Usted está aquí: viernes 15 de febrero de 2008 Cultura Nuestro propósito es dar a conocer el México que se volvió irrecuperable

Premio Nacional de Ciencias y Artes 2007

Susana Navarro y Teodoro Torres fueron distinguidos en Artes y Tradiciones

Nuestro propósito es dar a conocer el México que se volvió irrecuperable

Los dos han dedicado su vida a crear figuras en miniatura de plomo

“Como personas de edad avanzada, el galardón es como si nos aplicaran una inyección de vitaminas”

Fabiola Palapa Quijas

Ampliar la imagen Susana Navarro y Teodoro Torres, expertos en la elaboración de piezas de juguetería en miniatura con plomo, en su casa de la ciudad de México, durante la entrevista con La Jornada Susana Navarro y Teodoro Torres, expertos en la elaboración de piezas de juguetería en miniatura con plomo, en su casa de la ciudad de México, durante la entrevista con La Jornada Foto: Cristina Rodríguez

Por tradición familiar, Susana Navarro y Teodoro Torres se han dedicado a la elaboración de juguetería de plomo. Él es el único en México que practica la técnica de la cera perdida para realizar originales piezas de carácter etnográfico, mientras que ella las pinta y se ha dedicado a elaborar miniaturas de soldados, indígenas, héroes y figuras populares.

Teodoro Torres –quien se considera un enamorado del país, porque desde la infancia contrajo el virus de la artesanía– y Susana Navarro fueron distinguidos con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2007, en el rubro de Artes y Tradiciones Populares, por la relevancia de su trayectoria y la calidad en la elaboración de figuras de plomo.

“Siempre me gustó la historia de México. Le doy gracias a Dios de que la cigüeña me haya dejado en este país, que es el más hermoso, lleno de mucha tradición y esto lo diferencia de los demás. Quizá tengan sus tradiciones, pero no son como las nuestras, así sea Japón o China, no tienen tanta variedad como México”, señaló Torres, durante la entrevista con La Jornada.

Su amor por México ha llevado a Teodoro y a Susana a crear figuras inspiradas en los murales, pinturas y litografías de algunos artistas mexicanos, como el fresco Sueño de una tarde de domingo en la Alameda, de Diego Rivera, la serie de Fridas Kahlos y el Salto del Agua, así como otra de las castas novohispanas.

Una de sus obras maestras es una maqueta de la Plaza de Santo Domingo, basada en un trabajo de investigación en litografías del siglo XIX, que incluye 121 personajes, y que en su elaboración se llevaron dos años.

Modernidad inservible

Al rememorar aquella época, Teodoro Torres expresó: “Yo soy capitalino. Nací y viví en un Distrito Federal casi solo, donde se apreciaba la luna, las estrellas. Ahora, con tanta modernidad, que para mí no sirve para nada, ya no puedes ver las estrellas, las noches pacíficas llenas de aire puro, de belleza. Ya no. Nací en esa época, por eso es que desarrollo mis trabajos con esa influencia, la de ese México que guardo con sus tradiciones.

“El modernismo tiene sus cosas, pero en aquel entonces, aquel México era hermoso y no podrá recuperarse ya. Yo vi la tradición de los Judas, cuando se hacían los verdaderos que se adornaban con chorizos, longaniza y jamones; otros eran de políticos y se hacían en varios barrios. Pertenecí a un barrio muy folclórico y uno de los más pobres, por eso tenía sus variedades de gente y, por ello, mis trabajos están en el Museo El Estanquillo, ahí está plasmado un sentimiento de nostalgia hacia esa época.

“Estamos muy contentos por el reconocimiento que vamos a recibir; es algo extraordinario que nos pasa en el curso de nuestra vida y nos llena de ánimo, porque somos personas de edad avanzada, y que en nuestros últimos días nos llegue un premio así, es como si nos pusieran una inyección de vitaminas.”

Actualmente, los dos artesanos realizan una maqueta del Monumento a José María Morelos y Pavón, que se encontraba en 1865 en la malograda Plaza Guardiola, a un lado del callejón de la Condesa y la Casa de los Azulejos.

“Ya terminamos las figuras y ahora estamos con los edificios. Antes había paseos hermosos, por Bucareli y la Alameda. La antigua plazuela Guardiola está ahora en la calle de Madero y Eje Central Lázaro Cárdenas, frente a la Torre Latinoamericana, ese edificio grandote”, explicó el artesano galardonado

“Estamos representando esa época con personajes significativos y cuidamos su vestimenta, ya tenemos las carretas, los caballos y ahora sólo estamos haciendo edificios. Ya llevamos en esto casi dos años y todavía me voy a tardar un poco más, ya que las piezas tienen que ser fidedignas porque sino voy a dar a conocer una cosa que no existe, y todo tiene que ser apegado a la historia. Esto también es para El Estanquillo y me la pidió (Carlos) Monsiváis.

“No es nuestro propósito engañar a la gente, nuestro propósito es dar a conocer el México antiguo, el México que existió. Fue una época hermosa que ya no va volver. Ese es nuestro trabajo y quizá por eso nos están premiando.”

Discípulo de los padres

Teodoro Torres, quien para hacer sus obras utiliza materiales como el metal mariposa, metal babi, pinturas al óleo, aceite de linaza, pinceles de pelo de marta y otros materiales, expresó que aprendió la artesanía de sus padres.

“Mi padre y mi madre eran artesanos, tuve la desgracia de perderlos, pero así como aprendí a hablar, con ellos aprendí también a hacer artesanías.”

Teodoro Torres Orea (1933) es reconocido en el país y a escala internacional como uno de los grandes maestros del arte y la tradición populares por parte de Fomento Cultural Banamex. En 1985, se realizó el documental Teodoro Torres: un artesano de plomo, dirigido por Diego López (Secretaría de Educación Pública-Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías). En 1983, fue seleccionado para representar a México en el encuentro El artesano: símbolo y tradición de un pueblo, que se realizó en San Juan, Puerto Rico.

 
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