Usted está aquí: lunes 3 de marzo de 2008 Opinión Aprender a morir

Aprender a morir

Hernán González G.
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■ ¿Paliativa o enunciativa?

“La Ley de Voluntad Anticipada para el Distrito Federal no sólo presenta contradicciones en su articulado, como usted señaló, sino también huecos importantes desde el punto de vista jurídico y jurisdiccional, como ha sucedido con la despenalización del aborto. El Documento de Voluntad Anticipada únicamente se aplica en hospitales dependientes del Gobierno del Distrito Federal –¿cuántos casos se han presentado y respetado?–, pero no en instituciones federales como el IMSS, el ISSSTE, la Secretaría de Salud y otros, privando de ese derecho a muchos habitantes del Distrito Federal”, señala el doctor Othón Gayosso Cruz, anestesiólogo e intensivista.

“Medicina paliativa es una disciplina de posgrado orientada a la aplicación de técnicas que privilegian el alivio del sufrimiento sobre los efectos indeseables de estas medidas. Por ejemplo, aliviar el dolor aun a costa de la depresión respiratoria o aliviar la ansiedad a costa de la somnolencia.

“La medicalización de la vida debe evitarse, pero factores como el temor a la muerte, la industria farmacéutica y la ignorancia favorecen esa medicalización, entendida como la intromisión de la medicina en la vida cotidiana de los individuos, enfermos y sanos.

“Invocar el otorgamiento de cuidados paliativos, como lo hace la citada ley, ignorando o a sabiendas de que a la fecha en el país existen registrados únicamente dos servicios de cuidados paliativos, uno en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Salvador Zubirán, antes Nutrición, y otro más en el nuevo Hospital Civil de Guadalajara, no pasa de ser simple enunciado.

“Además de esta grave carencia, en ningún centro de enseñanza superior de México existe un curso universitario que forme paliativistas, quizá por la mal disimulada negación de la muerte, por la aceptación irreflexiva de valores hipocráticos, la Declaración de Ginebra y demás. Es imperiosa, pues, la necesidad de implementar ese curso, no obstante la nueva y positiva orientación de la medicina paliativa de favorecer la muerte del paciente en su domicilio. Pero se requiere de una visión no médica ni religiosa del dolor, sino existencial y particular”, concluye el doctor Gayosso Cruz.

 
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