Usted está aquí: martes 26 de febrero de 2008 Economist Intelligence Unit Los límites del salto tecnológico

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Desarrollo

Los límites del salto tecnológico

Con frecuencia, a los teléfonos celulares se les pone de ejemplo de la capacidad de la tecnología de transformar la suerte de las personas del mundo en desarrollo. En lugares con malos caminos, pocos trenes y líneas telefónicas obsoletas, los celulares sustituyen los viajes, hacen que la información sobre precios se divulgue con más rapidez, permiten a los comerciantes alcanzar mercados más amplios y, en general, facilitan los negocios. El teléfono móvil es también un maravilloso ejemplo de “salto tecnológico”: ha permitido que países en vías de desarrollo se salten la tecnología de línea fija del siglo XX y entren a la tecnología móvil del siglo XXI. ¿Podrían hacer lo mismo otras tecnologías?

¡Ah!, el teléfono celular ha resultado ser bastante insólito. Su naturaleza lo hace especial para el salto tecnológico: opera con frecuencia de radio, así que no hay necesidad de infraestructura física, como caminos y cables telefónicos; las estaciones pueden funcionar con generadores propios donde no hay redes de electricidad, y no hay que alfabetizar a nadie para usar un teléfono, lo cual resulta muy práctico si el sistema educativo del país es un caos. Hay otros casos, no muchos, de saltos tecnológicos que pueden promover, por ejemplo, el desarrollo directo de la generación de electricidad en pequeña escala basada en paneles solares o biomasa, en lugar de construir una central alimentada por redes de energía eléctrica.

Como señala un reciente informe del Banco Mundial (BM), es la presencia de una sólida base de tec-nología intermedia lo que determina si las nuevas se propagan mucho. Es muy fácil olvidar en el mundo desarrollado que los aparatitos del siglo XXI están apuntalados en una infraestructura que a menudo se remonta al siglo XX o incluso al XIX. Por ejemplo, las computadoras y los eslabones de banda ancha no son muy eficaces sin un suministro confiable de electricidad, y el médico más reciente no es muy útil en un país que carece de servicios sanitarios básicos e instalaciones de asistencia médica. El proyecto de proporcionar una conexión de Internet a todos los hospitales de Etiopía fue abandonado hace dos años, cuando se hizo evidente que la falta de acceso de Internet era la menor de las preocupaciones de los hospitales. Y a pesar del ingenioso diseño técnico de una laptop de 100 dólares, la cual pretende poner la informática al alcance de los niños más pobres del mundo, los escépticos se preguntan si el dinero podría invertirse mejor en aulas, capacitación de profesores y libros.

El BM concluye que la capacidad de un país de absorber y beneficiarse de una nueva tecnología depende de la disponibilidad de las formas más básicas de infraestructura. Esto tiene evidentes consecuencias en la política de desarrollo. Elaborar una columna de fibra óptica o dotar de pantallas de plasma a las escuelas puede ser mucho más atractivo que construir redes de energía eléctrica, sistemas de alcantarillado, tuberías de agua, caminos, ferrocarriles y escuelas. Sería fabuloso que se pudiera saltar directamente a la solución de alta tecnología, como con la telefonía celular. Pero tratándose de tecnología, educación, asistencia médica y desarrollo económico, esos atajos son una rareza. Casi siempre, para tener alta tecnología se tiene que haber poseído primero tecnología media.

Fuente: EIU

Traducción de texto: Jorge Anaya

 
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