Desde Otras Ciudades

Madrid: escaparate publicitario

Madrid. La capital española se asemeja cada día más a esa metrópoli imaginada por Ridley Scott en Blade Runner, esa versión de Los Ángeles en el año 2019, repleta de anuncios y coches voladores. Al menos en lo que a bombardeos de imágenes publicitarias se refiere, puesto que el actual alcalde de la ciudad, el conservador Alberto Ruiz-Gallardón, ha llevado a cabo un polémico proyecto con el que pretende inundar las calles de megapantallas en las que se repitan sin cesar invitaciones al consumo.

Los artilugios con lo que el ayuntamiento madrileño también busca financiar sus obras “faraónicas” fueron bautizados por los que sufren a diario su presencia, los residentes y paseantes de la capital española, como “chirimbolos”, una palabra que procede del eusquera y que significa, según la Real Academia de la Lengua, “objeto de forma extraña que no se sabe como nombrar”.

Pues bien, estos “objetos de forma extraña” han ocupado ya centenares de esquinas de la ciudad, en lo que es apenas el inicio de un proyecto que en cuatro años busca distribuir más de 3 mil “chirimbolos”.

Estos soportes publicitarios se presentan en cuatro formatos: del poste digital de 52 metros cuadrados, pensado para las grandes avenidas, de los que se instalarán 15; a la cartelera mini, con una pantalla de 6.10 m2, con 500 unidades previstas para la capital. Desde sus pantallas “extraplanas” se emiten sin cesar anuncios de lo más variopintos, de los que el consistorio se pretende embolsar alrededor de 160 millones de euros en diez años.

Armando G. Tejeda, corresponsal