Usted está aquí: lunes 3 de marzo de 2008 Sociedad y Justicia Deberán renunciar este año 10 jerarcas católicos

■ La CEM niega crisis; es norma canónica

Deberán renunciar este año 10 jerarcas católicos

José Antonio Román

En un proceso de renovación generacional en la Conferencia del Episcopado Mexicano, (CEM) en este año cinco obispos, cuatro arzobispos y el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, deberán presentar sus renuncia al papa Benedicto XVI al cumplir 75 años, edad límite establecida por el Código de Derecho Canónico para ejercer el gobierno pastoral.

A estas 10 dimisiones se sumará la del cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, único arzobispo mexicano con cargo en la curia romana. Además, en este mismo año, se deberán designar obispos para otras cuatro diócesis que permanecen vacantes desde hace meses, debido a la muerte de varios prelados, entre las cuales están las de Aguascalientes y Tlaxcala, cuyos prelados, Ramón Godínez Flores y Jacinto Guerrero, fallecieron a finales de 2007.

Con estos 15 nuevos nombramientos, el Papa renovará en un año a 12 por ciento de los obispos mexicanos en activo, varios de ellos con sedes muy importantes como las de Guadalajara y Puebla, que se sumarán a otros tantos para 2009.

Asimismo, las nuevas designaciones permitirán al pontífice imprimir rápidamente su sello muy particular a la integración del Episcopado Mexicano, en un relevo generacional que no se había presentado desde hace varios años en esta cantidad.

Para el presidente del Episcopado, Carlos Aguiar Retes, se trata sólo de una “coincidencia”, pero reconoce que la cantidad de obispos dimitentes es lo que “levanta un poco la expectativa de qué es lo que está pasando en la Iglesia, pero no se trata de ninguna crisis”.

Sin embargo, el también obispo de la diócesis de Texcoco reconoce que estos cambios tienen una dimensión trascendente. “Es un momento de relevo generacional muy importante en la vida de la Iglesia en México; esto hay que afirmarlo, que se da por cuestiones providenciales”, dijo.

Proceso de renovación

Pese a tener sólo unos meses en nuestro país –presentó cartas credenciales en julio pasado–, el nuncio apostólico Christophe Pierre, de origen francés, tiene enfrente una enorme tarea.

En un proceso regularmente largo y complejo que dura varios meses, el nuncio apostólico tiene como una de sus tareas principales realizar las consultas que considere necesarias para elaborar las ternas, con los expedientes informativos de los candidatos que se propongan para cada sede.

La terna que se forma en cada caso es enviada a la Pontificia Congregación para los Obispos de la Santa Sede, que es presidida por el cardenal italiano Giovanni Battista Re. Ahí mismo se analiza y, con alguna frecuencia, se agrega o modifica la terna, para ser llevada al escritorio del Papa, pues él es el único que puede firmar el decreto de designación de los obispos y de quienes, en su caso, serán los nuevos cardenales.

De acuerdo con el directorio de los obispos, publicado por la CEM, las diócesis vacantes son Aguascalientes, San Juan de los Lagos, Tlaxcala y Nuevo Laredo, además de la designación de un auxiliar en la Arquidiócesis Primada de México, pues Marcelino Hernández Rodríguez fue trasladado hace unos días a Orizaba.

Juan de Dios Caballero Reyes, obispo auxiliar de Durango; Rosendo Huesca Pacheco, arzobispo de Puebla, y Fernando Mario Chávez Ruvalcaba, de Zacatecas, están a la espera de su relevo, en vista que presentaron su renuncia desde finales del 2007.

El 26 de enero, el cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Salud, presentó su renuncia; mientras que Ricardo Díaz Guízar, arzobispo de Tlalnepantla, y Salvador Martínez Pérez, obispo de Huejutla, lo hicieron apenas en febrero.

En tanto, el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo de Guadalajara, deberá hacerlo a más tardar el 28 de marzo, fecha en que cumple75 años de edad. Hay que destacar, en este caso, que Guadalajara, es una sede cardenalicia, es decir, quien llega a ella no sólo se convierte en arzobispo, sino también, en un futuro, lleagrá en cardenal.

En ese orden, Pedro Aranda-Díaz Muñoz, arzobispo de Tulancingo, presentará su renuncia en junio; José Fernández Arteaga, arzobispo de Chihuahua, en septiembre, y Florencio Olvera Ochoa, de Cuernavaca, en octubre.

 
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