Usted está aquí: viernes 29 de febrero de 2008 Sociedad y Justicia Violó Semarnat ley ambiental; autorizó terminal de gas en laguna de Cuyutlán

Se pone en peligro de extinción unas mil 500 hectáreas de manglar, afirma ONG

Violó Semarnat ley ambiental; autorizó terminal de gas en laguna de Cuyutlán

La manifestación de impacto ambiental se dio en medio de irregularidades, señala

En la zona anidan tortugas y estarían en riesgo de desaparecer iguanas verdes y negras

Angélica Enciso L.

En violación a la legislación que protege los manglares, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorizó el proyecto de la terminal de gas natural licuado en la laguna de Cuyutlán, Colima, con lo que alrededor de mil 500 hectáreas de esa vegetación están en peligro, así como especies endémicas en riesgo de extinción, señaló Esperanza Salazar, coordinadora general de la organización Bios Iguana.

La manifestación de impacto ambiental (MIA) del proyecto, que tendrá una inversión de 630 millones de dólares, se autorizó en medio de irregularidades, como la adecuación del Ordenamiento Ecológico del Territorio de Manzanillo para que ese plan pudiera realizarse, aseveró.

La CFE ya inició el proceso de licitación, en el que participan empresas asiáticas como la japonesa Mitsui y la coreana Samsung, junto con KC Gas; la española Iberdrola, con ICA y Tokio Gas; TransCanada con Techint, y la europea Tractebel. Se prevé que el resultado se dé a conocer el 10 de marzo.

De manera directa, el proyecto plantea la destrucción de ocho hectáreas de manglar, aunque las mil 500 hectáreas de esa vegetación en Cuyutlán están en riesgo con la operación de esa planta y la termoeléctrica que ya funciona en la misma laguna. En la zona anidan tortugas y se encuentran especies en peligro de extinción como las iguanas verdes y negras.

El manglar está protegido por el artículo 60 de la Ley General de Vida Silvestre y está autorización viola dicha regulación, señaló Salazar. Detalló que ese artículo precisa que no se debe afectar el flujo hidrológico del manglar, pero el proyecto sí lo afectará, porque ampliarán el canal de Tepalcates que tiene 90 metros, para que sea de 400 metros, harán un dragado de 16 metros de profundidad, y con ello “no sólo se dará paso a la entrada de agua salina, lo cual afectará los manglares, sino que al momento de modificar la estructura se cambia el ecosistema”.

Este proyecto no cuenta con el sustento técnico para ser aprobado, ya que tras la resolución favorable la Semarnat solicitó a la empresa “un estudio hidrodinámico que demuestre de manera integral la forma en que la apertura del canal de Tepalcates incidirá en el flujo hidrológico hacia los cuatro vasos de la laguna de Cuyutlán, y los beneficios ambientales que presentarían los vasos dos, tres y cuatro”, dijo por su parte Alejandro Olivera, de Greenpeace.  

Señaló que con más de 100 días de retraso, la Semarnat aprobó la MIA de la terminal, pero también solicitó más estudios técnicos para demostrar que el manglar en la zona no será afectado; esa información se debe pedir antes de darse la autorización.

Esperanza Salazar explicó en entrevista que para que la Semarnat aprobara este plan, el gobierno de Colima modificó, sin sustento técnico jurídico, el Programa Regional de Ordenamiento Ecológico Territorial de la Subcuenca de la Laguna de Cuyutlán para que pasara del uso de conservación al industrial de alto impacto.

La MIA se autorizó el pasado 11 de febrero y en su resumen ejecutivo plantea que con “la ejecución del proyecto se garantiza el suministro de gas natural para que en un futuro próximo la unidad de generación de energía eléctrica de la central termoeléctrica de Manzanillo se modifique para su repotenciación y reconversión para que se queme gas, así como el abastecimiento a la zona occidente para centrales termoeléctricas futuras a través de la red nacional de ductos”.

Salazar agregó que en el área del vaso dos de la laguna se pretende hacer una zona industrial además del puerto, y “la presión al cuerpo de agua será fuerte, barcos, contenedores, aceites que contaminarán la laguna, ni siquiera podemos medir los impactos que tendrá”. Frente a esto, las organizaciones presentarán un recurso de revisión de la autorización ambiental.

 
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