Usted está aquí: martes 19 de febrero de 2008 Economía México y Cuba acuerdan abrir una línea de crédito para reanimar el comercio

Se desistirán de las demandas judiciales por el pleito de una deuda de 6 años

México y Cuba acuerdan abrir una línea de crédito para reanimar el comercio

La restructuración del débito se pactó a 15 años, con interés de 6% y 5 años de gracia

Gerardo Arreola (Corresponsal)

La habana, 18 de febrero. Tras acordar la restructuración de la deuda de Cuba con México por 400 millones de dólares, resultado de dos créditos otorgados a la empresa de telecomunicaciones de la isla y a Telefónica Antillana, ambos gobiernos se comprometieron a desistirse de las respectivas demandas judiciales y acordaron abrir una nueva línea de crédito revolvente para reanimar el comercio bilateral, informó hoy a La Jornada el embajador mexicano Gabriel Jiménez Remus.

Los detalles serán revisados aquí, durante la visita de la canciller mexicana Patricia Espinosa, en la fecha confirmada del 13 y 14 de marzo, indicó el diplomático.

El acuerdo, suscrito en La Habana el jueves pasado, “tiene un carácter general, porque es la base para que las partes puedan desistirse de todos los procedimientos judiciales”, dijo Jiménez Remus. “Es un documento más político que técnico”.

La restructuración se pactó a 15 años, con interés de 6 por ciento, cinco años de gracia para el principal y la garantía del Banco Central, señaló el diplomático.

En agosto de 2007 la cancillería mexicana situaba la deuda de Cuba en 554.9 millones de dólares, mientras el anuncio del domingo del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) se refiere a 400 millones.

“No se habla explícitamente de una quita, pero puede haber y al parecer, también, Cuba ha estado pagando intereses moratorios”, dijo Jiménez Remus sobre esa diferencia. “En los próximos días tiene que precisarse la cifra”.

El monto y la modalidad del nuevo crédito también quedaron para estudio y serán anunciados en la visita de Espinosa, señaló. El embajador dijo que esperaba, como consecuencia del acuerdo, que Cuba reanudara compras a los exportadores mexicanos. Una de las consecuencias del conflicto fue el veto cubano a las importaciones mexicanas desde mediados de 2006, salvo algunas excepciones, lo que provocó el derrumbe del comercio y golpeó a decenas de pequeñas y medianas empresas.

Seis años de conflicto

Además de la implicación política, en seis años de pleito las partes enfrentaron los costos de dos procesos en Europa, más la paralización de la cartera vencida de Bancomext (casi equivalente a la deuda cubana) y el daño al crédito de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa).

La deuda cubana con México, de 380 millones de dólares, se había restructurado en marzo de 2002, con la garantía de flujos de caja de Telefónica Antillana (Telan) y Etecsa (sociedad mixta entre Telan y la italiana Telecom).

El pago se haría en cuentas escrow, que tienen un destino fijo. Ahí se depositarían ingresos de Etecsa en moneda fuerte, creando un fondo a favor de Bancomext.

En el clima de tensión bilateral de principios de 2002, el presidente Fidel Castro retiró unilateralmente las garantías, al considerar declaraciones del entonces canciller Jorge G. Castañeda como “una amenaza” para las telefónicas cubanas.

Alterado el pacto, Bancomext obtuvo de un tribunal de Turín el embargo precautorio de 40 millones de dólares en cuentas de Etecsa. Las telefónicas cubanas replicaron con una querella por daños y perjuicios ante la Cámara Internacional de Comercio de París.

Las partes buscaron sin éxito una solución negociada. En 2004 París falló a favor de Bancomext y ordenó a los cubanos restituir las cuentas scrow y liquidar vencimientos y costos.

Turín entró entonces al fondo del asunto y también resolvió a favor de Bancomext en noviembre de 2005: refrendó el mecanismo de pago y ordenó a los cubanos la cobertura de daños.

Bancomext recuperó algo más de 35 millones de dólares de la cuenta congelada y emprendió otras acciones en plazas europeas. En noviembre de 2006 el Banco Nacional de Cuba demandó a Bancomext ante un tribunal de La Habana por 600 millones de dólares en daños y perjuicios. Ahora el trabajo está en manos de los abogados: todas las demandas deben ir para atrás.

 
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