Usted está aquí: viernes 28 de marzo de 2008 Mundo Miles de seguidores del clérigo Moqtada Sadr exigen la renuncia de Nuri Maliki

■ El primer ministro iraquí advierte a milicianos que mantendrá la ofensiva en su contra

Miles de seguidores del clérigo Moqtada Sadr exigen la renuncia de Nuri Maliki

■ Imponen toque de queda en Bagdad

■ El ejército del Mehdi controla gran parte de Basora

The Independent, Afp, Dpa y Reuters

Bagdad, 27 de marzo. Miles de seguidores del clérigo radical chiíta Moqtada Sadr se manifestaron hoy en Bagdad para exigir la dimisión del primer ministro iraquí, Nuri Maliki, quien prometió continuar la ofensiva contra los milicianos, que luego de tres días ha dejado más de cien muertos.

El premier aseguró que no va a renunciar. “Negociar con los forajidos es contrario a la Constitución. Su única opción es abandonar las armas y dar garantías de que van a respetar la ley”, declaró.

Las autoridades iraquíes impusieron hoy un toque de queda en Bagdad para contener los choques entre los militantes del Ejército del Mehdi, de Moqtada Sadr, y las fuerzas de seguridad iraquíes. No obstante, un civil murió en esta capital tras el lanzamiento de cohetes en la fortificada zona verde.

Los combatientes del Ejército del Mehdi también mantienen control de gran parte de la sureña Basora, la segunda mayor ciudad de Irak, pese a la ofensiva del gobierno.

Pero Maliki aseguró que el Estado se encuentra a cargo del país, aunque a última hora Sadr hizo un llamado para buscar “una solución pacífica y política a la crisis para evitar un derramamiento de sangre”.

Una fuente del Ministerio del Interior dijo que 51 personas han muerto y más de 200 han resultado heridas hasta el momento sólo en Basora.

Los combates alcanzaron esta madrugada la ciudad de Kut, al sureste de Bagdad, y causaron al menos 44 muertos, en tanto que en Hilla, al sur de Bagdad, los choques persisten desde hace dos días y han causado 60 muertos.

Además, milicianos volaron uno de los mayores oleoductos de exportación que lleva crudo de los campos petrolíferos del sur de Irak a la ciudad de Basora.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, alabó la “audacia” de Maliki al lanzar la operación, si bien reconoció que al ejército regular iraquí le llevará cierto tiempo vencer a los milicianos chiítas.

Externó, además, su esperanza de que ese país asuma pronto el costo total de las operaciones de su propia seguridad. Por otro lado, exigió a Siria y a Irán que dejen de “apoyar la violencia y el terrorismo” en Irak.

Estados Unidos reportó la muerte de tres estadunidenses, al menos uno de ellos del ejército en una serie de ataques esta semana en la zona verde de Bagdad.

 
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