Usted está aquí: sábado 29 de marzo de 2008 Ciencias Tuberculosis, la gran paradoja de las ciencias médicas

■ Es de los males que más muertes causa y que más aportaciones ha hecho a la medicina

Tuberculosis, la gran paradoja de las ciencias médicas

■ Chiapas contribuye con más de 10% de las muertes por ese mal en el país

■ Se sabe todo de la patología, por lo que no debería existir un solo caso, dicen especialistas

■ El bacilo de Koch se descubrió hace 125 años, pero aún no hay pruebas diagnósticas claras, alerta especialista del IIBm

Javier Molina y redacción

San Cristóbal de Las Casas, Chis., 27 de marzo. La tuberculosis es una enfermedad tan antigua como la humanidad: en todas las culturas en las cuales ha habido momificación de personas se ha descubierto que la han padecido. Por ejemplo, en Perú, donde recientemente se encontraron unas momias de la cultura inca, hay evidencias de la antigüedad acerca de la existencia de esta enfermedad, afirma el doctor Héctor Javier Sánchez Pérez, investigador titular de El Colegio de la Frontera Sur.

La tuberculosis es causada por una microbacteria que, en honor a Roberto Koch, quien la descubrió en 1882, se le conoce como bacilo de Koch.

“Es una de las enfermedades que más muertes ha causado y, paradójicamente, ha contribuido al desarrollo de las ciencias médicas, por todo lo que implica su diagnóstico, manejo y control: a su estudio se deben, en su gran mayoría, los grandes avances científicos logrados en infectología.”

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 24 de marzo como Día Mundial de la Tuberculosis, “enfermedad asociada al desarrollo socioeconómico de una población, tanto, que no sólo se le considera un indicador de salud, sino también socioeconómico. Sin embargo, en 1993 se lanzó la voz de alerta para los países desarrollados, donde es considerada remergente, por la aparición del VIH/sida y los movimientos migratorios de poblaciones con mayores niveles de pobreza. Se considera que, a escala mundial, una de cada tres o una de cada cuatro personas (según la zona) están infectadas por el bacilo de la tuberculosis. Pero estar infectado no implica que se padecerá la enfermedad, depende del funcionamiento del organismo”.

El doctor Héctor Javier Sánchez Pérez obtuvo el doctorado en Medicina con especialidad en Salud Pública en la Universidad Autónoma de Barcelona, y es maestro en Epidemiología por la misma institución. Sostiene que no debería haber un solo caso de tuberculosis, “porque ya se sabe qué agente la produce, a qué tipo de personas afecta más y ya existe un tratamiento establecido. En el caso concreto de Chiapas –afirma– ‘contribuimos’ con más de 10 por ciento de las muertes que se producen en el país, por la pobreza y por las condiciones en las que vive la población”.

Desarrollo de la vacuna

Un grupo de trabajo de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, encabezado por Yolanda López Vidal, ha desarrollado una vacuna, ya caracterizada genómicamente, contra la tuberculosis, evaluada en animales y con patente aprobadada en el país y en el extranjero.

Aún queda esperar que no haya réplicas de redundancia en otras naciones para ser transferida a la industria, así como otros métodos diagnósticos y farmacológicos, señaló la especialista.

De otra innovación, denominada BCG México –que podría sustituir a la que se utiliza normalmente–, López Vidal comentó que en año y medio se podría tener la determinación genómica, proteómica e inmunológica completas, además de los estudios de toxicidad correspondientes.

La alta incidencia de esta enfermedad ha provocado que la OMS declare estado de emergencia global, pues se estima que anualmente hay entre ocho y 10 millones de casos nuevos, y fallecen de dos a tres millones de personas.

Casos de tuberculosis, detalló López Vidal, se presentan en todo el mundo, independientemente de factores geográficos o raciales. No obstante, la mayor incidencia se concentra en países en vías de desarrollo, pues se asocia con las clases socioeconómicas bajas, que poseen características específicas, como desnutrición, hacinamiento y mala higiene. El mayor número se presenta en África y Asia, y luego sigue Latinoamérica.

La erradicación, el objetivo

En México la prevalencia es de 11 a 25 casos por cada 100 mil habitantes. Pero como los métodos diagnósticos no son tan sensibles y específicos hay un subestimado de 40 por ciento: existe, por tanto, un subregistro de sucesos nuevos, pues sólo se ha detectado uno de cada cuatro. De ahí que cada año se calcule de 40 mil a 50 mil casos nuevos en México.

De las pruebas diagnósticas de este mal, Clara Espitia, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm), destacó –en el contexto del Día Mundial de la Tuberculosis– que aún son un problema. De hecho, aclaró Yolanda López Vidal, no existe una específica, a pesar de que el bacilo que provoca el padecimiento fue descubierto en el siglo XIX.

Los métodos existentes, agregó Espitia, son poco sensibles y se busca mejorarlos, lo cual no es sencillo, pues un tercio de la población mundial está infectada, pero sólo de cinco a 10 por ciento desarrolla la patología. Hoy, el tema es la resistencia de la enfermedad, explicó Espitia, que no ha podido ser erradicada del planeta.

 
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