Usted está aquí: sábado 15 de marzo de 2008 Cultura Autentifican el rostro original de Mozart

■ Retrato del músico estuvo oculto 225 años

Autentifican el rostro original de Mozart

Pablo Espinosa

Ampliar la imagen El retrato de Mozart, autentificado ayer El retrato de Mozart, autentificado ayer Foto: tomada de la página del King’s College London, en Internet

A partir de hoy la humanidad volverá a contar con una referencia visual más cercana al alma del compositor austriaco Wolfgang Amadeus Mozart, luego de que uno de los más importantes expertos mozartianos, el profesor Cliff Eisen, logró la autentificación de un retrato que permaneció oculto durante 225 años.

Se trata, documentó Eisen, del más importante descubrimiento icónico después de la muerte del músico, ocurrida en 1791, y queda como el cuarto retrato auténtico de los muchos que circulan en el planeta, pero que no corresponden a la imagen real que Mozart tuvo en vida.

Puesto frente a uno de los retratos atribuidos a la imagen mozartiana, el que aseguran algunos pocos realizó Barbara Kraft días antes del fallecimiento del autor de más de 600 obras en menos de 30 años, que se parece mucho al que ahora logró autentificar Eisen, contradice firmemente la autenticidad del retrato barbariano y, en cambio, aporta datos significativos y en primera instancia fidedignos: afina los rasgos físicos, proporciona mayores detalles gestuales y, sobre todo, el talento del pintor logró plasmar el gesto, la bondad infinita, la profundidad de la mirada, el sesgo abismal de un ser superior.

La reacción en Europa fue de júbilo inmediato ayer. Entre los conocedores mexicanos no hubo duda alguna: “ese óleo suena a Mozart”, se exclamó a coro. Una correspondencia casi exacta entre el carácter arcangélico de su música y la vibración de los colores en el retrato, así como la serenidad del rostro, la apacible fuerza interior del retratado, fue puesta de manifiesto.

Casaca roja, su prenda preferida

Uno de los puntos de apoyo para la investigación ardua que emprendió desde hace un par de años el profesor Cliff Eisen consiste en tomar por la casaca a Mozart, es decir, ubicar las referencias a la que fue su prenda preferida, una hermosa casaca escarlata de la que habló y habló y escribió en sus cartas, esgrimidas en sus citas puntuales por el académico, quien este sábado ofrecerá una conferencia en el King’s College londinense para refrendar su hallazgo y logro.

Eisen ubicó como 1783 la fecha en la que el pintor austriaco Joseph Hickel realizó este retrato, ocho años antes de la partida del músico.

Los otros tres retratos hasta hoy autentificados son el que ejecutó Doris Stock, en Dresde, en 1789; un medallón de cera elaborado por Leonhard Posch, de 1788, y el hasta hoy más célebre de todos, el retrato inacabado que pintaba el cuñado de Volfi Mozart, Joseph Lange, entre 1782 y 1787, que no pudo culminar pues el periodo vital del músico terminó antes.

Hoy el mundo sabe cómo era el rostro de Mozart. Lo único que ya se conocía era la inmensa gloria de su alma, luego de horas y horas de escuchar su música.

 
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