TOROS
El Pana en Madrid
Inicio de la temporada española de corridas de toros en la plaza de Castellón. En uno de los carteles, José Tomás. En Madrid en el Palacio de Vistalegre, mano a mano de Morante de la Puebla con nuestro Rafael Rodríguez El Pana, que más allá de su torería ha llamado la atención por una personalidad que le singulariza y habla de un profundo sentimiento que resuena en recuerdos de quienes entran en contacto con él.
El Pana llegó a Madrid en semana que se abría la línea de fuego entre José Tomás y Morante de la Puebla. Testigo del arte y “pellizco”del torero sevillano, al Pana le pesó mucho la plaza de Vistalegre. Solera de viejos aficionados que no confunden la hondura de un pase con las faenas de los modernos pegapases. Le bastó una tanda de redondos al Papa y firmó su “no sé qué” en el redondel madrileño. Tan es así que no pasó desapercibido en la prensa taurina con sus desplantes solemnes de antiguo rito torero.
En tanto José Tomás llegó a Castellón y los viejos y nuevos aficionados se fueron a verle torear generando una gran expectación. No los defraudó el torero de Galapagar, pese a torear los toritos de Jandilla, terciaditos y manejables. Algo similar a sus actuaciones en México. En los medios de la plaza inició la faena a su segundo toro con seis o siete pases por alto, sin mover ni los párpados, llevando muy toreado al torrillo. El coso se vino abajo al igual que antes en un quite por gaoneras que paralizó a los cabales. Luego los pases naturales embarcando la embestida, templando y mandando con las zapatillas que seguían clavadas en la arena. Los adornos, trincherillas por debajo de la pala del pitón redondearon su quehacer. Las orejas y a pasear a hombros por las calles de Castellón. La emoción torera al inicio de la temporada que promete sacar chispas.