Usted está aquí: martes 19 de febrero de 2008 Política Alto contraste

José Blanco

Alto contraste

Un privilegio haber estado el domingo 10 de febrero, en La Habana, en la undécima reunión de rectores cubanos y mexicanos; México es el país con el cual Cuba mantiene el más alto volumen de intercambios académicos de todo tipo. Ambos grupos tuvieron la ocasión de declararse, una vez más, su cercana amistad y sus propósitos de continuar ampliando su cooperación indispensable; un privilegio haber estado el lunes 11 en la reunión conmemorativa del 280 aniversario de la Universidad de La Habana, en la que se rememoraron los hitos fundamentales de su fecunda historia y le fueron entregados múltiples reconocimientos por parte de numerosas universidades del mundo. Un privilegio haber estado del martes 12 al viernes 16 en el sexto Congreso Internacional de Educación Superior Universidad 2008, al que asistieron alrededor de 3 mil 500 académicos y rectores de 75 países a presentar sus puntos de vista sobre el futuro de la universidad en incontables temas de esta institución crucial para el futuro humano. Venezuela, México, Brasil, Argentina, España, Italia y Cuba aportaron las delegaciones más numerosas.

Una semana intensa de trabajo que dejó pocas horas al sueño: dediqué varias horas todas las noches a ver noticieros de canales cubanos y venezolanos (en Cuba abundan).Uno puede ver hechos y dichos, declaraciones, acotaciones, análisis, sobre la propia Cuba, Venezuela, América Latina, el mundo, que los medios mexicanos en general escamotean permanentemente a la sociedad mexicana. Vivimos manipulados por estos medios, no porque sea difícil ver los intereses que se mueven tras “nuestros” medios, sino por falta de información de mil hechos que en el mundo ocurren.

Algunos datos sobre el esfuerzo educativo en Venezuela, por ejemplo, son impresionantes, pero nos cuidamos de no enterarnos. En 2005 Venezuela fue declarada territorio libre de analfabetismo, después de dos años de trabajo iniciado y respaldado por los alfabetizadores cubanos, mediante el notable método llamado Yo sí puedo, ideado por la cubana Leonela Relys, que se inicia por una base alfanumérica, asociando números –que los analfabetos sí conocen– con las letras. Alfabetizar a una persona toma de siete a 13 semanas; se prevén los medios para que el alfabetizado no sólo no pierda, sino desarrolle su capacidad de lecto-escritura. Venezuela alfabetizó más de un millón 500 mil personas en dos años, con la Misión Robinson.

El video del 28 de octubre de 2005 en que Venezuela alcanzó esa hazaña es conmovedor por la alegría que rebasó todo límite en las calles. Pero Venezuela echó a andar también la Misión Ribas, con la que se propone que todos los venezolanos terminen el nivel secundario (las que en México llamamos escuela secundaria y el bachillerato), y la Misión Sucre, por la que se han abierto estudios del nivel terciario (la universalización de la universidad, se dice, lo que es inexacto), en todos los municipios del país.

Si este esfuerzo se mantiene varios años, el impacto educativo que tendrá sobre el desarrollo de Venezuela se hará irreversible. Venezuela es el segundo país de América Latina sin analfabetismo, después de Cuba. Pero hay que ver el crispamiento, la polarización entre chavistas y sus opositores, los insultos, las burlas iracundas; parece haber ahí una bomba de tiempo de muchos megatones.

Del método Relys existen versiones en español, portugués, inglés, creole, quechua y aymara, entre otras, y está hoy en acto en 22 países. La generosidad cubana por un mundo sin analfabetas es inconmensurable.

Cuba posee un sistema educativo admirable y hoy se halla tras la “universalización de la universidad”; como en Venezuela, esa llamada universalización es un término inexacto, no exento de cierta demagogia. Hoy en Cuba hasta a los ingenios azucareros se les ha declarado “universidades”. Se trata de un esfuerzo loabilísimo de continuar elevando al máximo la educación de toda la población, pero esos estudios que pretenden ser de nivel terciario no serán compatibles con ningún sistema educativo terciario del mundo.

De otra parte Cuba posee índices notables en muchos otros rubros sociales. El índice de desarrollo humano 2007-2008 (IDH), que formula el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ubica a Cuba en el lugar 51 en un ranking de 177 países, con un PIB per cápita de 6 mil dólares. México ocupa el lugar 52 con un PIB per cápita de 10 mil 751, pero acompañado de una desigualdad por la cual la mayor parte de la población se halla por debajo de la línea de pobreza. México está por debajo de Cuba en el índice de esperanza de vida y en el índice combinado de educación primaria, secundaria y terciaria. Cuba posee 591 médicos por cada 100 mil habitantes y México 198.

Algunos contrastes aumentan los valores de los índices cubanos: en materia médica de tercer nivel, contando todas las especialidades, Cuba no parece que tenga nada que enseñar a México, y el asunto puede ser al revés; en cambio, en atención primaria, que es lo fundamental, Cuba lo tiene absolutamente resuelto hace mucho tiempo, y México parece que nunca lo resolverá. Una expresión más de la desigualdad social mexicana.

La educación cubana, sin embargo, se halla hoy en alto riesgo de rezagarse gravemente. La brecha tecnológica con los país desarrollados continúa ampliándose y Cuba se rezaga como el que más. De acuerdo con el IDH, Cuba posee 75 teléfonos por cada mil habitantes (México 189); 12 teléfonos móviles por cada mil (México 460); 17 usuarios de Internet (de pésima calidad) por cada mil (México 181). Alto contraste.

 
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