Usted está aquí: viernes 15 de febrero de 2008 Sociedad y Justicia Demanda el CNA transparentar el uso de los recursos que se destinan al campo

Uno de los puntos claves es que esos fondos sean manejados por una sola entidad

Demanda el CNA transparentar el uso de los recursos que se destinan al campo

También se debe diferenciar entre los productores de subsistencia y los de alto rendimiento

Matilde Pérez U.

Sin una política agropecuaria que defina presupuestos multianuales, adopten acciones diferenciadas para los productores con altos rendimientos y los de subsistencia, y apuntale mecanismos para reducir las tasas de interés y los costos de energía eléctrica y agroquímicos, el declive de las inversiones, la pérdida de empleos y el crecimiento de las importaciones de alimentos seguirán minando al sector, advirtió el presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Jaime Yesaki Cavazos.

Al presentar el Compendio estadístico del sector agroalimentario 1996-2006, asentó que durante ese lapso ha habido avances pero también retrocesos en la producción de arroz, sorgo y soya, y crecimientos modestos en maíz y frijol; para este año se estima que el país deje de importar un millón de toneladas de maíz y soya ante la perspectiva de un incremento en la producción interna.

También consideró que los recursos federales deberían ser manejados por una sola entidad y no por las 17 que actualmente intervienen en los programas destinados al sector rural. “No se aprovechan adecuadamente los recursos –que este año son por 204 mil millones de pesos–; por eso el CNA ha propuesto que la información del ejercicio se difunda en Internet para saber cuánto dinero se aplica y el monto que se regresa a las arcas federales”.

El modelo para el sector rural ya no funciona, urge la aplicación de economías de escala y el impulso a la asociación de los campesinos para que las zonas de cultivo sean amplias, ya que más de la mitad de la tierra productiva está fraccionada en superficies no mayores de dos hectáreas y “con esa superficie es muy difícil lograr el desarrollo”, añadió.

Durante el periodo 1996-2006, el producto interno bruto agroalimentario aumentó 2.6 por ciento anual, impulsado fundamentalmente por la agroindustria, la cual tuvo un crecimiento de 3 por ciento, en tanto su participación en el personal remunerado registró una caída, ya que pasó de 22.4 por ciento a 20.3 por ciento.

El mismo fenómeno de reducción se registró en la inversión en el sector, ya que el capital fijo pasó de uno por ciento en 1996 a 0.91 en 2003, mientras la inversión extranjera pasó de 0.4 por ciento del total a 0.12 en 2006, aunque la participación de dicho capital en la agroindustria pasó de 6.5 por ciento en 1996 a 10.7 en 2006.

Ese aumento de la inversión extranjera directa en la agroindustria, dijo Yesaki Cavazos, muestra que la producción de alimentos es atractiva, pero la etapa de la producción primaria no atrae a los inversionistas debido a la falta de seguridad en la tenencia de la tierra y a la incapacidad de generar economías de escala.

 
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