Putin y Dimitri Medvediev

■ El actual presidente vigilará como premier al nuevo gobierno

Asume en tres semanas la tandemocracia de Vladimir Putin y Dimitri Medvediev

Juan Pablo Duch (Corresponsal)

Ampliar la imagen El presidente electo Medvediev conversa en el congreso de Rusia Unida con el actual mandatario Putin El presidente electo Medvediev conversa en el congreso de Rusia Unida con el actual mandatario Putin Foto: Ap

Moscú, 15 de abril. Dentro de tres semanas, a partir del 7 de mayo, fecha prevista para el relevo formal en el Kremlin, gobernará Rusia un Ejecutivo bicéfalo –la mancuerna integrada por el presidente electo Dimitri Medvediev y el siguiente primer ministro, Vladimir Putin, todavía presidente saliente–, pero pocos dudan aquí quién de los dos, al menos en el corto y mediano plazos, tendrá preponderancia en la toma de decisiones.

De acuerdo con la Constitución, la última palabra debería corresponder al presidente en su calidad de jefe de Estado. Sin embargo, en la práctica, nunca antes el entrante inquilino del Kremlin había tenido un contrapeso tan poderoso como el que limitará el margen de maniobra de Medvediev, cuya gestión será sometida a férreo control por Putin, su mentor.

El aún presidente de Rusia, que desde hace meses aceptó ser jefe de gobierno de su actual subordinado y sucesor, dio este martes un paso más hacia su ungimiento como una suerte de “líder nacional”, más allá de cargos formales, al concentrar en su persona también la presidencia del oficialista partido Rusia Unida (RU).

Por unanimidad y a mano alzada, los 577 delegados al congreso del partido, creado por y para el Kremlin en 2001, aclamaron a Putin como su dirigente máximo para los próximos cuatro años.

Así, Putin –y no Medvediev– podrá utilizar la formidable herramienta de poder que representa la mayoría calificada de dos tercios de los diputados con que cuenta RU en la Duma, suficiente no sólo para aprobar su programa de gobierno, sino para realizar cualquier enmienda constitucional, ya que para ello suma 15 legisladores más del mínimo requerido.

Es la primera vez, en la historia reciente de Rusia, que el líder del partido que ganó las legislativas será primer ministro, sin que lo anterior signifique que la mayoría parlamentaria decidirá la composición del gabinete.

Mejor dicho, el jefe de gobierno se apoyará en la bancada más numerosa de la Duma para mantener los equilibrios entre los clanes de su entorno en el Kremlin, que de un tiempo para acá se disputan posiciones clave en la política y la economía del país.

Aunque no se vislumbra en el horizonte cercano una ruptura entre ambos, como tampoco debe excluirse que pudiera ocurrir más adelante, al tener en sus manos las riendas del gobierno y el Legislativo, Putin queda más protegido que Medvediev ante un eventual intento de remoción.

En términos hipotéticos, en la actual correlación de fuerzas, es más factible iniciar el procedimiento de destitución del presidente que ratificar el cese del primer ministro, desventaja que restringe el campo de acción del nuevo mandatario, en la misma medida en que fortalece la figura del jefe de gobierno y líder del partido mayoritario en la Duma.

Putin y Medvediev, por lo pronto, están listos para desempeñar sus respectivos papeles en la cúspide de la pirámide del poder y así instrumentar la tandemocracia, el inédito sistema de gobierno que se perfila en Rusia.

 
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