Usted está aquí: lunes 14 de abril de 2008 Política Ganaderos preparan incursión en Choles de Tumbalá para desalojar a indígenas

■ Policía de Palenque habría revelado el plan; sería el tercer intento en 19 meses

Ganaderos preparan incursión en Choles de Tumbalá para desalojar a indígenas

■ Denuncian que líder de trabajadores propicia división para facilitar el despojo a los pobladores

Hermann Bellinghausen (Enviado)

Ampliar la imagen Imagen del municipio autónomo de El Trabajo, donde se asienta Choles de Tumbalá Imagen del municipio autónomo de El Trabajo, donde se asienta Choles de Tumbalá Foto: Moysés Zúñiga Santiago

Ampliar la imagen Escena en el municipio zapatista de El Trabajo, cuando el EZLN declaró alerta roja en junio de 2005 Escena en el municipio zapatista de El Trabajo, cuando el EZLN declaró alerta roja en junio de 2005 Foto: José Carlo González

Choles de Tumbalá, Chis., 13 de abril. Las tierras donde se asienta esta comunidad autónoma son codiciadas por los ganaderos vecinos, que nuevamente amenazan con invadirlas y destruir las casas, como ya lo hicieron el 3 de agosto de 2006 con apoyo de la policía de Palenque, y volvieron a intentarlo el pasado enero.

La versión de que se prepara otra agresión fue transmitida en Palenque por miembros de la policía municipal al indígena Gregorio Álvaro Cruz, antiguo poblador de Choles de Tumbalá, quien pasó casi tres años encarcelado sin haber cometido delito y salió, absuelto, a finales de 2007. “Hay otra orden de desalojo”, advirtieron policías palencanos. Según cuentan hoy los representantes del poblado, un agente dijo que “hace poco se juntaron los ganaderos porque ‘ya tenían la orden’ y llamaron a los comandantes de la judicial, la estatal y la municipal para solicitar su apoyo”.

Los mandos policiacos habrían replicado que actuarán cuando reciban órdenes. Los ganaderos dijeron que si no llegaban esas órdenes, “buscarían otra forma, como paramilitares armados, para expulsar a los zapatistas”. El terrateniente Luis Eduardo Maitré y sus prestanombres de la Asociación Ganadera del Usumacinta disputan las tierras donde se fundó el poblado en 1988, y sobre las cuales los ganaderos no tienen ni han tenido derecho.

Se trata de una “demasía” que los choles habitan desde entonces, y hoy forma parte del municipio autónomo El Trabajo. Vecinos del ejido Chuyipá, que trabajan en la finca 5 de Mayo, propiedad de Maitré, confirman que los ganaderos planean invadir Choles de Tumbalá.

Una nueva amenaza ha llegado a la comunidad. La Central Unitaria de Trabajadores (CUT), de Palenque, lidereada por Mario Álvarez Rodríguez, ofrece los predios de Choles de Tumbalá a campesinos sin tierra de Salto de Agua, y también les ofrece defenderlos con gente armada.

“Nosotros respetamos todas nuestras colindancias. Reconocemos nuestro terreno. Como indígenas que somos defenderemos este pedazo de tierra. Exigimos que los ganaderos dejen de molestarnos”, dice la tarde de este domingo uno de los representantes, en un rudimentario cobertizo que se usa como ermita, lugar de reunión o para realizar trabajos colectivos. “No tenemos ningún delito, respetamos la mensura de los ranchos”. La propiedad por aquí es estricta, parece trazada con regla.

Al norte de Palenque, la región está compuesta por grandes y pequeños ranchos ganaderos, o bien rentados a empresas para extensos monocultivos de hule y palma africana. La comunidad indígena “estorba” para los negocios de los ganaderos, promovidos por Felipe Vázquez Pérez y Gilberto Cruz Sánchez. Ahora se suman las pretensiones del dirigente de la CUT de propiciar enfrentamientos entre indígenas para despojar de sus tierras a los zapatistas.

Hace año y medio, la comunidad no sólo fue desalojada por los ganaderos y la fuerza pública. Fue arrasada. Quemaron las casas, y trajeron maquinaria para aplanar y cubrir las cenizas. No obstante, semanas después los choleros levantaron otra vez el pueblo, con ayuda de centenares de indígenas de los municipios autónomos de la región. Zapatistas desde 1994, hacen ondear a la entrada del poblado una viejísima y desgarrada bandera nacional y otra del EZLN.

“Nosotros aquí seguimos. No nos vamos a mover”, dice el que habla, rodeado de otros representantes, entre ellos una mujer que se ve de autoridad pero sólo se expresa en chol. A manera de confirmación, describe cómo ya preparan la tierra para la nueva siembra de la milpa, igual que cada año.

 
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