Usted está aquí: martes 4 de marzo de 2008 Opinión El Correo Ilustrado

El Correo Ilustrado

Invita a protestar contra la “agresión” a Ecuador y Venezuela

El presidente colombiano Álvaro Uribe no podría haber cometido un acto de guerra, bombardeando e invadiendo el territorio ecuatoriano para impedir la liberación de Ingrid Betancourt si no hubiese contado con el permiso previo de Estados Unidos, que concordó con esta agresión criminal. El bombardeo forma parte de un plan dirigido contra el gobierno de Chávez y podría ser el preludio de una agresión a Venezuela. Al mismo momento, la embajada estadunidense en Bolivia está estimulando a los golpistas y secesionistas que quieren derribar al gobierno legítimo de Evo Morales.

Al tiempo que protesto contra esta acción imperialista y de las oligarquías latinoamericanas, sugiero que todos los partidos democráticos, las organizaciones sociales y los demócratas y antimperialistas de México hagan sentir su repudio con el fin de parar en seco a Uribe y sus mandantes, y evitar que el gobierno mexicano pueda darles algún tipo de apoyo.

Guillermo Almeyra


Réplica de Aguilar Camín a Rosalva A. Hernández

La antropóloga Hernández sigue saliéndose por la tangente respecto de las siniestras versiones que difundió sobre mutilaciones corporales a las mujeres muertas en Acteal.

Lo que la antropóloga escribió y difundió es que los agresores de Acteal “desvistieron a las mujeres muertas y les cortaron los pechos, a una le metieron un palo entre las piernas, y a las embarazadas les abrieron el vientre y les sacaron a sus hijitos y juguetearon con ellos, los aventaron de machete a machete” (La otra palabra, CIESAS; 1998, p. 31)

Eso es lo que tiene que probar porque eso es lo que dice que ocurrió. Ofrece como pruebas de su dicho una supuesta necropsia que habla de una herida cortocontundente y el testimonio de un testigo del Frayba que contradice el dictamen de los médicos forenses.

Las autopsias del expediente federal desmienten absolutamente que los cuerpos de las mujeres embarazadas muertas en Acteal hayan tenido las lesiones que difundió la antropóloga. ¿Dónde están las pruebas de los pechos cortados, de los vientres abiertos, de los bebés atravesados por machetes mientras se los aventaban en el aire? ¿Dónde, aparte de en la imaginación de la antropóloga y de su invisible testigo?

Respecto de la causa 361/99 del fuero común de la que habla la antropóloga, “iniciada como causa 27/98 en los juzgados federales”, le digo que la causa 27/98 tampoco existe en el expediente del fuero federal sobre Acteal, cuyas causas no son, reitero, sino nueve: la 223/97, la 201/97, la 224/97, la 46/98, la 5/98, la 15/98, la 97/99, la 176/99 y la 129/98.

Se ve que la antropóloga se puso a averiguar lo que ignoraba en materia de causas y expedientes, pero es claro también que sus averiguaciones no han dado en el blanco.

Pregunto, en suma, una vez más, a la antropóloga Hernández: ¿Dónde están las pruebas de lo que ella publicó que sucedió en Acteal? ¿Dónde están las pruebas de las mujeres abiertas de los vientres, cortadas de los pechos y los bebés atravesados por machetes en aire? ¿Dónde están las pruebas de esas atrocidades difundidas por ella?

Las supuestas pruebas y los dudosos testimonios que ha puesto en la mesa la antropóloga Hernández no prueban lo que ella publicó. Prueban, en realidad, que no tiene prueba alguna, y que su indigencia científica corre pareja con su indigencia ética. Es ella quien tiene que probar que no miente, antes de gritar “al ladrón”.

Héctor Aguilar Camín


Carta sin atender en la delegación Tlalpan

Envío la siguiente carta que, durante tres meses, he remitido en varias ocasiones al delegado de Tlalpan, por correo ordinario. No he tenido respuesta alguna. Ahora quisiera ver si a través de El Correo Ilustrado me puede hacer caso:

Señor delegado: Soy, ante todo, vecino desde 1971 de lo que ahora se ha dado en llamar Tlalpan Centro y que comprende, precisamente, el centro histórico de nuestra delegación. Adicionalmente, soy miembro fundador del PRD y, durante muchos años, miembro de su Consejo Nacional. Esto no lo digo para apantallarlo. Sólo quiero decirle que somos compañeros. En mi calidad de tal, considero que la estrategia del gobierno central me ha parecido adecuada y muchas veces acertada. No así el gobierno local y vecinal de las delegaciones.

Durante tres meses contraté a un taxista amigo al que le pedí que me hiciera un recorrido pormenorizado de las delegaciones que gobierna el PRD. Luego, yo fui por mi cuenta a las que gobierna el PAN. Los resultados me parecieron desastrosos. En las primeras (perredistas) encontré una inconformidad legítima de vecinos que sufrían lo que podría decirse es un mal gobierno. No sólo la inseguridad. Malos servicios, calles abandonadas a su suerte, oficinas delegacionales donde se atiende mal a los vecinos, baches por todos lados que se tardan años en tapar. Creo que en las siguientes elecciones no tendremos muy buenas cartas que ofrecer a quienes han estado votando por el PRD.

En Tlalpan, hace ya más de 30 años a algún idiota que fue delegado se le ocurrió plantar árboles en las aceras de nuestra demarcación. Como usted sabe, son de un metro, un metro y medio y a veces de dos metros. Enfrente de mi casa tengo un árbol que me ha levantado la losa de la banqueta casi medio metro. Un día, en los tiempos de El Pino, nuestro querido amigo, se me ocurrió talar el árbol. Fui multado. Hace más de un año, en la acera de enfrente, llegaron unos trabajadores, abrieron un boquete de un metro de profundidad y luego se marcharon. Varios vecinos sufrieron accidentes. Luego alguien llegó y le puso encima una gran rueda de madera. El hoyo sigue allí y en la calle se ha venido esparciendo la tierra que dejaron amontonada a un lado. ¿No podría usted hacer algo por mí?

Creo que si el gobierno vecinal no mejora, no nos irá muy bien en las próximas justas electorales.

Para servirle,

Doctor Arnaldo Córdova, investigador emérito de la UNAM e investigador emérito del SNI


Aclaración de Martínez Corbalá

El viernes 29 de febrero apareció una alusión a mi persona en la publicación virtual del periódico, atribuyéndome haber sido testigo social en la licitación para el gas licuado, que ganó Iberdrola en un concurso internacional abierto, en la cual yo no intervine para nada como testigo social de la Secretaría de la Función Pública. Por lo tanto, es una afirmación completamente falsa.

Gonzalo Martínez Corbalá


Respuesta de los reporteros

El nombre completo del ingeniero Gonzalo Martínez Corbalá aparece como testigo social en el convenio que ganó la trasnacional española Repsol. Su firma se encuentra también en distintas páginas; nosotros sólo reprodujimos lo que está en los documentos.

Enrique Méndez y Ciro Pérez

 
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