Usted está aquí: sábado 23 de febrero de 2008 Cultura La cultura mexicana padece una grave crisis y no se ve la salida, deplora Savín

La Feria del Palacio de Minería

El maestro dirige este fin de semana a la Filarmónica de la Ciudad

La cultura mexicana padece una grave crisis y no se ve la salida, deplora Savín

Ángel Vargas

Ampliar la imagen Francisco Savín, el pasado jueves, en la sala Silvestre Revueltas, durante la entrevista con La Jornada Francisco Savín, el pasado jueves, en la sala Silvestre Revueltas, durante la entrevista con La Jornada Foto: Carlos Cisneros

El director de orquesta Franciso Savín alerta que es en general la cultura mexicana, y no sólo la música de concierto, la que está inmersa en un bache profundo, una grave crisis de la cual no se ve la salida.

La raíz del problema, sostiene el maestro, está no en la parte artística (creadores e intérpretes), sino en el manejo de las instituciones por los gobernantes, y ubica al sexenio de Vicente Fox como el punto en el que se acentuó esa debacle.

“Este es un bache, una crisis profunda, y no se debe a los que generan la cultura, a artistas ni intelectuales; es una crisis que está en la superestructura, en las instituciones.

“Tengo 80 años y lo que me molesta, y por eso quiero hablar fuerte, es que no veo que evolucione esto, incluso estamos en una involución”, enfatiza.

Para saber cuando se rompió nuestra gran tradición, basta preguntárselo a la pasada titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), Sari Bermúdez, y agrega.

“Preguntarle cómo fustigó al arte mexicano, como buscó acabar con él, porque no tiene cultura ni sabe de esto para nada.”

Funcionarios ineficientes

Entrevistado con motivo de su actuación este fin de semana con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), Savín critica la falta de preparación y compromiso de los funcionarios actuales, y se pregunta dónde están esas figuras de la cultura y el arte nacionales, como Agustín Yáñez, Carlos Chávez o José Luis Martínez, que manejaban antes los destinos de las instituciones oficiales en lo concerniente a la educación y la cultura.

“Debo decir que ningún nombre de los que veo por allí me entusiasma ahora, porque no me lleva a ninguna historia de la cultura mexicana, no es continuación de nuestra cultura. Es desculturizar la historia para poner otros fines y otras circunstancias, no sustituirlos con otras ideas. Me molesta y duele mucho no encontrar esa fuerza creadora que tenemos los mexicanos, no sé dónde esté.

“No entiendo por qué hasta hace 20 o 30 años se podían hacer cosas, y ahora no; por qué no tenemos, por ejemplo, un programa con 12 o 15 títulos anuales de ópera, ¡por amor de Dios!

“Para una ciudad como ésta (la de México), con una tradición que tiene Bellas Artes, ¡cómo es posible que hayamos acabado en esto de hacer dos o tres titulitos por año! Esto me duele. Es la protesta de un hombre viejo que después de toda la vida se da cuenta que las cosas están peor.”

Con la autoridad moral que le confieren sus casi 60 años como director de orquesta, Francisco Savín ahonda en el panorama de la música de concierto en México y denuncia la falta de apoyo y las inconsistencias que prevalecen, desde lo relacionado con la educación, por ejemplo el estado actual del Conservatorio Nacional, cuyos programas de estudio son “un desastre”, hasta la manera en cómo se “ha ido degenerando la situación” en ese ámbito por restricciones presupuestales, pero sobre todo por falta de ideas.

Tras preguntarse qué ha pasado con esa presencia que tenían antaño las grandes figuras de la música internacional en escenarios mexicanos, el director de la orquesta del Conservatorio Nacional considera que es tiempo de asumir la parte positiva de la globalización para situar a la música y los músicos mexicanos a la altura de las mejores del mundo.

El programa que Savín dirigirá hoy y mañana con la OFCM incluye la Obertura 3 de la ópera Fidelio, de Beethoven; la cuarta sinfonía de Schumann, la Danza de los siete velos, de la ópera Salomé y la suite de la ópera El caballero de la rosa, ambas de Richard Strauss.

La cita es en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (Periférico Sur 5141, colonia Isidro Fabela, Tlalpan).

 
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