Usted está aquí: viernes 7 de marzo de 2008 Mundo La campaña electoral, marcada por el tema de la reanudación de la violencia por ETA

■ Ofrece el PNV a Madrid ayuda para solucionar el conflicto vasco

La campaña electoral, marcada por el tema de la reanudación de la violencia por ETA

Armando G. Tejeda (Enviado)

San Sebastián, 6 de marzo. Las elecciones del próximo domingo, en las que se elegirá el Parlamento español para los próximos cuatro años, tiene un carácter “excepcional” en el País Vasco, donde hasta seis partidos políticos se disputan el voto de los cerca de 2 millones de ciudadanos convocados a las urnas.

La campaña electoral ha estado marcada por temas como la reanudación de la violencia por parte de ETA y el fracaso del proceso de paz, la inminente convocatoria de una consulta a la ciudadanía por el presidente del gobierno del País Vasco, Juan José Ibarretxe, y la ilegalización de los partidos políticos que representan a la izquierda separatista radical: Batasuna, Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV) y Acción Nacionalista Vasca (ANV).

En el discurso de las formaciones políticas vascas hay dos polos antagónicos: los nacionalistas vascos, que pugnan por un nuevo marco de relación con el Estado español, y la de las organizaciones “unionistas” o “españolistas”: los partidos Popular y Socialista Obrero Español (PSOE), que reivindican la permanencia del actual marco estatutario.

Aitor Esteban, número dos en las listas del Partido Nacionalista Vasco (PNV), explicó a La Jornada que “estas elecciones son importantes porque queremos lograr un nuevo acuerdo de relación con el Estado español, ya que creemos que hay una mayoría social en favor de esa negociación y queremos que sea una realidad en esta legislatura”.

El PNV señaló que busca lograr “acuerdos” con quien se alce con la victoria el domingo, ya sea la derecha o la izquierda. “Los ocho años de (el ex presidente José María) Aznar fueron un auténtico desastre para el País Vasco. El recorte de libertades es evidente, pero el problema, que fue el que creó esa dinámica tan virulenta en Euskadi, es que intentó identificar a todo el nacionalismo vasco con la violencia”.

Eduardo Madina, del Partido Socialista de Euskadi, señaló por su parte que “la derecha se alimenta del alarmismo, que no sabe funcionar ni vivir sin miedo y sin confrontación”, y por ese motivo defendió la visión de su organización para llegar a acuerdos y cohesionar al país.

Mikel Arana, de Izquierda Unida-Esker Batua (IU-EB), explicó que la izquierda abertzale representa en Euskadi entre 10 y 15 por ciento del electorado. Por tanto, “eliminar la posibilidad de votar a tal cantidad de gente vicia las elecciones. Vamos a un esquema de baja calidad democrática, y más con el proceso de ilegalización de las fuerzas políticas, tanto de Batasuna como de ANV y PCTV”.

Iñaki Irazabalbeitia, candidato de Aralar por Guipúzcoa, calificó de “excepcionales” los comicios al sostener que por un lado se ha ilegalizado a los partidos políticos de la “izquierda abertzale oficial”, una “medida que nosotros juzgamos como el mayor ataque a la democracia que ha habido en Europa en los últimos 50 años”.

Por otro lado, añadió el aspirante, está la acción de ETA después de una ruptura de la tregua unilateral y sin avisar.

Así, explicó, “estamos en una situación difícil, entre las ilegalizaciones y la amenaza de las acciones de ETA, y por eso condenamos y no justificamos el uso de la lucha armada en esta sociedad, porque no es ni ética ni políticamente eficaz”.

En general, todos coincidieron en que después de las elecciones habrá pocas posibilidades de que a corto plazo se vuelva a abrir un nuevo proceso de paz.

Al respecto, Esteban consideró que con la ruptura de la tregua, ETA dinamitó la confianza que se tenía para lograr la paz. Ahora, dijo, las condiciones para que los responsables políticos logren convencer a la población de que hay voluntad real de negociar y acabar con el fin de la violencia serán más duras, y el gobierno español no puede permitirse a corto plazo otra negociación.

Madina, a su vez, señaló que cuando se abrió el proceso de interlocución con ETA para acabar con el terrorismo, la sociedad hizo lo que tenía que hacer, “sacar adelante un intento noble para lograr una paz definitiva en una tierra cansada de tanto terrorismo durante tantos años”.

Arana, de IU-EB, culpó a ETA del fracaso de las negociaciones por su decisión de “volver al asesinato”, y a partir de ahí, dijo, el gobierno decidió aplicar leyes que antes no aplicaba, y en pocos meses, un hombre que era interlocutor –en referencia a Arnaldo Otegi– ahora está en la cárcel.

Hoy, el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, ofreció al presidente José Luis Rodríguez Zapatero su mano para llegar a un pacto que encarrile “la solución al conflicto político vasco”, para lo que insistió en su idea de que “no sólo es posible, sino necesario un nuevo modelo de Estado”.

 
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