Usted está aquí: lunes 18 de febrero de 2008 Espectáculos Faena roquera de Deep Purple en la Plaza México; cumple 40 años en escena

A suave introducción siguió Neblina morada que puso la piel chinita desde toriles

Faena roquera de Deep Purple en la Plaza México; cumple 40 años en escena

Arturo Cruz Bárcenas

Ampliar la imagen Steve Morse, Ian Gillian y Roger Glover, durante el concierto Steve Morse, Ian Gillian y Roger Glover, durante el concierto Foto: Notimex

“La negra noche no es oportuna/ no me siento tan despierto/ No me importa quedarme quieto. / No necesito un árbol tan sombrío/ no quiero un mar tempestuoso/ no puedo sentir, no puedo ver”, se escuchó cantar a Ian Gillan, vocalista del grupo inglés Deep Purple, que se presentó el sábado pasado en la Plaza de Toros México, donde Don Airey rindió homenaje a México tocando en sus teclados La cucaracha.

Conforme se acercaba la hora para que entrara la banda, todo avizoraba un fracaso. El público era escaso y aparecían más los vigilantes y los vendedores de cerveza y comida chatarra. A las 10 de la noche se apagaron las luces y una gritería de emocionados despertó en la negra noche. Un sonido se esparció en el cono de la monumental y el rock alcanzó reminiscencias medievales.

Un borracho reclamó desde barrera a Steve Morse por tocar fresota: ‘¡Aprende a tocar, farsante!” Morse lo calló a punta de requintazos, más los aplausos del público conocedor. A una introducción suave siguieron los acordes de Neblina morada, que puso chinita la piel a todos, desde toriles. Hendrix brilló en la oscuridad espesa.

Sicodelia en tono púrpura

I want you, I need you…” la prendidez de un rock de más de casi cuatro décadas de experiencia. “¡Fantástico!”, gritó en español Gillan ante el aplauso del colectivo.

La guitarra líder lloró, gimió y habló; algo balbuceó, desde su entidad tensa. Llenó la plaza no de sangre y arena, sino de emoción y música pesada. Nada de música ligera. La sicodelia en tonos morados.

El beodo siguió en lo suyo. Pidió otras… pero otras cervezas. Allá, a lo lejos, el grupo que este 2008 cumple 40 años de dar alegría a la banda interpretó clásicos y algunas que sonaron a big-band. En el cenit cruzaron los aviones y la Luna brilló en la concavidad universal. Airey regaló el tema central de La guerra de las galaxias.

El Deep se presentó el año pasado en un espectacular concierto en el entonces recién inaugurado Wembley Arena de Londres, junto a Styx y Thin Lizzy. La actual agrupación está integrada por Ian Gillan (voz), Steve Morse (guitarra), Roger Glover (bajo), Don Airey (teclado) e Ian Paice (batería).

Un estruendo surgió desde los teclados. Avanzó con fuerza telúrica. Fue lo más parecido a un terremoto. Cientos bailaron en el estrecho espacio que deja el asiento. La música es velocidad pura. La banda genera una música con estilo propio y consabido. A las 23:25 el tiempo se detuvo. La canción emblemática surgida de un incendio prendió una mecha. La chispa del pasado encendió una gran llama. Todos cantaron o tararearon. Fueron siete minutos de rock pachecón con la agrupación alguna vez considerada la más ruidosa del mundo.

Se escuchó Humo en el agua. Siete minutos que bien valen una vida.

Regresaron luego de una falsa ida con Murmullo, coreada a esa hora por miles de gargantas enfriadas por las chelas y calentadas por el rock. Para cerrar la noche y ante los brillos de los reflectores: Black night. Miles se fueron y aún cantaban que “la negra noche es un largo camino desde casa”.

 
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