Usted está aquí: lunes 18 de febrero de 2008 Cultura Muestra el MUCA visión de artistas en torno a la masificación de las obras

Las siete instalaciones de Revolución Industrial cuestionan el mercado del arte

Muestra el MUCA visión de artistas en torno a la masificación de las obras

Los participantes usaron las tecnologías de producción en serie para hacer objetos únicos

Arturo Jiménez

Ampliar la imagen Aspecto de las obras expuestas en el MUCA Aspecto de las obras expuestas en el MUCA Foto: La Jornada

Transcrito a mano sobre enormes mantas, El Capital, de Carlos Marx, descansa en una pared pintada de rojo en el Museo Universitario de Ciencias y Artes (MUCA) de la colonia Roma.

En la sala de junto, también en el segundo nivel, dos muros lucen tapizados con cientos de globos de plástico plateados, buscando asemejarse a una ola. Abajo, en el primer piso, un árbol sin hojas es el centro de una instalación que recurre a juguetes, muñecos y otros objetos usados, como una jaula, guantes y animales disecados.

Son tres de las siete obras que, en conjunto, conforman la exposición Revolución industrial, cuyo subtítulo cita a Rilke: “… Porque lo bello no es más que el comienzo de lo terrible”, que acaba de ser inaugurada en el MUCA-Roma y permanecerá hasta el 4 de mayo.

Curada por el artista Luis A. Orozco, en ella participan con instalaciones, videos o ambientaciones los jóvenes creadores mexicanos y extranjeros Milena Bonilla, David Castro, Emilio Espinosa, Javier Gutiérrez, Txema Novelo, Ana Roldán y Omar Rosales.

Según un texto de Orozco, el hilo conductor “sería la adaptación de procesos industriales o de producción masiva, para la realización de piezas únicas o la construcción de discursos que señalan y reaccionan ante la ‘cosificación’ y la ‘masificación’ en el objeto en sí mismo y del objeto de arte entendido como bien cultural”.

Mercado vs creación

En información del MUCA se plantea que, con sus obras, los artistas realizan un “posicionamiento” ante el modernismo, pero sin que este último sea el tema individual ni colectivo de la exposición.

También se habla de un regreso del “formalismo”, pero ya no desde su anterior significado emancipatorio sino “como un fin en sí mismo”, lo que a su vez representa un retorno de lo “estético”. Se menciona también la idea de la posible “muerte del arte”.

En breve charla, Luis A. Orozco reflexiona sobre el título de la muestra, así como acerca de la presunta mayor o menor determinación del mercado del arte en el universo creativo del artista.

Dice que la idea de la Revolución Industrial tampoco es un tema, sino, más bien, la referencia a una etapa histórica en la que comenzaron a cambiar las relaciones humanas y la visión del mundo que hoy predomina.

“El mercado del arte es un mundo paralelo. A mí el mercado, sobre todo trabajando en un espacio público, no me interesa. El mercado del arte es un poco como el mundo del espectáculo o de la moda, algo paralelo. Y la creación es otra cosa.

“Entonces, aunque exista este vínculo y la mediatización del arte contemporáneo o del arte actual nos haya acercado y nos hace confundirnos con que el mercado y el arte y la creación son lo mismo, no quiere decir que lo sea.”

Orozco reconoce que el mercado del arte ha utilizado los recursos a su alcance para integrarse a la vida corriente. “Por eso este juego con el modernismo, que proponía que cualquier objeto de uso corriente tendría que ser de ellos, pero que tenía un sentido social y espiritual que se ha perdido”.

En el presente, agrega, “no hay esta oportunidad para representarse y disfrutar de la contemplación y preocuparse del espíritu. El mercado del arte es muy claro en eso”.

–Hay teóricos que dicen que el artista y la creatividad ya no se pueden disociar del mercado del arte, el cual cada vez es más omnipresente y determinante.

–Sí se puede. Eso depende de los artistas. Desde luego que los artistas tenemos que vivir de algo. De lo que sí estoy seguro es que el mercado ha modificado la forma en la que se produce arte.

“Todo objeto de consumo está condenado a ser una moda y toda moda está condenada a desaparecer. Lo que pasa con el arte actual es algo muy raro: hay piezas de los años 90 que han envejecido tremendamente, y hay otras de los 70 que son muy actuales, supercontestarias, superurgentes, fundamentales. Vivimos en un mundo en crisis, entonces, el arte está en crisis.”

 
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