8 de abril de 2008     Número 7

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada


1938: Apropiación petrolera

2008: ¿Expropiación petrolera?

Gabinete neoporfirista

  • Pensamiento anticampesino y desnacionalizador, de la secretaria de Energía

Armando Bartra

Georgina Kessel, titular de Energía, no pertenece al gabinete agropecuario. Pero, en cambio, tiene sus ideas sobre el campo y a diferencia de otros secretarios, ágrafos o prudentes, ella las escribe: “Las restricciones derivadas del artículo 27 constitucional (…) fueron especialmente distorsionantes (…) para productos cuyo cultivo más eficiente se da en el contexto de una agricultura de plantación (…) caracterizada por amplias extensiones ( y ) que se desarrolla mejor por parte de agentes económicos dotados de amplios recursos financieros (…) Por ello la larga duración del reparto agrario representó un desincentivo al desarrollo agrícola en nuestro país” (Georgina Kessel, Santiago Levy y Enrique Dávila, El sur también existe: un ensayo sobre el desarrollo regional de México , julio 2000, mecanoscrito, p. 37).

Lo que según la colaboradora de Calderón conviene cultivar en latifundios (“amplias extensiones”) y por trasnacionales (“amplios recursos financieros”), es “café”, “plátano”, caña de “azúcar” y otros productos; bienes hoy mayoritariamente sembrados por pequeños agricultores y de los que depende el ingreso familiar de cerca de un millón de campesinos. Pero no sólo ésos, también los “maderables”, hoy en manos de cerca de 500 ejidos y unas 2 mil comunidades indígenas, que en México son los dueños de los bosques; mismos que según la flamante secretaria, debieran ser explotados por “agentes económicos” “más eficientes”.

En breve, la propuesta de la funcionaria calderonista consiste en acabar con el régimen campesino de propiedad (por el que se hizo una revolución), pues ha “desincentivado el desarrollo agrícola”, y cambiarlo por el latifundio trasnacional “extractivo”; sustituirlo por los vertiginosos “desiertos verdes” imperantes en el cono sur del continente.

Por fortuna Kessel no es titular de Agricultura, sino de Energía. Pero también sobre el petróleo y la electricidad tiene sus ideas: “La exclusividad del Estado en actividades estratégicas (…) implicó que las restricciones presupuestales frenaran proyectos rentables (…) y distorsionaran las decisiones de inversión privada en las ramas vinculadas a los proyectos del sector público (…)” (ibid, p. 34). “El régimen de derechos de propiedad sobre los hidrocarburos y el agua también han (sic) afectado (…); como consecuencia del marco legal vigente, las rentas derivadas de la explotación de hidrocarburos y de la electricidad, son apropiadas fundamentalmente por el sector público federal, lo que limita la derrama de ingresos” (ibid, p. 35). Así, la responsable de administrar los recursos energéticos de la nación considera que el “régimen de propiedad” y la “exclusividad del Estado” que establece la Constitución son un obstáculo para el desarrollo. No diré la Iglesia en manos de Lutero, que después de todo fue un notable reformista, pero sí la policía en manos de Durazo, que era un gángster.


ILUSTRACIÓN: Marco Buenrostro

Maíz y petróleo

Marco Buenrostro y Cristina Barros

No es casual que dos de nuestros recursos más importantes estén hoy amenazados; al abrirse las puertas al capital sin control alguno, la codicia y el dinero irrumpieron con violencia, empobreciendo a las mayorías y depredando el medio ambiente.

Además hay un engañoso afán de modernidad a partir de valores impuestos, y a la inversa, pareciera que abrevar en la historia para tomar decisiones es retroceso, olvidando que las acciones de los grandes líderes que arraigan y fortalecen a sus pueblos son las que tienen en cuenta el pasado.

En el caso del maíz se apuesta por el transgénico bajo la premisa de que es “lo moderno”, “lo de hoy”; rechazarlo es fundamentalismo, impide el desarrollo, dicen. Sin embargo se trata de una tecnología incipiente, riesgosa, que a la fecha ha dado pocos frutos.

Diversidad para la alimentación. No ocurre así con los maíces criollos; a partir de las más de 60 razas que han desarrollado los campesinos mexicanos, se puede enfrentar un gran número de escenarios, entre otros las sequías o la humedad persistente, hoy que por los efectos del cambio climático se requieren opciones para alimentarnos. Como afirma el investigador Antonio Turrent, a partir de los maíces criollos y de una buena planeación, hay “reservas probadas” de maíz suficientes para duplicar la producción actual.

La presión para sembrar maíz transgénico va acompañada de la insensatez que implica utilizar alimentos para generar combustibles. El presidente de Nestlé afirma que usar plantas alimenticias como biocombustibles es llevar a la humanidad a la hambruna; ya se han disparado por esa razón los precios de los granos básicos, seguiría una gran lucha por el uso de las tierras agrícolas, y el agua, ya limitada, escasearía hasta llevarnos a una crisis de consecuencias funestas.

Apuesta complicada. En cuanto al petróleo, pareciera que la posición del gobierno es de “avanzada”: privatizar, correr la aventura de explorar en aguas profundas. Sin embargo, la mayoría de los países están optando por tener mayor control sobre los energéticos. En cuanto a la exploración en aguas profundas, además de ser costosa y difícil, es azarosa. Si como sabemos, en nuestro país falta por investigar 70 por ciento de las áreas donde puede haber petróleo en aguas someras y en tierra, ir a aguas profundas es una mala decisión, sobre todo porque se plantea compartir el petróleo que pudiera extraerse, lo que implica un grave quebranto a nuestro patrimonio y al de las generaciones futuras.

En ambos casos: la propuesta de optar por el maíz transgénico y la de explorar en aguas profundas de la mano con compañías extranjeras, la publicidad no informa, sino que engaña como los comerciales que ofrecen limpiar con sólo pasar un paño o tener una mujer a los pies si se adquiere un auto.

Así se dice que el maíz transgénico es más productivo, que utilizarlo reduce el gasto de agua y de agroquímicos, que la contaminación por polen de los maíces criollos puede ser controlada y que el norte del territorio nacional no es centro de origen y diversidad del maíz. Se habla incluso de que existe un maíz transgénico resistente a la sequía, cuando no hay tal.

En el caso del petróleo, se nos considera ingenuos al asegurarnos que a partir de un tesoro oculto en el fondo del mar solucionaremos nuestros problemas y seremos felices; es sólo cuestión de aceptar un supuesto reto.

La realidad es que si aceptamos una de estas dos opciones o ambas, estaríamos jugando a la ruleta rusa. Y también es un hecho, que en los dos casos se pone nuestro patrimonio en manos extranjeras, y se va contra la legalidad y la ética.

El maíz ha sido un signo de identidad desde la historia temprana de México; con su actitud nacionalista y visionaria, Lázaro Cárdenas logró sembrar en la conciencia de los mexicanos, que el petróleo no es sólo un bien, sino un símbolo.

Hoy, el petróleo bien utilizado puede revertir el desequilibrio entre el campo y las ciudades. Se impulsaría así un modelo incluyente y más justo que renueve el pacto social y propicie una nación para todos.

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DATOS DUROS

Petróleo y agricultura

El gobierno abandona la producción de fertilizantes

1. Producción

La producción de fertilizantes en México se desplomó en los últimos 13 años, no para desalentar el uso de agroquímicos, sino por desinterés gubernamental en producir insumos agrícolas.

2. Comercio

Pese a tener una industria petrolera fuerte, los fertilizantes nitrogenados, que son los más utilizados, han tenido que ser importados ocasionando una creciente fuga de divisas. En 2007 la balanza comercial de estos insumos fue deficitaria en casi mil nueve millones de dólares, de los que 40 por ciento corresponde a urea.

Comportamiento del comercio de Fertilizantes

Miles de dólares

3. Precios

En los recientes ocho años los precios se han más que triplicado, lo que hace prohibitiva su utilización por parte de los pequeños y medianos agricultores.

Sergio Ivan Polanco López