Usted está aquí: domingo 16 de marzo de 2008 Política A la mitad del foro

A la mitad del foro

León García Soler

■ Si la memoria tiene un futuro

■ El petróleo es poder

Hoy elige el PRD presidente nacional. Las rencillas tribales se hicieron patrimonialistas, pero persiste el viejo estilo. Sainetes en San Lázaro y clientelismo en los territorios donde imperan las corruptelas. Lástima. Amenazan impugnar lo que hoy decidan y los cabales concuerdan con los complotistas en señalar que Andrés Manuel López Obrador llamará a la rebelión de las masas, impugnará si gana Jesús Ortega.

Alejandro Encinas es político de militancia probada y capacidad de conciliar opuestos. Pero la contienda no es entre Encinas y Jesús Ortega, cuya habilidad para acumular posiciones en las estructuras partidistas merece algo más que eterna cosecha de puestos y derrotas cobradas a precio de oro. El liderazgo es de Andrés Manuel López Obrador y nadie se lo disputa. Callar y obedecer es la consigna. Los perredistas llegan a las urnas en la opacidad de un “padrón inflado.” Lástima. Porque al país le hace falta una izquierda propositiva, dispuesta a ganar elecciones para llegar al poder con objetivos claros. Una política social de Estado, por ejemplo.

De poco o nada sirven las presidencias legítimas y los liderazgos iluminados; el apoyo de las masas, una campaña de afiliación de fieles creyentes que no se traduce a votantes. No es poco lo alcanzado en 2006. Los legisladores de la triple alianza reformaron las leyes electorales sumando su voto al de priístas y panistas para impedir que el dinero ponga y el poder mediático quite. El PRD es consecuencia de luchas electorales y la voluntad de no sacrificarlas ante el altar del cesarismo sexenal. Todo cambió, pero ni Lampedusa podría decir que todo sigue igual. La derecha que gobierna no es vergonzante; tiene los ojos en la nuca y convoca a la marcha de los cangrejos. No a ritmo de polkos, sino el tintinear del oro y el ánimo juvenil alabado por Germán Martínez a las puertas de Los Pinos: nuevo arquetipo del político, modelo de honestidad, “rico, guapo y entrón.”

Apología de Juan Camilo Mouriño. Lo atacan por miedo y el PAN no permitiría que se erija un tribunal de excepción. Felipe Calderón reunió al dirigente de su partido y a gobernadores panistas con su secretario de Gobernación en la casa presidencial. El Presidente tiene facultades para nombrar y remover libremente a sus secretarios. Por lo visto, creyó necesaria una manifestación pública de apoyo, expresión de fe: no violó la ley, no incurrió en falta alguna, ni ética ni moral. José Guadalupe Osuna, Héctor Ortiz, Marcelo de los Santos, Francisco Garrido Patrón, Emilio González Márquez y Marco Antonio Adame dieron aval federalista. El gobernador de Morelos hizo gala de mesura, pero rechazó el golpismo efectista que atribuyó a la exigencia de investigar si violó la ley el político modelo del tercer milenio.

Calderón se dio un espaldarazo y montó sólida base para cimentar el ministerio del interior y consolidar al conducto único con los otros poderes, los gobiernos estatales, los partidos de la pluralidad, los grupos de poder real; el dinero por delante y la bendición de la clerigalla. Juan Camilo habla a su nombre, actúa a su nombre, se compromete a su nombre. Digo ministerio del interior y no Secretaría de Gobernación, porque Iván habla ya a nombre de las dependencias enfrascadas en la guerra contra el crimen organizado; la dependencia vuelve a tener dientes. ¡Cuidado! Ya se aprobó la reforma judicial, pero quedan las leyes secundarias y por ahí alienta el verdugo de Joseph Le Maistre.

De la reforma energética, ni hablar. No hay acuerdo visible sino desconcierto multiplicado sobre los ajustes que aconsejaban los reaccionarios con piel de oveja, los tecnócratas incapaces de entender lo que significa para México el barril de crudo a 110 dólares (a 94 dólares la mezcla mexicana). Tan duro es el golpe de la recesión que el gobierno de George W. Bush acudirá al rescate de Bear Stearns, el banco que aconsejaba olvidarnos de reformas constitucionales y cambiar normas menores. Bear Stearns cayó en desgracia en algo menos de 24 horas. Mouriño resiste. La búsqueda del tesoro en aguas profundas, no.

El petróleo es poder. Calderón busca salidas al laberinto de la nacionalización y tropezó con la misma piedra que hizo trastabillar a quienes lo precedieron en el empeño: los contratos de riesgo. No va a ser posible hacer pasar ese camello por el hoyo de la aguja del sentido común y el instinto de conservación. Hay petróleo en aguas profundas y tendremos que explotarlo. Pero no hace falta asociarnos con los dueños de tan afamada tecnología. Está en el mercado. Y mientras hacemos la tarea política interna, bastaría invertir de inmediato en explorar y explotar nuestros fundos bajo aguas someras y en tierra firme. 100 dólares por barril de crudo que nos cuesta ocho o 10 dólares.

Por lo pronto, Mouriño se reúne en Bucareli con los secretarios de Energía, de Hacienda y del Trabajo para afinar la propuesta de reforma energética, dicen. Por cierto, también asistió Jesús Reyes Heroles, director general de Pemex, quien había anticipado sería mero operador; actitud de prudencia o de humildad que mal se aviene con la obligación de aportar la experiencia, el conocimiento inmediato, las responsabilidades directas. La señora Georgina Kessel preside, Agustín Carstens y Javier Lozano son consejeros. La secretaria de Energía ha dicho y vuelto a decir; parece haber decidido. Javier Lozano ha adoptado el papel de inflexible y justiciero desfacedor de entuertos. No para tutelar el interés de los trabajadores, sino el de los patrones. Particularmente el suyo.

Y eso nadie se lo reprocha. Pero un papel protagónico de Javier Lozano en esta semana de ingentes definiciones, pareciera obedecer a la lógica de la guerra: liquidar, no conciliar. Semana sin puentes entre la expropiación del petróleo y el natalicio de Benito Juárez. Pero habrá cuatro actos definitorios el 18 de marzo: Calderón preside el acto oficial en Dos Bocas, Tabasco. López Obrador, en el Zócalo. Cuauhtémoc Cárdenas hablará por la mañana en Morelia y estará al mediodía en la guardia de honor de familiares y amigos, bajo la bóveda del Monumento a la Revolución.

Hoy elige dirigencia nacional el PRD, de espaldas a los votos que se esfuman. “En las elecciones presidenciales de 2006 el PRD obtuvo en Sinaloa 31 por ciento de los votos en octubre pasado, cuando se renovaron alcaldías y Congreso sinaloenses, apenas alcanzó 6 por ciento.” (Javier Valdez y Leopoldo Ramos, La Jornada, 13/03/08.)

Hoy dejarán que estalle la huelga en Luz y Fuerza del Centro. El Sindicato Mexicano de Electricistas emplazó y la respuesta se redujo a campaña mediática para culpar al gremio de todos los males que en el mundo han sido. Mouriño se reunió con Enrique Peña y Miguel Osorio Chong. Luces para el estado de México y para Hidalgo. Si estalla la huelga, técnicos de confianza y trabajadores de la CFE se harán cargo del servicio. Pero la requisa estará a cargo del Ejército. Mala hora esta para resolver problemas políticos con el recurso de las fuerzas armadas.

En A futura memoria (si la memoria tiene un futuro), Leonardo Sciascia habla de lo dicho al presidente Sandro Pertini sobre la mafia: “plaga que sólo podrá eliminarse con un control bancario riguroso.”

Manos limpias sin lavar ajeno.

 
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