■ Cualquier pretexto es bueno para aprehenderlos y acusarlos sin motivo alguno
Jóvenes de la calle, principal objetivo de policías para cubrir cuota de detenciones
■ Demanda Asociación Mexicana Pro Niñez y Juventud alto a la criminalización de marginados
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Decenas de niños y jóvenes en situación de calle, que viven y trabajan en la casa hogar de la Asociación Mexicana Pro Niños y Juventud, en la colonia Guerrero, también han sufrido el hostigamiento policiaco
Foto: Roberto García Ortiz
Estigmatizados por hacer de la calle su refugio y su fuente de trabajo, niños y jóvenes marginados y carentes de todo en la ciudad de México son detenidos bajo cualquier pretexto y acusados de delitos sin causa alguna por elementos policiacos que buscan a toda costa cumplir con su cuota de “puestas” en el Ministerio Público (MP).
Ante esta situación, Cuauhtémoc Abarca Chávez, director general de la Asociación Mexicana Pro Niñez y Juventud, pide el cese del pago de bonos a los policías por número de detenidos y un alto a la criminalización de niños y jóvenes en situación de calle, a quienes tratan como delincuentes.
Con más de 15 años dedicados a la atención de este sector de la población, Abarca Chávez asegura que, aunque durante un tiempo se lograron detener las agresiones de la policía, que a finales de los años 80 y principios de los 90 eran constantes, desde hace seis años este fenómeno ha ido a la alza de manera preocupante, sobre todo en las delegaciones Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza.
“Las autoridades quieren crear una imagen de que están combatiendo la inseguridad y la violencia, y hacen liga automática con los sectores pobres, y a quienes más impacta es a los niños y jóvenes en situación de calle”, refirió. Todo ello, dijo, a pesar de que trabajan de mil maneras: en cruceros, plazas, micros, mercados, Metro, donde pueden, y si eso no les funciona, prefieren mendigar y en casos extremos hasta prostituirse antes que robar.
“No te preocupes, es rutina”
En la casa hogar de esta asociación, habilitada en un deteriorado edificio de tres niveles ubicado en la calle Héroes, en plena colonia Guerrero, en espera de que el Gobierno del Distrito Federal cumpla con un convenio y done un inmueble, se alberga a 44 jóvenes, la mitad de ellos menores de edad. En los pasillos, las historias de las detenciones arbitrarias van y vienen.
Jesús Alanís, de 26 años, señala que lo cotidiano son las revisiones policiacas. “‘No te preocupes, es rutina’, te dicen, pero si te pareces a alguien que están buscando te llevan, por el simple hecho de que te ven mugroso”, dice este joven, quien para obtener un ingreso se acuesta sobre vidrios en los vagones del Metro.
Cuando lo “agarran”, comenta: “Les dijo ‘soy fakir’, me levanto la camisa y les enseño la espalda para que vean las heridas y no me involucren en otras cosas, porque te acusan de robo y de venta de droga”, relata.
Así se llevaron a Víctor, asegura Ezequiel. “Estaba moneando, lo levantaron y lo llevaron a la cuarta agencia del Ministerio Público. Lo acusaron de que llevaba una bolsa de mariguana y no lo soltaron”, explica, tras señalar que a su hermano también lo detuvieron cuando estaba trabajando. Lleva tres años en la cárcel.
Sin embargo, cuando se trata de hacer justicia a estos jóvenes, no hay tal. Juan Manuel Ruiz, de 24 años de edad, anda en muletas desde febrero pasado. Fue atropellado en las cercanías del Metro Hidalgo, sin que se detuviera al responsable. “Ese día ni iba drogado, tenía que trabajar, andaba de diablero”, recuerda.
De acuerdo con estimaciones de la Asociación Mexicana Pro Niñez y Juventud se calcula que en la zona metropolitana existen 30 mil niños y jóvenes en situación de calle, distribuidos en aproximadamente mil 500 puntos de concentración, sobre todo en los alrededores de las estaciones del Metro, principalmente Barranca del Muerto, Hidalgo y La Raza.