Usted está aquí: lunes 17 de marzo de 2008 Estados Anomalías y disputas caracterizan elecciones del PRD en los estados

■ Acarreo, compra de votos, agresiones, amenazas, quema de papelería, urnas embarazadas...

Anomalías y disputas caracterizan elecciones del PRD en los estados

■ Hieren de bala a una persona en Campeche y golpean a ocho en Veracruz; atacan a periodistas

■ En Michoacán, cuna del perredismo, la abstención fue mayor a 90%; los Cárdenas no votaron

De los corresponsales

Ampliar la imagen Desorganización, retrasos, 70 por ciento del padrón "extraviado" (según el diputado perredista Enrique Alfaro) y falta de boletas para la votación de dirigente nacional fueron la constante en Jalisco. En una de las casillas se observa el uso de una urna de la elección de senadores Desorganización, retrasos, 70 por ciento del padrón “extraviado” (según el diputado perredista Enrique Alfaro) y falta de boletas para la votación de dirigente nacional fueron la constante en Jalisco. En una de las casillas se observa el uso de una urna de la elección de senadores Foto: Arturo Campos Cedillo

Errores en la distribución de papelería, falta de casillas, padrón rasurado, uso de recursos públicos para favorecer a ciertos candidatos, enfrentamientos verbales, golpes en Veracruz; dos heridos en Campeche (uno de bala) y enojo en Guerrero porque no se imprimieron 200 mil boletas para la elección concurrente de dirigentes municipales, fueron algunos de los incidentes más graves de la elección de dirigentes estatales y nacionales del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Formada para votar en una escuela primaria de Zacatecas, la gobernadora Amalia García Medina responsabilizó a la dirigencia nacional de las inconsistencias en el padrón. Un militante que hacía fila junto a ella le reclamó: “No estoy en el padrón. Nos dejaron fuera a los viejos militantes”.

En La Paz, Baja California Sur, los votantes se quejaron de falta de información sobre la ubicación de los puestos de votación. También hubo confusión al depositar las boletas en las seis urnas instaladas en cada casilla.

El líder nacional del PRD, Leonel Cota Montaño, tuvo que recorrer unos 10 kilómetros para votar en la casilla 17, instalada en la comunidad rural de El Centenario, a las afueras de La Paz.

Sobre la postura que debe tener la nueva dirigencia ante el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, dijo: “No hay mucho margen para los dirigentes: o están en el movimiento democrático o están en contra”. El movimiento, aclaró, es de oposición al régimen de Felipe Calderón, y si la nueva dirigencia pretende llevar el partido hacia otro camino, éste quedará a la deriva.

En Campeche se reportó un herido de bala en una riña. En el municipio de Calkiní se documentó que la dirigencia local, afín a Ortega, acarreó votantes y les regaló tacos de cochinita y refrescos; también se detectó inducción del voto entre campesinos que sólo hablan maya, y un reportero de un medio local y militante de Convergencia golpeó al diputado local Alberto Cutz Can, quien permitió votar a personas que no estaban en el padrón. El reportero fue despojado de su cámara y una turba rompió los faros de su vehículo.

En el mercado Morelos, de Ciudad del Carmen, seguidores de Encinas y de Ortega se enfrentaron a golpes y uno de ellos le dio un balazo en la oreja a otro. Los simpatizantes de ambos bandos se acusan de haber disparado y la procuraduría del estado abrió una investigación.

En Michoacán, cuna del perredismo, hubo poco interés por la contienda. El dirigente estatal, Armando Hurtado Arévalo, admitió que la votación no rebasaría 10 por ciento del padrón, de 380 mil militantes. No votaron ni Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano ni el ex gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel. El primero estuvo en el puerto de Lázaro Cárdenas y ahí expresó su deseo de que los candidatos acepten los resultados y el PRD sea un partido propositivo.

El proceso perredista se suspendió en 40 de los 165 municipios de Veracruz por irregularidades y enfrentamientos. Se reportaron al menos siete golpeados, cuatro en Hidalgotitlán, dos en Poza Rica y uno en Tres Valles.

En Guerrero hubo conflictos porque no se imprimieron las boletas para la elección municipal. En varios municipios, entre ellos Ayutla de los Libres, Ciudad Altamirano, Cochoapa el Grande y Pilcaya, se suspendió el proceso. Ni siquiera se permitió la instalación de las casillas. El reporte oficial fue que al menos 14 de 246 casillas no se instalaron.

En Matamoros, Ocampo y Miguel Alemán, Tamaulipas, también se suspendió el proceso. En los dos primeros municipios porque cuando se empezó a recibir la votación las urnas ya estaban llenas (o embarazadas, como se les llamaba en la época priísta) y en el tercero simplemente desaparecieron.

En Tabasco hubo brotes de violencia en los municipios de Centro, Centla, Huimanguillo y Macuspana. La casilla 44 del fraccionamiento Parilla, municipio de Centro, con cabecera en Villahermosa, fue quemada, de lo cual se acusan mutuamente seguidores de los candidatos José Ramiro López Obrador y Rodrigo Sánchez.

El representante legal del candidato Pablo Rodríguez Bonfil denunció que fueron robadas las urnas de la comunidad El Dorado, en Huimanguillo, y la que se instaló en el parque de Macuspana. En este último municipio, dijo, se detectaron urnas embarazadas en una casilla.

No se reportaron incidentes en Sinaloa, Chihuahua y Aguascalientes, pero sí un abstencionismo de entre 85 y 90 por ciento.

La otra cara se vio en Durango, donde sufragaron, según datos preliminares, 70 por ciento de los inscritos en el padrón, aunque hubo denuncias de acarreo, amenazas de muerte e injerencia del gobierno estatal.

En San Dimas, municipio serrano de Durango, a Manuel Guevara, representante del candidato José Ramón Enriquez Herrera y de Alejandro Encinas, le ofrecieron dinero para que permitiera votar a gente que no estaba en el padrón. “Pide lo que quieras”, le dijeron. Sin embargo, dijo, como respondió que no se vendía lo amenazaron con una pistola, por lo que presentará una denuncia penal.

En Guanajuato, los incidentes ocurrieron en el municipio de Valle de Santiago. El reportero Luis García, de un diario local, fotografió al diputado perredista Fernando Arredondo Franco cuando entregaba 200 pesos a militantes que aparentemente habían votado por Jesús Ortega y Miguel Alonso Raya.

El reportero tuvo que huir cuando fue descubierto por el legislador, quien azuzó a sus seguidores para que le quitaran la cámara.

 
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