Usted está aquí: sábado 29 de marzo de 2008 Espectáculos Ya todo está inventado, pero vale la pena seguir haciendo roncanrol: Gurruchaga

■ Presentará El despertar del lobo, el más ecléctico de sus discos, en el Tianguis del Chopo

Ya todo está inventado, pero vale la pena seguir haciendo roncanrol: Gurruchaga

■ Los artistas debemos ser como espejos, pero no acomodaticios o provocadores, dice el líder de la Orquesta Mondragón

■ El material incluye duetos con Alejandra Guzmán, Moderatto y Liquits

Arturo Cruz Bárcenas

Ampliar la imagen Una canción debe tocar el corazón, la cabeza; ayuda a sobrevivir en esta larga y sinuosa carretera, declaró Javier Gurruchaga en entrevista con La Jornada Una canción debe tocar el corazón, la cabeza; ayuda a sobrevivir en esta larga y sinuosa carretera, declaró Javier Gurruchaga en entrevista con La Jornada Foto: Arturo Cruz Bárcenas

“Una canción debe tocar el corazón, la cabeza; ayuda a sobrevivir en esta larga y sinuosa carretera”, así lo expresó Javier Gurruchaga, quien el próximo 19 de abril presentará el más ecléctico de sus discos, El despertar del lobo (EMI), en el Tianguis Cultural del Chopo, a las 11 horas, y donde cantará por la tolerancia entre las tribus urbanas; después, el 23 del mismo mes, se presentará en Hard Rock Café, a las 20 horas.

A su cedé lo considera una mezcla “natural”, pues inclusive Joaquín Sabina, con quien ha compartido vida y arte, y quien en sus comienzos era “muy underground y ahora es una de las estrellas que más llena auditorios”, participa en él.

En entrevista en El Péndulo de la Condesa mostró su disco con orgullo, en el cual incluyó duetos con Alejandra Guzmán, Moderatto y Liquits.

“Empezamos en el colegio de mi ciudad, San Sebastián, en el País Vasco; en ese entonces nos presentábamos en pequeños antros. Luego fueron campos de futbol… el éxito, la popularidad. Yo creo en las calidades y los feelings, en las empatías, pues Joaquín (Sabina) nos ha hecho más de 40 canciones; otros autores nos han escrito letras muy interesantes –a él y a la Orquesta Mondragón, que le acompaña en El despertar del lobo–; quizá ellos respondan a una especie de eclecticismo, de cómo somos todos. Creo que es bueno reconocerlo. Son contradicciones que uno puede tener.

“Alejandra Guzmán canta Corazón de neón, que hicimos con la Mondragón hace 21 años, con Sabina; ella tiene una voz negra y describe muy bien esa noche de neón. Ahí están sus cualidades como cantante. Con Moderatto ya había actuado con su alter ego, Fobia, en el Estadio Azteca, hace año y medio. Para este disco pedí a Fobia y me decían ‘espera, espera’. Llegué al estudio y ahí estaba Moderatto.

“Este disco es un gran abanico de estilos, como ha sido hasta la fecha, combinando el rock, el blues, el cabaret berlinés, el jazz, etcétera. Todos esos guiños hacen que este sea un disco muy abierto, donde me di cuenta de que muchas de las cosas que creía que eran nuevas ya estaban escritas o cantadas en el itinerario musical-cultural-humorístico mexicano. Alejandra encaja muy bien con las noches de neón.”

Consideró que entre México y España hay más empatía de lo que se piensa. “Yo hice Ellos las prefieren gordas, en 1987, pero veintitantos años antes Salvador Novo hizo La guerra de las gordas. Es como esto de los emos contra no sé qué. Este disco es medio antológico, y con Liquits grabamos una canción que hice con Ana Belén hace varios años: Adiós, adiós.

–La importancia de hacer canciones que tienen que ver con la calle…

–Soy hijo, sobrino y nieto de ferroviarios. Saco mucho el tema de los trenes en mis canciones. Obviamente no hemos quitado el pie de la calle. El otro día me di una vuelta por el Chopo –que es un espectáculo–, y luego por la Lagunilla. Ir al Chopo es interesante para palpar lo que la gente dice y escucha; todo eso para no perder el contacto con las nuevas generaciones.

Más de lo mismo

“Estoy preparando canciones nuevas. Hay una que va a hablar sobre la tolerancia en el País Vasco. Hubo un caso muy sonado hace tres años de unos chavales de 14 años que insultaban a un compañero, hasta que lo presionaron y lo deprimieron, y se suicidó. Ahora está esta moda de los emos y los ísmos, que se me hace tan terrible.”

–¿En qué se ha convertido el rock?

–Hay cosas que son bienvenidas, como un reciente concierto de Neil Young o uno de Lou Reed. Crean conciencia con su canto. En el otro extremo creo que la fórmula se está agotando y, de hecho, los artistas que más nos cuentan son los viejos. Creo que sí se pueden contar buenas cosas, como lo hace Neil Young, que nos dice que hay que procesar al presidente (George Bush); lo expresa con valor.

“Creo también que el fenómeno industrial ha perdido su fuelle, y ahora es más de lo mismo, por lo que hay que buscar los recovecos del arreglo, aunque ya todo está inventado. No obstante, vale la pena seguir haciendo rocanrol, a pesar de que los cuatro acordes ya estén agotados. En cuanto a las letras hay casos destacados y aislados. En la realidad hay que ser espejos, pero no por eso acomodaticios o provocadores.”

En sus próximos conciertos cantará una versión de Humo en el agua, de Deep Purple, que titulará Fumar, no fumar, a propósito de la Ley Antitabaco que entrará en vigor el próximo 3 de abril en el Distrito Federal. “Con esa ley (en España) hemos pasado del negro al blanco, o viceversa. Yo no fumo, pero en cualquier caso tampoco se debe perjudicar al compañero. Imponer el veneno a los demás no lo veo muy bien. Hay que buscar soluciones intermedias.”

 
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